Un reciente estudio arqueológico ha arrojado luz sobre un aspecto que, aunque poco documentado, fue profundamente significativo en la vida de las personas esclavizadas en el sur de Estados Unidos: el uso ritual de objetos materiales para la práctica del "hoodoo", una tradición mágica afroamericana de raíces africanas e indígenas. El trabajo, desarrollado por la arqueóloga Sharon K. Moses y publicado bajo el título Lowcountry Conjure Magic Historical Archaeology on a Plantation Slave Quarter, se basa en los materiales recuperados en la plantación de Hume, en Carolina del Sur.
Arqueología del conjuro: cuando los objetos hablan
La investigación arqueológica se centró en materiales procedentes del Lowcountry, región costera con una intensa presencia de culturas africanas e indígenas durante los siglos XVIII y XIX. El equipo de Moses centró su trabajo en los restos de una cabina de esclavos, situada en los márgenes del área residencial de la plantación.
Allí, se hallaron una serie de depósitos intencionales, que se habían ocultado con cuidado, y que estaba compuestos por objetos heterogéneos. Entre ellos, se cuentan cristales, botones, clavos doblados, fragmentos de loza, dientes de animales, conchas marinas, huesos y otras piezas que, aunque en apariencia ordinaria, configuran un patrón ritual reiterado.
Estos hallazgos se encontraron dispuestos, siguiendo una lógica específica, en lugares clave de la vivienda: las esquinas, los umbrales, el hogar, e incluso el espacio bajo el piso. Moses identifica esta práctica como una manifestación del "conjure" o "hoodoo", un sistema mágico-religioso afroamericano centrado en la manipulación de fuerzas espirituales mediante objetos con poder simbólico.

Más allá de la superstición: una forma de resistencia cultural
A diferencia del vudú, que cuenta con una estructura formal de culto, el hoodoo carece de instituciones y jerarquías religiosas. Sin embargo, su función social resultaba de gran importancia en la vida de los esclavos. Moses sostiene que estas prácticas no solo respondían a preocupaciones espirituales, sino que permitían tanto preservar saberes ancestrales como afirmar la propia identidad cultural frente a un sistema de brutalidad y deshumanización.
Los objetos hallados revelan funciones y significados específicos. Algunos, como las conchas de ostra y los cristales, estaban cargados de simbolismo protector. Otros, como los clavos doblados o los botones, se utilizaban para crear barreras mágicas contra los espíritus malignos o para atraer la buena fortuna y la salud. El hallazgo de una cuenta azul de vidrio, por ejemplo, evoca prácticas de protección ocular comunes tanto en África occidental como en algunas comunidades nativas.

Tradiciones sincréticas: la fusión de África y América
El estudio ha logrado verificar los mecanismos de fusión cultural entre las tradiciones mágicas de origen africano y las prácticas chamánicas indígenas. La región del Lowcountry fue escenario de una intensa interacción entre los esclavos africanos y las poblaciones nativas, muchas de las cuales también fueron esclavizadas.
La arqueología ha revelado que algunos rituales empleados en la plantación de Hume comparten elementos con las ceremonias indígenas, como el uso de huesos de animales o la orientación de ciertos depósitos hacia puntos cardinales específicos. Esta convergencia espiritual fue el producto de una convivencia forzada que generó formas compartidas de resistencia, supervivencia y espiritualidad.

El hogar como espacio ritual
La investigación de Moses también plantea una reflexión novedosa: el hogar de los esclavos no fue solo un espacio doméstico, sino también un lugar para la práctica ritual. Los depósitos hallados en las esquinas de las habitaciones —puntos considerados liminales y, por tanto, en muchas cosmologías africanas— indican una concepción del espacio muy distinta a la europea. Asimismo, la disposición de los objetos sugiere que muchos de estos rituales se celebraban de noche y en secreto, realizados al margen de la vigilancia de los amos.
Uno de los ejemplos más llamativos es el hallazgo de un paquete envuelto en tela y enterrado junto a la chimenea, que contenía dientes de cerdo, fragmentos de loza roja, botones y un cristal. Moses interpreta este conjunto como un "paquete de conjuro" destinado a proteger a la familia esclavizada de las enfermedades o los maleficios.

El papel de las mujeres y los ancianos
Aunque los registros escritos sobre el hoodoo en el periodo esclavista son escasos, la arqueología permite vislumbrar la posible implicación de las mujeres y los ancianos como guardianes del conocimiento mágico. La presencia de objetos relacionados con la salud reproductiva, como los fragmentos de loza en forma de cuenco y las pequeñas conchas, sugiere que las mujeres desempeñaron un papel central en estos rituales, sobre todo en la protección del hogar, la maternidad o el cuidado de los niños.
Moses también destaca la transmisión oral de estos saberes. En muchas comunidades esclavizadas, los más ancianos del grupo eran portadores de la memoria cultural y los conocimientos rituales que se transmitían de forma discreta, en un entorno marcado por la opresión y el silencio.
Una arqueología de la resistencia espiritual
El estudio de Sharon K. Moses no solo amplía nuestro conocimiento sobre las condiciones de vida de los esclavizados en el sur de Estados Unidos, sino que también recupera una dimensión a menudo olvidada de su resistencia: la espiritualidad como forma de agencia cultural. A través del análisis minucioso de los pequeños objetos, la autora ha logrado reconstruir un universo simbólico vibrante, en el que la esperanza adquiría, a través de la magia, una forma tangible.
Referencias
- Moses, Sharon K. Lowcountry Conjure Magic: Historical Archaeology on a Plantation Slave Quarter. Cambridge University Press, 2025.