Estas fueron las efectivas estrategias que utilizó Cartago para convertirse en la gran potencia del Mediterráneo antiguo

Así es como Cartago se convirtió en un poder dominante en el Mediterráneo a través del uso de estrategias económicas y diplomáticas.
Comercio en la antigüedad
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto - Comercio en el Mediterráneo

Entre las últimas décadas del siglo VII a. C. y el VI a. C., Cartago transformó su presencia en el Mediterráneo occidental mediante una combinación calculada de estrategias. A través de la expansión económica, el control de rutas de comunicación, las fundaciones urbanas en puntos estratégicos y la diplomacia activa, logró transformarse en un poder dominante en la escena mediterránea. Esta mutación de su política coincidió con el fortalecimiento de su chora y con un notable aumento de la producción agrícola, que dejó huella en el registro arqueológico a lo largo de las redes marítimas internacionales. Una investigación firmada por Massimo Botto y publicada en Rivista di Studi Fenici reconstruye el proceso.

Economía y producción como base del poder cartaginés

El primer pilar que permitió el crecimiento de Cartago como potencia deriva de su auge económico. A finales del siglo VII a.C., la producción local de ánforas usadas para el almacenamiento y transporte de bienes superó a las importadas. Este indicio arqueológico apunta a una proyección comercial en ascenso. La hipótesis más aceptada sugiere que Cartago se dedicó a las exportaciones de aceite y vino de alta calidad, una base material que contribuyó a sostener y potenciar su capacidad de iniciativa en el exterior.

Control de rutas marítimas y enclaves estratégicos

El segundo pilar identificado en el estudio fue el control de los pasos y los corredores marítimos. La ciudad de Cartago se aseguró una presencia estable en Cossyra (Pantelaria) desde la segunda mitad del siglo VII hasta inicios del VI a. C. Así, consiguió cerrar el Canal de Sicilia a su favor y articular iniciativas diplomáticas que iban de Pantelaria a las Baleares. Esta vigilancia del estrecho, que respondía a una larga historia de intercambios en la zona, permitió a Cartago arbitrar los flujos entre África, Sicilia y el Mediterráneo occidental.

Navegación
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Expansión en Sicilia: Palermo y Solunto

En Sicilia, la política cartaginesa se hizo visible con la promoción de los núcleos de Solunto y Palermo como instrumentos complementarios. Solunto habría funcionado para reforzar los mercados indígenas del interior, mientras que Palermo se orientó al control del comercio y de las rutas tirrénicas bajas, en reacción a la fundación de la colonia de Himera y al avance griego por la costa norte.

Esta operación se ejecutó mediante el asentamiento de grupos provenientes del África noroccidental y Cerdeña, una movilidad inducida tanto por medios directos como a través de lazos diplomáticos con las principales colonias fenicias sardas. La antigua Motia, ligada económica y culturalmente a Cartago desde el siglo VIII, actuó como bisagra en el éxito de dichas fundaciones.

Cartago
Yacimiento de Cartago. Fuente: Calips/Wikimedia

Integración social y pluralidad cultural

Las evidencias arqueológicas funerarias confirman que Cartago practicó una estrategia de integración social. En la necrópolis de Palermo, por ejemplo, convivieron las inhumaciones con las cremaciones, lo que sugiere un mosaico ritual y una composición plural de la comunidad con paralelos en Motia, Cartago y Cerdeña.

Solunto presenta, igualmente, una sociedad pluriétnica —púnicos, indígenas y griegos—, visible en las tipologías funerarias y en un grupo de sepulturas que prolongan la coexistencia de ritos entre comienzos del VI y primera mitad del V a. C. El tipo de tumbas de cajón de Solunto subraya, además, la densa conexión entre el circuito cartaginés y las redes fenicias del golfo de Oristano y del norte de Sicilia.

Quemador de perfumes
Quemador de perfumes cartaginés de Kerkouane. Foto recortada. Fuente: Rais67/Wikimedia

Himera como observatorio de los flujos comerciales

La complejidad de estas relaciones se capta en Himera, donde el 15 % de las ánforas fenicio-púnicas estudiadas proceden del área de Cartago, con un pico entre la segunda mitad del VII y comienzos del VI a. C. Cartago actuó incluso como mediadora en el comercio que permitió la llegada de productos desde la Andalucía mediterránea y el Estrecho de Gibraltar, un papel logístico que encajaba con su objetivo de proyección mediterránea. Al mismo tiempo, las ánforas de Tharros y del interior de Neápolis revelan la existencia de una ruta comercial sarda cada vez más consolidada en la zona tirrénica sur.

Estrategias en Cerdeña: Nora, Bitia y Sulcis

Cerdeña funcionó como un tablero de juego clave para reforzar la voluntad política cartaginesa. En Nora, desde fines del VII a. C., las relaciones con Cartago se intensificaron, tal y como parecen probar tanto los hallazgos cerámicos como las pruebas de un comercio de especies animales africanas.

Por lo que respecta a la vecina Bitia, la transición de emporion a asentamiento estructurado se sitúa en las últimas décadas del VII. Los objetos contenidos en los ajuares, como los denominados vasos “à chardon” y los huevos de avestruz decorados, muestran vínculos estrechos con Cartago. En el distrito de Sulcis, por su parte, la práctica dominante de la cremación se ve acompañada por innovaciones funerarias características del ámbito cartaginés.

Lo significativo es que estas transformaciones preceden en varias décadas a los relatos que informan sobre las expediciones militares cartaginesas. Todo ello sugiere que Cartago promovió los procesos de integración dirigidos antes que la imposición abierta de una hegemonía. La investigación de Botto, por tanto, apunta a una estrategia impulsada por Cartago para integrar de forma gradual a las comunidades de origen norteafricano en la red colonial fenicia del Mediterráneo central.

Estela púnica
Estela decorada con la palma y el signo que representa a la diosa Tanit, tofet de Cartago. Foto recortada. Fuente: Rama/Wikimedia

Tharros y los metales del Sinis

En la península del Sinis (Tharros), la motivación principal de la presencia cartaginesa fue económica. El enclave actuó como un nodo de acopio y redistribución de metales de Montiferru y Nurra hacia África, la península Ibérica y, quizás, también Sicilia. El abrigo lagunar de Mistras, además, permitió desviar las rutas directamente al golfo de Túnez, lo que reforzó el poder cartaginés.

El flanco occidental: Ibiza y la proyección hacia Hispania

En Ibiza, tras intercambios iniciales desde la segunda mitad del VII, Cartago consolidó sus posiciones a lo largo del VI a. C. En la necrópolis de Puig des Molins, se registra el paso paulatino de la cremación a la inhumación en cámara y un incremento notable de la complejidad de los ajuares, signos de transformación socioeconómica vinculada a la llegada de grupos procedentes de Cartago.

La rápida adecuación de las producciones cerámicas locales al repertorio cartaginés permite incluso postular la llegada de alfareros del golfo de Túnez. Se evidenciaría, así, una movilidad de artesanos y trabajadores cualificados a lo largo del Mediterráneo.

Esta proyección hacia occidente se entiende también a la luz de la actividad griega. La fundación de Emporion, la presencia de ceramistas griegos en Huelva y el abandono de La Fonteta empujaron a Cartago a consolidarse en el área. Frente a las presiones exógenas, la respuesta cartaginesa privilegió las soluciones diplomáticas, sin renunciar a la intervención militar cuando fue necesario.

Puerto
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Un poder de la antigüedad fundado sobre la integración

En síntesis, según el estudio de Botto, la ascensión del poder cartaginés no obedeció a una “segunda colonización” emanada del Levante, sino a las propias dinámicas internas del Occidente fenicio. Mediante la economía, la diplomacia, la movilidad humana y el urbanismo estratégico, Cartago creó una red articulada, flexible y cohesionada, capaz de asegurarle el liderazgo en el Mediterráneo central-occidental durante el siglo VI a. C. Así, la potencia cartaginesa se cimentó menos en conquistas inmediatas que en la creación deliberada de corredores, alianzas y comunidades mixtas que le dieron profundidad territorial y poder económico.

Referencias

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