La antigua Segesta revela en su subsuelo un ingenioso entramado hidráulico que aseguró el abastecimiento urbano de agua

Las recientes excavaciones en el yacimiento de Segesta han revelado una compleja red hidráulica que habría abastecido de agua el centro urbano.
Yaciemiento arqueológico y lluvia
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto - Yacimiento en un día de lluvia

En el corazón de la Sicilia occidental, el yacimiento arqueológico de Segesta sigue revelando la estratigrafía de su pasado élimo. En particular, los trabajos recientes en la zona conocida como la Casa del Navarca han sacado a la luz un descubrimiento de gran relevancia: un sistema hidráulico complejo, asociado a cisternas y canalizaciones antiguas, que apunta a una sofisticada capacidad para gestionar el agua. La misión arqueológica de la Universidad de Ginebra, bajo la dirección de la doctora Alessia Mistretta y en convenio con el Parco Archeologico di Segesta, prosigue sus trabajos en el yacimiento con buenos resultados. Según los informes de 2025, los hallazgos abarcan un amplio arco cronológico, desde la época helenística hasta la Edad Media.

El contexto del ágora y el emplazamiento de la Casa del Navarca

La Casa del Navarca es una parte integrante del complejo de estructuras que se despliegan en torno al ágora de Segesta, es decir, el espacio público central del antiguo núcleo urbano. Sus rasgos arquitectónicos y funcionales contribuyen de manera decisiva a comprender el urbanismo hidráulico de la antigua ciudad.

Segesta
Excavación. Foto recortada. Fuente: Parco Arqueológico de Segesta

Una villa central

El ágora se caracteriza por ser un espacio amplio, con terrazas escalonadas y rodeado en tres de sus lados por porticados (stoai). Esta zona albergaba edificios administrativos (como el bouleuterion), los templos y otros monumentos públicos. Desde los barrios residenciales de la zona identificada por los aqueólogos como la Acrópolis Sur, una vía ascendía hacia el ágora pasando frente a la Casa del Navarca. Tal calle conducía al macellum o mercado y se prolongaba a través de una calle interior con criptopórtico, que conectaba los espacios comerciales con la plaza pública. La plaza estaba pavimentada con losas de piedra caliza datadas en el siglo I a.C., y contaba con canaletas y sumideros para el drenaje de aguas pluviales.

Una red para optimizar la gestión urbana de las aguas

En ese contexto, la Casa del Navarca se ha convertido en una pieza clave para interpretar las operaciones urbanas de recogida, almacenamiento, distribución y eliminación de excedentes del agua. Al investigar sus estratos, los arqueólogos han detectado, junto a pinturas, mosaicos y decoraciones arquitectónicas, torres medievales, tumbas y, lo más significativo, un entramado hidráulico previo. Este sistema articulado de cisternas y canalizaciones de época antigua se destinó a la captación y gestión del agua.

Segesta
Excavación. Foto recortada. Fuente: Parco Arqueológico de Segesta

La complejidad del sistema hídrico

Los arqueólogos han identificado la presencia de cisternas que estaban conectadas mediante tramos de canalizaciones subterráneas. Esto indica que el sistema no solo tenía la función de captar el agua pluvial, sino también de transportarla y distribuirla a diferentes sectores del complejo. Las evidencias arqueológicas sugieren, por tanto, una planificación deliberada del entramado, con un diseño hidráulico pensado para garantizar el suministro en épocas secas y evacuar los excesos de agua durante las lluvias intensas.

Este hallazgo, además de enriquecer el conocimiento del urbanismo segestano, también subraya la continuidad y adaptación de las infraestructuras desde la antigüedad hasta la Edad Media. A lo largo del tiempo, se superpusieron nuevas estructuras y los sistemas hidráulicos se adaptaron a las nuevas necesidades y formas de uso.

Segesta
Excavación. Foto recortada. Fuente: Parco Arqueológico de Segesta

Implicaciones para el conocimiento arqueológico e histórico

El descubrimiento de esta red hidráulica de la antigüedad demuestra que los antiguos habitantes de Segesta contaban con conocimientos avanzados para controlar los recursos hídricos. La integración de la red en el contexto del ágora, además, sugiere que los sistemas de agua estaban íntimamente ligados al espacio público, al comercio (macellum) y a la vida cívico-administrativa de la ciudad.

La superposición de estratos desde la época helenística hasta la Edad Media revela que el sistema se reutilizó, modificó y adaptó conforme cambiaron las funciones del conjunto arquitectónico. Este hallazgo, por tanto, pone de relieve que en Segesta, como en muchas ciudades antiguas, la gestión del agua formaba parte de la planificación urbana y del diseño del ágora.

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Excavación. Foto recortada. Fuente: Parco Arqueológico de Segesta

Retos metodológicos y perspectivas futuras

El equipo de excavación se enfrenta a una serie de desafíos metodológicos. Por un lado, debe preservar las frágiles estructuras de canalización al abrir los suelos. Por otro, tiene que documentar con extremo detalle las conexiones entre cisternas y tramos de tuberías ocultas.

Las características de los nuevos descubrimientos abren la posibilidad de poner en marcha colaboraciones interdisciplinarias — arqueología del agua, estudio de materiales hidráulicos, hidrología histórica — que permitan reconstruir no solo el trazado físico, sino también el funcionamiento hidráulico del sistema. La comparación con otros contextos del Mediterráneo antiguo, además, permitirá establecer con mayor claridad las particularidades del sistema hidráulico de Segesta.

Asimismo, conforme avance la excavación, se podrán establecer cronologías precisas para determinar cuándo se construyeron los distintos tramos de canalización, qué modificaciones se efectuaron en época medieval y cómo se insertaron en el conjunto de la Casa del Navarca.

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Excavación. Foto recortada. Fuente: Parco Arqueológico de Segesta

Un red hidráulica aún por explorar

Las excavaciones en la Casa del Navarca, situadas en el ágora de Segesta, están revelando una faceta hasta ahora poco visible del pasado antiguo: una compleja red hidráulica destinada a la recogida, almacenamiento y conducción del agua. Este hallazgo pone de relieve no solo la sofisticación técnica de los antiguos segestanos, sino también la forma en que concibieron sus espacios públicos e infraestructuras como piezas integradas en una ciudad funcional.

El entrelazamiento de estructuras residenciales, decorativas y utilitarias hace de este lugar un verdadero palimpsesto arquitectónico. Así, la Casa del Navarca se convierte en un elemento clave para reinterpretar tanto la morfología urbana del ágora como la manera en que sus habitantes vivieron y gestionaron el recurso esencial del agua.

Referencias

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