Las fotografías en color de los planetas Urano y Neptuno que hemos visto desde hace décadas tienen los colores equivocados, según un estudio reciente que ha utilizado nuevos datos y mucha matemática para dilucidar el verdadero color de ambos planetas del sistema solar. Y resulta que el gigante de hielo Neptuno no es de color azul, tal y como pensábamos.

En las fotografías a todo color de los gigantes de hielo tomadas por la sonda espacial Voyager 2 en enero de 1986 y agosto de 1989, Urano parece de color azul claro, mientras que Neptuno tiene un tono más profundo, oscuro y brillante. Esto se debe a que las cámaras de la histórica sonda espacial fotografiaron cada planeta varias veces, cada una en un solo color, y los equipos de la NASA aquí en la Tierra combinaron esas tomas en las imágenes compuestas que vemos hoy. Y claro, a pesar de lo útiles que resultaron estas instantáneas, vició o falseó la verdadera percepción de cómo son estos mundos helados y distantes.
La razón de es que la Voyager registró sus imágenes de los planetas en dos bandas de color separadas, y las imágenes de Neptuno fueron procesadas de tal manera que enfatizaban el contraste y profundizaban su verdadero color, haciéndolo parecer más azul de lo que es en realidad.
El verdadero color
Ahora, un nuevo estudio arroja luz a este asunto exponiendo cómo se ven realmente los dos planetas. Lo cierto es que tienen un color mucho más parecido de lo que se pensaba anteriormente. Neptuno es en realidad de un verde azulado pálido o "cian", similar a Urano y mucho más claro que la tonalidad azul profundo que arrojaron las imágenes de la nave espacial Voyager 2.
"Aunque las conocidas imágenes de Urano tomadas por la Voyager 2 se publicaron en una forma más cercana al color 'verdadero', las de Neptuno fueron, de hecho, estiradas y mejoradas, y por lo tanto se hicieron artificialmente demasiado azules", explica Patrick Irwin de la Universidad de Oxford y coautor del trabajo que publica la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. "Aunque los científicos planetarios conocían el color saturado artificialmente en ese momento, y las imágenes se publicaron con leyendas que lo explicaban, esa distinción se había perdido con el tiempo".

Para revelar el color original de los planetas, los científicos utilizaron datos del Espectrógrafo de Imágenes del Telescopio Espacial (STIS) a bordo del Telescopio Espacial Hubble de NASA/ESA y del Explorador Espectroscópico de Unidades Múltiples (MUSE) en el Very Large Telescope de ESO. Los investigadores utilizaron estos datos para reequilibrar las imágenes compuestas en color grabadas por la cámara Voyager 2 y también por la cámara de campo amplio 3 (WFC3) del Telescopio Espacial Hubble.
Los datos del espectrógrafo básicamente proporcionaron una lista de qué longitudes de onda o colores específicos estaban presentes en cada píxel de sus imágenes de Urano y Neptuno. Al comparar esos datos con las imágenes de los gigantes de hielo tomadas por la Voyager 2, el equipo logró reequilibrar las imágenes históricas, creando versiones que muestran los planetas en colores más realistas.

"Aplicando nuestro modelo a los datos originales, hemos podido reconstituir la representación más precisa hasta el momento del color de Neptuno y Urano", apuntan los investigadores.
Reprocesando las imágenes de la Voyager descubrieron que Neptuno es un poco más azul que Urano debido a una neblina más fina y los colores de Urano cambian de más verdes a más azules durante sus peculiares estaciones (Neptuno tarda 84 años en dar una vuelta completa al Sol). En el solsticio, cuando uno de los polos mira hacia el Sol, el planeta parece ligeramente más verde. En el equinoccio, cuando el ecuador mira al Sol, Urano es un poco más azul; así que el cambio de tonalidad se debe a las diferencias en la reflectividad entre sus regiones polares y ecuatoriales, dijeron los investigadores, y a una neblina helada que se espesa gradualmente observada durante el verano, el polo iluminado por el sol a medida que el planeta pasa del equinoccio al solsticio.

Esto es importante, dijeron los autores, porque cualquier cambio en la reflectividad de las regiones polares tendría un gran impacto en el brillo general de Urano cuando se ve desde nuestro planeta. Y, en esencia, ambos son, en cuanto a su color, mucho más parecidos de lo que creíamos: de un color azul verdoso.
“La percepción errónea del color de Neptuno, así como los inusuales cambios de color de Urano, nos han atormentado durante décadas. Este estudio exhaustivo debería finalmente poner fin a ambas cuestiones”, afirmó Heidi Hammel, investigadora de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA).

Referencias:
- Patrick G J Irwin, Jack Dobinson, Arjuna James, Nicholas A Teanby, Amy A Simon, Leigh N Fletcher, Michael T Roman, Glenn S Orton, Michael H Wong, Daniel Toledo, Santiago Pérez-Hoyos, Julie Beck. Modelling the seasonal cycle of Uranus’s colour and magnitude, and comparison with Neptune. Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, 2024; 527 (4): 11521 DOI: 10.1093/mnras/stad3761