Jacqueline Fitzsimons y la combustión humana espontánea: ¿cómo ocurre esto?

Un día de enero, una adolescente inglesa quedaba envuelta en llamas en el pasillo del colegio en el que estudiaba, ante la mirada tónita de sus compañeros y sin que mediara mechero o cerilla alguna.
La combustión humana espontánea es un enigma que se remonta a hace más de 400 años. Foto: DALL-E/Daniel Gómez.

Jacqueline era una adolescente de 17 años que estudiaba en el Halton Technical College en Cheshire, Inglaterra. Según sus profesores era una chica alegre, muy popular y trabajadora. El 8 de enero de 1985 Jacquie, como la conocían, estaba charlando desenfadadamente con sus compañeros de clase en una de los pasillos del colegio cuando de repente le dijo a una de sus amigas, Karen Glenholmes, que empezaba a sentirse mal y que tenía una sensación de ardor en la espalda. En una entrevista a la BBC Karen dijo que “hubo un olor como a fuego lento y comenzó a gritar pidiendo ayuda, diciendo que se estaba quemando. No vimos fuego en sus vestidos pero cuando se lo arrancamos vimos que por debajo de la ropa estaba ardiendo”. Sin saberlo, presenciaron un curioso fenómeno: la combustión humana espontánea.

La misteriosa muerte de Jacqueline Fitzsimons

Profesores y alumnos pudieron apagar el fuego con toallas mojadas y la llevaron rápidamente al hospital: tenía un 18% de su piel quemada. Dos semanas más tarde, moría a causa de las quemaduras. Durante la investigación del incidente se recreó todo lo recreable; incluso se colocó un maniquí con una ropa parecida a la que llevaba Jaquie. Bert Gillies, oficial de bomberos del condado, dijo durante la audiencia que “debe haber alguna explicación, pero deberíamos considerar la combustión humana espontánea como una posibilidad”.

Contexto del caso de Jacqueline Fitzsimons

Jacqueline Fitzsimons era conocida por su alegría y popularidad en el Halton Technical College. El 8 de enero de 1985, mientras charlaba con sus compañeros, comenzó a sentir un extraño ardor en la espalda. Su amiga Karen Glenholmes recordó el momento en el que Jacqueline empezó a gritar pidiendo ayuda, afirmando que se estaba quemando. A pesar de que no se veía fuego en su ropa, al retirarla, sus compañeros descubrieron que su piel estaba ardiendo por debajo. Este evento desconcertante dejó una marca indeleble en todos los presentes.

Imagen de una de las naves en el Instituto Naval Halton, donde Jacqueline estuddiaba. Foto: Wikimedia Commons.

Los profesores y alumnos actuaron rápidamente, sofocando las llamas con toallas mojadas y trasladando a Jacqueline al hospital. Sin embargo, las quemaduras cubrían el 18% de su cuerpo, y dos semanas después, Jacqueline falleció a causa de sus heridas. La comunidad quedó conmocionada y se inició una investigación para determinar qué pudo haber causado tal tragedia. El caso de Jacqueline se convirtió en uno de los más intrigantes en la historia de la combustión humana espontánea.

Investigación y teorías sobre su combustión

Durante la investigación, se recrearon las condiciones del incidente con la esperanza de encontrar una explicación lógica. Se utilizó un maniquí con ropa similar a la de Jacqueline para intentar replicar el fenómeno. Bert Gillies, oficial de bomberos del condado, sugirió que la combustión humana espontánea podría ser una posibilidad, aunque reconoció que debía haber alguna explicación razonable detrás del suceso. Este comentario avivó el debate sobre la existencia de tal fenómeno.

A pesar de los esfuerzos por encontrar una causa concreta, el misterio de la muerte de Jacqueline persiste. Se especuló sobre la posibilidad de que la clase de cocina que tuvo antes del incidente pudiera haber sido un factor, pero no se encontraron pruebas concluyentes. Incluso la propia Jacqueline, al ser interrogada en el hospital, mencionó que podrían haber sido los fuegos de la cocina. Sin embargo, el jurado de la instrucción no pudo determinar una causa definitiva.

La combustión humana espontánea es un enigma que se remonta a hace más de 400 años. Foto: DALL-E/Daniel Gómez.

Historia de la combustión humana espontánea

Existen referencias, incluso en la literatura universal, que nos indican que se tiene constancia de la combustión humana espontánea desde hace casi medio milenio.

Primeros casos documentados desde 1641

La combustión humana espontánea parece de película, pero no es fenómeno no es nuevo. Los primeros relatos conocidos de se remontan a 1641 y desde entonces se conocen unos 200 casos medianamente documentados de personas que se han puesto a arder sin causa aparente. El fenómeno es tan llamativo que aparece en novelas como Redburn de Herman Melville, Almas Muertas del ruso Mikolai Gogol o en la más famosa La casa lúgubre de Charles Dickens, donde un sórdido comerciante alcohólico, Krook, terminaba convertido en un montón de cenizas sobre el suelo y "una capa oscura y grasienta en las paredes y el techo". El escritor explicó que la muerte estaba inspirada en un caso real: “Hay constancia de unos 30 casos, el más famoso de los cuales, el de la Condesa Cornelia de Bandi Cesenate, lo investigó y describió con gran minuciosidad Giuseppe Bianchini, prebendado de Verona, persona distinguida en el mundo de las letras, que publicó un relato al respecto en 1731 en Verona y después lo reeditó en Roma”.

Representación del descubrimiento de un caso de combustión espontánea humana en Bleak House. Wikimedia Commons.

El término introducido por Paul Rolli en 1746

El término "combustión humana espontánea" fue introducido por Paul Rolli en 1746, marcando un hito en la historia del fenómeno. Rolli fue uno de los primeros en intentar describir y categorizar estos extraños eventos, basándose en casos documentados y relatos de testigos. Su trabajo ayudó a popularizar el concepto y a establecer un marco para futuras investigaciones. A pesar de la falta de evidencia científica concluyente, el término ha perdurado y sigue siendo utilizado para describir estos misteriosos incidentes.

La introducción del término por Rolli también coincidió con un aumento en el interés por lo sobrenatural y lo inexplicable durante el siglo XVIII. Los relatos de combustión espontánea se convirtieron en un tema de discusión en círculos académicos y literarios, generando tanto admiración como escepticismo. La combustión humana espontánea se ha mantenido como un enigma intrigante, desafiando las explicaciones racionales y científicas.

Teorías científicas detrás de la combustión espontánea

Aunque la combustión espontánea humana aún no encuentre una explicación científica sólida, existen teorías que se aproximan, de forma más o menos acertada, al fenómeno.

El efecto mecha: ¿cómo funciona?

Para este y otros casos suele aducirse como explicación el llamado “efecto mecha”: una pequeña llama, como un cigarrillo encendido, alcanza la ropa de la víctima, penetra y quema la piel liberando algo de grasa subcutánea que la ropa quemada absorbe, actuando como una mecha. Esta grasa, una vez calentada, penetra en la ropa como la cera en la mecha de una vela, proporcionando el combustible necesario para mantenerla encendida. Inicialmente el agua del cuerpo podría impedir la combustión pero, al tratarse de una combustión lenta, también se va evaporando lentamente. Por lo general, el cuerpo humano tiene suficiente energía almacenada en forma de grasa para llegar a calcinar completamente el cuerpo. El efecto mecha también explica porqué aparecen las extremidades intactas: como suelen tener menor cantidad de grasa, no arden. Del mismo modo, da cuenta de por qué muchas de las víctimas han sido personas obesas.

Ilustración, combustión espontánea

Experimentos en 1998: ¿qué revelaron?

El efecto mecha se probó experimentalmente en 1998 durante un programa de la BBC con un cerdo envuelto en una manta: el cuerpo tardó en prender pero tras arder durante cinco horas las partes que habían estado en contacto con el fuego, huesos incluidos, fueron reducidos a cenizas. Pero esta explicación aún adolece de bastantes problemas: uno es que el experimento necesitó de una llama inicial y un acelerante. Los defensores de la combustión humana espontánea contraatacan diciendo que si estamos ante un proceso lento, ¿por qué las víctimas no salen corriendo cuando estallan en llamas? Si te estás quemando te mueves, te arrojas al suelo, empujas muebles... y en muchos casos parece como si se hubiera quedado allí, tranquilamente, viendo cómo su cuerpo arde.

Posibles explicaciones del fenómeno

Aunque carezcan de cimientos científicos, estas explicaciones de la combustión humana espontánea pueden ser replicables y comprobables, ayudando a hacernos una idea de cómo sucede esto.

Fuentes de ignición no detectadas

Una de las explicaciones más comunes para los casos de combustión humana espontánea es la presencia de fuentes de ignición no detectadas. Objetos cotidianos como cerillas, cigarrillos o incluso chispas eléctricas podrían ser responsables de iniciar el fuego. En muchos casos documentados, las víctimas se encontraban cerca de fuentes de calor, lo que sugiere que la combustión podría haber sido causada por un descuido o accidente.

Si le preguntamos a un científico si un cuerpo humano puede arder de repente nos dirá que no. Debido a que el cuerpo humano está compuesto principalmente de agua y lo único que tiene inflamable es el tejido graso y el gas metano, la posibilidad de que estemos ante un fenómeno real parece muy remota. Muchos descartan que sea real y afirman que una fuente de llama no detectada, como un fósforo o un cigarrillo, es el verdadero culpable. Por lo general las víctimas se encuentran cerca de una fuente de fuego, como sucedió en 2010 con Michael Faherty, un hombre de 76 años cuyo cuerpo apareció abrasado cerca de una chimenea en una habitación que no sufrió ningún daño.

Hace 41.000 años los humanos de Tasmania cambiaron el paisaje con fuego. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

Debate sobre el alcoholismo y la combustión

Otra teoría que ha sido explorada es la relación entre el alcoholismo y la combustión humana espontánea. Históricamente, muchas de las víctimas documentadas eran alcohólicas crónicas, lo que ha llevado a especular que el alcohol en el cuerpo podría contribuir a la inflamabilidad. Sin embargo, esta teoría ha sido criticada por su falta de evidencia científica sólida y su dependencia de estereotipos.

El debate sobre el alcoholismo como factor contribuyente continúa, pero la mayoría de los expertos coinciden en que no es una explicación suficiente por sí sola. La combustión espontánea sigue siendo un fenómeno complejo que probablemente involucra múltiples factores. Aunque el alcoholismo puede haber estado presente en algunos casos, no explica la totalidad del fenómeno ni sugiere una causa directa.

Casos notables y patrones comunes

Las diversas simulaciones realizadas por científicos no llegan a un quórum sobre la existencia de factores determinantes para que se dé la combustión humana espontánea. Sin embargo, sí que existen factores que se han repetido en diversos casos.

Características comunes entre las víctimas

A lo largo de los años, se han identificado ciertas características comunes entre las víctimas de combustión humana espontánea. Muchas de ellas eran mujeres mayores, a menudo solitarias, y en algunos casos, con problemas de movilidad. Estas similitudes han llevado a especular que las víctimas podrían haber estado en situaciones donde una fuente de ignición externa pasó desapercibida o donde no pudieron reaccionar adecuadamente ante el fuego.

Además, las víctimas a menudo presentaban un perfil demográfico similar, lo que ha llevado a algunos investigadores a considerar factores como el aislamiento social o condiciones médicas preexistentes como posibles contribuyentes al fenómeno. Sin embargo, estas características no son universales y no explican todos los casos documentados, dejando aún muchas preguntas sin respuesta.

Casos históricos como Mary Reeser y Helen Conway

Entre los casos más notables de combustión humana espontánea se encuentran los de Mary Reeser y Helen Conway. Mary Reeser, una mujer de 67 años, fue encontrada quemada casi por completo en su apartamento en 1951, con solo un pie intacto. El caso de Helen Conway, en 1964, presentó un escenario similar, con su cuerpo reducido a cenizas mientras los objetos cercanos permanecían prácticamente intactos.

Imágenes del incidente junto a un retrato de Mary Reeser. Foto: Tampa Bay Times.

Estos casos, junto con otros similares, han sido objeto de intensa investigación y especulación. A menudo, presentan patrones comunes, como la ausencia de daño significativo en el entorno inmediato y la preservación de algunas extremidades. Estos detalles han alimentado tanto el misterio como el escepticismo en torno a la combustión humana espontánea, desafiando a los investigadores a encontrar explicaciones convincentes.

El misterio de la muerte de Jacquie aún persiste. Las sospechas recayeron sobre la clase de cocina que tuvo antes de quemarse. Hasta la misma Jacquie, cuando la interrogaron en el hospital, dijo que tenía que haber sido los fuegos de la cocina, y el jurado de la instrucción concluyó que ésa fue la causa.

Referencias:

  • Strange and anomalous phenomena (1985), New Horizons Reseach Foundation
  • Torinesi, A. &. (2005). Combustión espontánea humana y posibles correlaciones con el fenómeno de abducción. Obtenido de corradomalangaexperience/wp- content/uploads/Corrado-Malanga-Combustio%CC%81n-humana-esponta%CC%81nea-y- abducciones

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