Hace 3.600 millones de años nuestro planeta ya contaba con una fuente de oxígeno que podrían haber aprovechado los primeros organismos que lo poblaron. Los responsables habrían sido unos primitivos microbios capaces de hacer la fotosíntesis oxigénica, un proceso en el que la energía solar se transforma en energía química y se libera ese gas. Tanai Cardona, un bioquímico del Departamento de Ciencias de la Vida del Imperial College de Londres, asegura que este fenómeno ya tenía lugar unos mil millones de años antes de lo que se ha venido creyendo, esto es, poco después –al menos si tenemos en cuenta la escala del tiempo geológico– de que surgiera la vida en la Tierra.
La fotosíntesis oxigénica: un proceso clave en la evolución de la vida
En un estudio publicado en la revista Heliyon, Cardona destaca que este hallazgo arrojará algo de luz sobre el origen del oxígeno biogénico, un aspecto fundamental para entender la evolución de la vida en nuestro mundo. Así, sugiere que los primeros microorganismos que lo produjeron no fueron las cianobacterias –una de las hipótesis más extendidas en la actualidad–, sino que estas aparecieron más tarde.
El origen de la fotosíntesis: hace 3.600 millones de años
“Los procesos que sostienen la mayor parte de la vida en la Tierra podrían haber venido dándose desde mucho antes de lo que sospechamos. La disponibilidad de oxígeno en una época tan temprana permitió a los microbios diversificarse y dominar el planeta durante millones y millones de años; es, en esencia, lo que facilitó que abandonaran la cuna en la que se originó la vida y que se extendieran por todos los rincones del globo”, explica Cardona en un comunicado.
El descubrimiento de Cardona se basa en el estudio de los fotosistemas, complejos de proteínas que facilitan la fotosíntesis. Estos análisis han mostrado que los mecanismos necesarios para la fotosíntesis oxigénica ya estaban presentes en microbios muy antiguos. Este avance podría cambiar nuestra comprensión de cómo se desarrollaron las primeras formas de vida en la Tierra y cómo estas contribuyeron a la creación de una atmósfera rica en oxígeno.
El impacto de este descubrimiento es significativo, ya que sugiere que los procesos que sostienen la vida en nuestro planeta tienen raíces mucho más profundas de lo que se pensaba. La presencia de oxígeno en una etapa tan temprana de la historia terrestre habría permitido a los microbios primitivos diversificarse, sentando las bases para la evolución de formas de vida más complejas.
Microbios primitivos: los primeros productores de oxígeno
Los microbios primitivos que realizaban la fotosíntesis oxigénica fueron los verdaderos pioneros en la producción de oxígeno en la Tierra. A diferencia de las cianobacterias, que se han considerado tradicionalmente los primeros organismos fotosintéticos, estos microbios más antiguos ya estaban utilizando la energía solar para romper moléculas de agua y liberar oxígeno. Este proceso no solo proporcionó la energía necesaria para su supervivencia, sino que también transformó el entorno planetario, creando condiciones favorables para la vida tal como la conocemos hoy.

La capacidad de estos microbios para realizar la fotosíntesis oxigénica permitió la acumulación gradual de oxígeno en la atmósfera. Este cambio ambiental fue fundamental para la evolución de formas de vida más complejas, que dependían del oxígeno para su metabolismo. La investigación de Cardona sugiere que la diversidad de la vida en la Tierra podría haber comenzado mucho antes de lo que se pensaba, gracias a estos microbios pioneros.
La existencia de estos microbios primitivos y su capacidad para producir oxígeno también plantea preguntas sobre la posibilidad de vida en otros planetas. Si este tipo de fotosíntesis pudo desarrollarse en la Tierra en condiciones primitivas, podría ser posible que procesos similares ocurran en otros lugares del universo, donde existan las condiciones adecuadas para la vida.
Tanai Cardona y la investigación del oxígeno biogénico
Tanai Cardona ha sido una figura clave en la investigación del origen del oxígeno biogénico y su papel en la evolución de la vida en la Tierra. Su trabajo ha desafiado las teorías establecidas sobre el mecanismo de la producción de oxígeno por organismos fotosintéticos. Cardona ha argumentado que los primeros productores de oxígeno no fueron las cianobacterias, sino microbios aún más antiguos, lo que podría reescribir la historia de la vida en nuestro planeta.
El estudio de Cardona, publicado en la revista Heliyon, ha aportado pruebas convincentes de que la fotosíntesis oxigénica existía mucho antes de lo que se pensaba. Este trabajo se basa en el análisis de fotosistemas, que son complejos de proteínas esenciales para la fotosíntesis. Al estudiar estos sistemas en profundidad, Cardona ha podido identificar características que sugieren que la capacidad de realizar fotosíntesis oxigénica estaba presente en microbios antiguos, mucho antes de la aparición de las cianobacterias.
La investigación de Cardona no solo tiene implicaciones para nuestra comprensión de la evolución de la vida en la Tierra, sino que también podría influir en la búsqueda de vida extraterrestre. Si la fotosíntesis oxigénica pudo desarrollarse en condiciones primitivas en nuestro planeta, es posible que procesos similares puedan ocurrir en otros lugares del universo, ampliando nuestras posibilidades de encontrar vida más allá de la Tierra.
Tipos de fotosíntesis y su impacto en la biodiversidad
La acepción más común, que a todos nos explicaron en clase, sería la fotosíntesis oxigénica. Esto es, aquella que necesita de la luz del sol para descomponer las moléculas de agua y liberar así su oxígeno.
Fotosíntesis oxigénica vs. anoxigénica: diferencias clave
La fotosíntesis es un proceso fundamental que se presenta en dos formas principales: la fotosíntesis oxigénica y la anoxigénica. La fotosíntesis oxigénica, que es la más común en plantas, algas y cianobacterias, utiliza la energía solar para dividir moléculas de agua, liberando oxígeno como subproducto. Este proceso no solo genera energía química en forma de ATP y NADPH, sino que también contribuye significativamente a la producción de oxígeno en la atmósfera terrestre.
Por otro lado, la fotosíntesis anoxigénica no produce oxígeno. En lugar de agua, utiliza otros compuestos como el ácido sulfhídrico, el hierro o el arsénico como donadores de electrones. Este tipo de fotosíntesis es realizado por ciertos tipos de bacterias, como las bacterias verdes del azufre. Aunque menos conocida, la fotosíntesis anoxigénica es crucial para el ciclo de nutrientes en ecosistemas específicos, especialmente en ambientes donde el oxígeno es escaso.
Las diferencias entre estos dos tipos de fotosíntesis no solo residen en los compuestos utilizados, sino también en los pigmentos fotosintéticos involucrados. Mientras que la fotosíntesis oxigénica emplea clorofila, la anoxigénica utiliza bacterioclorofila. Esta diversidad en los mecanismos fotosintéticos ilustra la adaptabilidad de los organismos fotosintéticos y su capacidad para colonizar una amplia gama de ambientes, desde los más oxigenados hasta los más inhóspitos.

El papel de la fotosíntesis oxigénica en la diversificación de microorganismos
La fotosíntesis oxigénica ha sido un motor clave para la diversificación de microorganismos en la Tierra. Al liberar oxígeno, este proceso creó un entorno que permitió la evolución de organismos aerobios, que utilizan el oxígeno para obtener energía de manera más eficiente a través de la respiración celular. Este cambio ambiental fue crucial para la aparición de la vida compleja, ya que el oxígeno es esencial para el metabolismo de muchos organismos multicelulares.
La disponibilidad de oxígeno también permitió la diversificación de rutas metabólicas entre los microorganismos. Algunos desarrollaron la capacidad de utilizar oxígeno para la respiración, mientras que otros se adaptaron a vivir en ambientes con niveles bajos de oxígeno, contribuyendo a la biodiversidad microbiana. Este proceso de diversificación fue fundamental para el desarrollo de ecosistemas complejos y la aparición de nuevas formas de vida.
Además, la fotosíntesis oxigénica ha influido en la evolución de las plantas y las algas, que son los principales productores de oxígeno en la actualidad. La capacidad de realizar fotosíntesis oxigénica permitió a estas especies colonizar una amplia variedad de hábitats, desde océanos hasta desiertos, contribuyendo a la diversidad de formas de vida en la Tierra y estableciendo las bases para la evolución de los ecosistemas terrestres.
Impacto del oxígeno temprano en la expansión de la vida
Facilitación de la evolución de formas de vida compleja
La presencia de oxígeno en la atmósfera terrestre, facilitada por la fotosíntesis oxigénica, fue un factor crucial para la evolución de formas de vida compleja. El oxígeno permitió el desarrollo de la respiración aerobia, un proceso metabólico que produce energía de manera mucho más eficiente que la fermentación anaerobia. Este aumento en la eficiencia energética posibilitó la aparición de organismos multicelulares, que requieren grandes cantidades de energía para mantener sus funciones vitales.
Con el tiempo, la acumulación de oxígeno en la atmósfera transformó el planeta, creando condiciones que favorecieron la diversificación de la vida. Este cambio ambiental permitió la aparición de nuevos nichos ecológicos, donde diferentes formas de vida pudieron evolucionar y adaptarse. La disponibilidad de oxígeno también facilitó la evolución de estructuras biológicas más complejas, como los sistemas nervioso y circulatorio, que son esenciales para el funcionamiento de organismos más avanzados.
La investigación sugiere que el oxígeno temprano no solo impulsó la evolución de la vida en la Tierra, sino que también podría ser un indicador de habitabilidad en otros planetas. La presencia de oxígeno en la atmósfera de un exoplaneta podría ser una señal de procesos biológicos similares a los que ocurrieron en nuestro planeta, aumentando la posibilidad de encontrar vida extraterrestre en el universo.

Estudio de fotosistemas en otros planetas
El estudio de fotosistemas, los complejos de proteínas que facilitan la fotosíntesis, no solo es relevante para comprender la historia de la vida en la Tierra, sino que también tiene implicaciones para la búsqueda de vida en otros planetas. Los investigadores están interesados en entender cómo estos sistemas podrían funcionar en condiciones diferentes a las terrestres y qué indicios podrían ofrecer sobre la existencia de vida en otros lugares del universo.
Al analizar fotosistemas en el contexto de otros planetas, los científicos buscan identificar características que podrían indicar la presencia de procesos fotosintéticos. Estos estudios no solo se centran en la fotosíntesis oxigénica, sino también en la anoxigénica, que podría ser más común en ambientes con condiciones extremas. La diversidad de mecanismos fotosintéticos en la Tierra sugiere que la vida podría adaptarse a una amplia variedad de condiciones, aumentando las posibilidades de encontrar vida en otros planetas.
La investigación de fotosistemas en otros planetas también podría ofrecer pistas sobre la evolución de la vida en la Tierra. Al comparar estos sistemas con los terrestres, los científicos pueden obtener una mejor comprensión de cómo la fotosíntesis ha influido en la evolución de la vida y cómo podría hacerlo en otros lugares del universo. Este enfoque interdisciplinario combina la astrobiología, la bioquímica y la ecología para explorar una de las preguntas más fundamentales de la ciencia: ¿estamos solos en el universo?
La fotosíntesis en el contexto histórico
La fotosíntesis oxigénica, tal y como hemos podido estudiarla hoy en día, es fruto de un proceso evolutivo cambiante a lo largo del tiempo. La evolución en las condiciones climatológicas de nuestro planeta ha sido clave para ello.
Reseña histórica de la fotosíntesis
La fotosíntesis es un proceso que ha evolucionado a lo largo de miles de millones de años, desempeñando un papel fundamental en la historia de la vida en la Tierra. Desde sus orígenes en microbios primitivos hasta su desarrollo en plantas complejas, la fotosíntesis ha sido un motor clave de la evolución biológica, transformando la atmósfera y los ecosistemas del planeta. Este proceso ha permitido la acumulación de oxígeno, creando un entorno que favoreció la diversificación de formas de vida complejas.
A lo largo de la historia, los científicos han investigado la fotosíntesis para entender cómo las plantas y otros organismos convierten la energía solar en energía química. Desde los primeros experimentos en el siglo XVIII hasta las investigaciones modernas, el estudio de la fotosíntesis ha revelado detalles sobre los mecanismos moleculares que permiten este proceso. Estos descubrimientos no solo han ampliado nuestro conocimiento sobre la biología, sino que también han tenido aplicaciones prácticas en la agricultura y la producción de energía.
La investigación continua sobre la fotosíntesis sigue aportando nuevas perspectivas sobre su papel en la evolución de la vida y su potencial para abordar desafíos ambientales actuales. Al comprender cómo la fotosíntesis ha influido en la historia de la vida en la Tierra, los científicos pueden desarrollar estrategias para mejorar la eficiencia fotosintética en cultivos y explorar nuevas formas de energía renovable, contribuyendo a un futuro más sostenible.

La importancia de la energía solar en el proceso fotosintético
La energía solar es el motor que impulsa la fotosíntesis, un proceso que permite a las plantas, algas y algunos microbios convertir la luz del sol en energía química. Esta conversión es esencial para la producción de oxígeno y la fijación de dióxido de carbono, procesos que son fundamentales para la vida en la Tierra. La energía solar no solo sustenta la fotosíntesis, sino que también influye en el clima y los ecosistemas del planeta.
Durante la fotosíntesis, la luz solar es capturada por pigmentos fotosintéticos como la clorofila, que absorben la luz y la utilizan para dividir moléculas de agua, liberando oxígeno y generando energía en forma de ATP y NADPH. Estos compuestos energéticos son utilizados por las plantas para sintetizar glucosa a partir de dióxido de carbono, proporcionando la base energética para casi toda la vida en la Tierra.
La importancia de la energía solar en la fotosíntesis también se refleja en su potencial para abordar problemas ambientales actuales. Al mejorar nuestra comprensión de cómo se captura y utiliza la energía solar en la naturaleza, los científicos pueden desarrollar tecnologías más eficientes para aprovechar la energía solar, reduciendo nuestra dependencia de combustibles fósiles y contribuyendo a la mitigación del cambio climático. Así, la investigación sobre la fotosíntesis no solo nos ayuda a entender el pasado de nuestro planeta, sino que también ofrece soluciones para un futuro más sostenible.
Referencias:
- Early Archean origin of heterodimeric Photosystem I. Tanai Cardona. Heliyon (2018). DOI: 10.1016/j.heliyon.2018.e00548
- Imagen: Cianobacterias. Josef Reischig / CSC vía Wikimedia – CC