A lo largo del tiempo, la fascinación humana por los zombis ha crecido de manera exponencial, nutrida por la cultura popular a través de películas, series como The Walking Dead o Guerra Mundial Z. Sin embargo, tras esta atracción, la posibilidad de que los zombis puedan existir en la realidad se enfrenta a una barrera científica y biológica insalvable. ¿Existen los zombies? ¿Pueden existir los zombies? Al analizar los aspectos técnicos, se concluye que es imposible que existan los zombis tal como los presenta la ficción.
La fascinación humana por los zombis a lo largo del tiempo
Origen etimológico de la palabra 'zombi'
La palabra "zombi" proviene del término Kongo "nzambi", que se traduce como "espíritu de una persona muerta". En Haití, el concepto se fusionó con las prácticas religiosas del vudú, añadiendo misterio y temor. Esta conexión con la espiritualidad y la vida después de la muerte muestra que el interés por estos seres míticos es tan antiguo como la propia humanidad. Podrían existir los zombies si consideramos la dimensión cultural y mística del término, pero desde una perspectiva material, su existencia sigue siendo imposible.
A medida que las historias de muertos vivientes se propagaron, el término "zombi" adquirió nuevas connotaciones en la cultura popular occidental. Las primeras películas, como White Zombie de 1932, mostraban al zombi como un ser sin alma, controlado por fuerzas externas. Esta representación reforzó la imagen del zombi como símbolo del miedo a perder el control sobre el propio cuerpo y la propia voluntad.

El auge de los zombis en cultura popular: cine y televisión
El cine y la televisión han alimentado la popularidad de los zombis. Desde La noche de los muertos vivientes (1968) hasta producciones actuales, los zombis se han convertido en un elemento recurrente que explora temores sociales y culturales. Estas representaciones, ya sean zombis lentos o veloces depredadores, no dejan de ser metáforas del colapso social y la pérdida de la identidad humana. La pregunta de si pueden existir los zombies en la realidad se torna irrelevante ante el rico panorama simbólico que nos ofrecen.
Las series de televisión, como The Walking Dead, han profundizado en las relaciones humanas y los dilemas morales surgidos tras un hipotético apocalipsis zombi. Estas narraciones van más allá del mero terror, usando a los zombis como catalizadores de conflictos internos y externos. Aunque la imposibilidad científica de un apocalipsis zombi sea evidente, su reflejo en la ficción sigue cautivando a millones.
La paradoja física de los zombis
Muertos vivientes: una contradicción biológica
La idea de los zombis como "muertos vivientes" entra en contradicción con las leyes biológicas conocidas. Para que un cuerpo se mueva y reaccione, necesita estar vivo y poseer funciones básicas, como la circulación sanguínea y el metabolismo celular. Si es posible que existan los zombis se cuestiona al no hallar base científica: un cadáver carece de estas funciones, por lo que no podría moverse ni atacar.
Sin procesos vitales, el organismo no genera energía. La ficción suele presentar zombis que se alimentan, pero sin sistemas digestivos y respiratorios funcionales, resulta imposible sostener cualquier actividad corporal. Este simple hecho hace que los zombis no puedan existir en el mundo real.
Limitaciones en la locomoción y movimiento
La locomoción humana depende de un complejo engranaje entre músculos, huesos y un sistema nervioso activo. Sin señales cerebrales, un cuerpo muerto no podría coordinar movimientos, ni siquiera los más básicos. Un zombi, al carecer de actividad cerebral y energética, no podría sostener una marcha firme ni mucho menos correr.
La fragilidad estructural del cadáver es otro obstáculo. Los huesos y tendones, en proceso de descomposición, dificultarían mantener la postura o arrastrar el cuerpo. En estas condiciones, la idea de un zombi persiguiendo a un ser humano se desmorona ante la evidencia biológica.

Falta de sistemas nerviosos y deterioro cerebral
El cerebro, centro de control del organismo, dirige las acciones y las respuestas al entorno. En un cadáver, este órgano sufre un deterioro irreversible, impidiendo cualquier tipo de coordinación o respuesta motora. Si existen los zombis, no dispondrían de capacidad cognitiva ni sensorial, quedando inmóviles e inertes.
Sin actividad cerebral, no hay posibilidad de percibir estímulos, sentir dolor o placer, ni ejecutar acciones complejas. Esta es la base más contundente del por qué no pueden existir los zombis en la realidad.
Condiciones climáticas adversas para la existencia zombi
Impacto de temperaturas extremas en la descomposición
El entorno planetario no sería amable con los zombis. Las altas temperaturas acelerarían la descomposición, mientras que el frío extremo congelaría los fluidos corporales, afectando la movilidad. Bajo el sol abrasador o el hielo polar, el cuerpo zombi se desintegraría rápidamente, reforzando la imposibilidad de que mantenga su condición durante mucho tiempo.
La humedad también juega en contra, facilitando el crecimiento de bacterias y hongos que corroerían los tejidos del zombi. Estas condiciones climáticas aumentan la fragilidad del cadáver andante, si es que pudiera andar, desgastándolo en poco tiempo.
Humedad y su efecto en el deterioro de la carne
La humedad acelera la proliferación de microorganismos. En un cuerpo sin defensas inmunitarias, la descomposición sería fulminante, haciendo que cualquier "zombi" se deshiciera en poco tiempo. Estas condiciones ambientales, inherentes a muchos rincones del planeta, impedirían que los zombis mantuvieran una estructura sólida el tiempo suficiente para representar una amenaza real.
Vulnerabilidad a enfermedades y bacterias
La ausencia de un sistema inmunitario funcional
Un zombi carece de defensas contra infecciones. Sin un sistema inmunitario, las bacterias, virus y hongos invadirían el cadáver sin oposición. Este escenario llevaría a una rápida descomposición, volviendo insostenible la existencia prolongada de un ser zombi.
Sin la capacidad de reparar tejidos ni de combatir patógenos, el cuerpo muerto se convertiría en un festín para microorganismos oportunistas. Estas condiciones biológicas refuerzan el porqué no es posible un apocalipsis zombi en el mundo real.
La acumulación de bacterias y virus en cuerpos zombi
Los cuerpos zombis serían un caldo de cultivo ideal para microorganismos patógenos. A medida que las bacterias y virus se multiplicaran, el deterioro del cadáver se aceleraría, disolviendo la estructura física y imposibilitando el movimiento. Este proceso pondría fin a cualquier esperanza de persistencia zombi.

En este contexto, la transmisión de enfermedades también sería limitada, ya que el propio zombi se desintegraría con rapidez. La amenaza epidémica que la ficción suele retratar se desvanece ante la imposibilidad de mantener el cuerpo muerto en movimiento y activo durante el tiempo suficiente.
La imposibilidad de un apocalipsis zombi
Falta de recursos esenciales y supervivencia
Un apocalipsis zombi, tal como se presenta en la ficción, requeriría una abundancia de cadáveres vivientes. Pero estos seres, al no contar con recursos energéticos ni medios para sostener su actividad, se descompondrían antes de consolidar un ataque masivo. Sin alimentos, agua ni refugio adecuados, tanto zombis como humanos estarían condenados a un colapso logístico.
La imposibilidad de mantener a un zombi "operativo" durante un lapso de tiempo significativo impide la formación de hordas amenazantes. A la larga, la dinámica de un apocalipsis zombi se revela insostenible, quedando en el plano de la fantasía.
La realidad frente a la visión romántica del apocalipsis
La ficción presenta el apocalipsis zombi como una aventura llena de emoción, pero la realidad sería muy distinta. La inseguridad, la escasez de recursos y el deterioro de los cuerpos muertos hacen que un escenario así sea inviable. En lugar de un drama épico, sería un fracaso ecológico, sanitario y logístico.
La visión romántica del apocalipsis zombi ignora las complejidades biológicas y prácticas que impiden su concreción. Sin la base científica para sostener los cuerpos en movimiento, los zombis no pueden existir, y los apocalipsis zombis quedan como simples mitos alimentados por nuestra imaginación y nuestros temores colectivos.
La influencia de la cultura haitiana y el vudú en la mitología zombi
El papel de la historia de los esclavos haitianos
La figura del zombi tiene raíces profundas en la cultura haitiana y las experiencias de los esclavos africanos. En Haití, el zombi se asocia con el vudú, religión sincrética que fusiona creencias africanas, indígenas y católicas, y representa el miedo a la pérdida del libre albedrío y la dignidad humana. Esta vinculación con el pasado esclavista confiere a la imagen del zombi un trasfondo social y político que refuerza su simbolismo más allá de lo biológico.
La historia de los esclavos haitianos ofrece un contexto cultural que explica la persistencia de la creencia en seres desprovistos de voluntad. El zombi haitiano no es tanto un monstruo devorador, sino un ser sometido, reflejando traumas históricos y culturales que han marcado la identidad del pueblo haitiano.
El mito del zombi en la religión vudú
En el vudú, la idea del zombi está ligada a prácticas rituales que, según la tradición, pueden resucitar a los muertos y convertirlos en serviles trabajadores. Estas creencias, aunque rodeadas de misticismo, no tienen base científica que respalde la existencia real de zombis, sino que forman parte del imaginario cultural y religioso. El zombi haitiano es una metáfora del temor a la esclavitud, la opresión y la pérdida de la identidad personal.
Aunque algunos estudiosos han propuesto explicaciones basadas en toxinas naturales que inducen estados cercanos a la muerte aparente, nada de esto convierte a los zombis en seres biológicamente viables. Las raíces vudú y el pasado esclavista proporcionan un contexto cultural que explica la persistencia del mito, pero no la posibilidad de que exista un zombi real.
Referencias:
- Ackermann, H.-W., & Gauthier, J. R. (1991). The Ways and Nature of the Zombi. The Journal of American Folklore, 104(414), 466-494.
- Davis, W. (1983). The Ethnobiology of the Haitian Zombi. Journal of Ethnopharmacology, 9(1), 85-104.
- Schlozman, S. C. (2011). The Zombie Autopsies: Secret Notebooks from the Apocalypse. New York: Grand Central Publishing.
- Smith?, R. J., & Day, T. (2004). The Undead: A Plague on Mankind or a Powerful New Tool for Epidemiological Research? Infectious Disease Modelling Research Progress, 1, 1-20.
- Kumari, A., Reece, E., Tosun, K., & Greenhalgh, S. (2021). On the Origin of Zombies: A Modeling Approach. arXiv preprint arXiv:2108.02315.