¿En qué grado de la escala de Kardashev estaría la humanidad?

La escala de Kardashev se definió para clasificar las civilizaciones extraterrestres, capaces de utilizar la energía disponible en su planeta, estrella o galaxia. Podemos utilizar estos mismos criterios para ver en qué punto estaría la humanidad y cuánto tardaremos en alcanzar los otros estadios.
¿En qué grado de la escala de Kardashev estaría la humanidad?

Cuando pensamos en vida extraterrestre inteligente solemos pensar en civilizaciones más avanzadas que la nuestra. Solemos imaginar alienígenas capaces de emprender viajes interestelares, con una tecnología que no somos capaces de comprender. Así lo demuestran la multitud de obras de ficción en las que se muestra un primer contacto con una especie extraterrestre. En estas obras suelen ser ellos quienes nos descubren y visitan en vez de al revés. Si lo hicieran a día de hoy, les llevaría tiempo analizar el grado de desarrollo de la humanidad. Para facilitarles el trabajo, nosotros mismos podríamos darle un sistema hecho a medida: la escala de Kardashev, de desarrollo de las civilizaciones.

Origen y propósito de la escala de Kardashev

Toda esta noción de “civilizaciones más avanzadas” puede plantearse de una manera más sistemática (aunque siga siendo especulativa, pues no conocemos vida más allá de la Tierra). Uno de los primeros intentos y el que más atención ha recibido fue el de Nikolai Kardashev, un astrónomo soviético que en 1964 propuso una escala para clasificar a las posibles civilizaciones que podría haber por el universo. Esta escala desde entonces ha sido revisada, completada y extendida, pero la idea básica sigue siendo la misma que en la escala original.

Propuesta por Nikolai Kardashev en 1964

Nikolai Kardashev, un destacado astrónomo soviético, introdujo la escala que lleva su nombre en 1964. Su objetivo era proporcionar un marco para clasificar a las civilizaciones extraterrestres en función de su capacidad para aprovechar la energía. Kardashev propuso que una civilización más avanzada podría identificarse no solo por su tecnología, sino también por la cantidad de energía que puede utilizar. Este enfoque permitió imaginar un continuo de desarrollo tecnológico que va más allá de los límites terrestres.

Retrato del cosmólogo soviético Nikolai Kardashev. Foto: Wikimedia Commons.

La propuesta de Kardashev fue revolucionaria porque ofreció una forma de cuantificar el avance de una civilización, un concepto que hasta entonces había sido principalmente especulativo. Al centrarse en el uso de energía, Kardashev proporcionó una métrica tangible que podría aplicarse a cualquier civilización, independientemente de su biología o cultura. Esta idea ha influido en numerosas discusiones sobre el futuro de la humanidad y la posibilidad de encontrar vida inteligente en el universo.

Desde su introducción, la escala de Kardashev ha sido objeto de debate y refinamiento. Aunque originalmente se centró en tres tipos de civilizaciones, la comunidad científica ha propuesto extensiones y modificaciones para incluir tipos intermedios y adicionales. Estos cambios reflejan la evolución de nuestro pensamiento sobre la energía y el potencial tecnológico de las civilizaciones, tanto humanas como extraterrestres.

Objetivo: medir el uso de energía de las civilizaciones


El objetivo principal de la escala de Kardashev es medir el progreso tecnológico de una civilización en función de su capacidad para utilizar energía. Este enfoque se basa en la premisa de que el desarrollo de una civilización está directamente relacionado con su capacidad para extraer, almacenar y utilizar energía de manera eficiente. La escala original de Kardashev se divide en tres tipos, cada uno representando un nivel de aprovechamiento energético diferente.

Planeta Tierra
Nuestra propia civilización no llegaría, todavía, al Tipo I de la Escala de Kardashov, según sus propias proyecciones.

La escala considera que una civilización de Tipo I es capaz de utilizar toda la energía disponible en su planeta de origen. Esto implica no solo la energía solar que llega al planeta, sino también otras fuentes como la geotérmica y la eólica. Una civilización de Tipo II, en cambio, puede aprovechar toda la energía emitida por su estrella, lo que requiere tecnologías avanzadas como la hipotética esfera de Dyson. Finalmente, una civilización de Tipo III puede utilizar la energía de toda su galaxia, un logro que está más allá de nuestra comprensión actual.

Al medir el uso de energía, la escala de Kardashev proporciona una forma de comparar civilizaciones en diferentes etapas de desarrollo. Esto no solo es útil para imaginar el futuro de la humanidad, sino también para evaluar la posibilidad de encontrar civilizaciones avanzadas en el universo. Aunque la escala es especulativa, ofrece una lente a través de la cual podemos considerar el potencial de crecimiento y los desafíos que enfrentan las civilizaciones tecnológicas.

Clasificación de civilizaciones según la escala de Kardashev

La escala de Kardashev proyectaba hasta tres estados de avance para medir el grado de uso de la energía en distintas civilizaciones.

Civilización Tipo I: aprovechamiento de la energía planetaria

La escala original de Kardashev distingue entre tres tipos de civilizaciones. Las civilizaciones de Tipo I serían aquellas que son capaces de utilizar toda la energía que alcanza su planeta proveniente de la estrella alrededor de la cual orbitan o, al menos, una cantidad igual de energía. Esta cantidad de energía dependerá por supuesto del planeta y estrella concretos en los que se haya desarrollado dicha civilización. Si la estrella es una enana roja, una gigante azul o una estrella como nuestro Sol o si el planeta orbita en la región interior de la zona de habitabilidad o más hacia el exterior. Para el caso de la Tierra esta cantidad de energía corresponde a algo menos de un trillón de vatios o unos doscientos petavatios. En la actualidad, el uso anual de energía se calcula en unos veinte teravatios, por lo que aún necesitaríamos multiplicar por diez mil la cantidad de energía que consumimos para llegar a este primer grado.

Civilización Tipo II: uso de la energía de una estrella

Una civilización de Tipo II sería aquella capaz de utilizar toda la energía irradiada por su estrella. En este caso las cifras variarían todavía más en función de alrededor de qué tipo de estrella se ha desarrollado una civilización concreta. En el caso del Tipo I, la variabilidad se veía compensada por las condiciones necesarias para que surja la vida (o vida similar a la terrestre al menos). Es decir, si un planeta con vida orbita alrededor de una estrella pequeña lo hará cerca de la estrella y si orbita alrededor de una gran estrella mucho más luminosa lo hará lejos de la estrella. En el caso de la civilización de Tipo II la energía emitida por una estrella puede variar en un rango de millones de veces. Para nuestro Sol esta energía sería del orden de los cuatrocientos yottavatios (donde el prefijo yotta significa un 1 seguido de veinticuatro ceros). Una cantidad de energía así sería unos diez billones de veces superior a la consumida actualmente por toda la humanidad. Para poder producirla probablemente sería necesaria la construcción de una esfera de Dyson o alguna estructura similar.

Concepto artístico de una esfera de Dyson. Foto: Astrobitácora- Adam Burn.

Civilización Tipo III: dominio de la energía de una galaxia

Por último una civilización de Tipo III sería aquella capaz de aprovechar toda la energía emitida por su galaxia (o una cantidad igual). Esta cantidad otra vez más dependería del tipo de galaxia en el que se ha desarrollado dicha civilización, pero en el caso de la Vía Láctea esta cantidad sería del orden de varios billones de yottavatios (un 1 seguido de treinta y siete ceros).

Tal y como concibió Kardashev esta escala los diferentes grados solo tomaban valores discretos y una civilización no pasaba de un Tipo al siguiente hasta que conseguía superar la cantidad de energía necesaria. Desde entonces se han propuesto extensiones de esta escala en la que los valores intermedios (decimales) son posibles y en las que existen por tanto civilizaciones de Tipo 0 o de tipo IV y V. Estas dos últimas corresponderían a civilizaciones capaces de utilizar la energía entera del universo y de varios universos respectivamente. Estas consideraciones son excesivamente especulativas y no muy científicas, por lo que lo que se diga sobre ellas estaría más próximo a la ciencia ficción (o la fantasía) que a otra cosa. Una civilización de tipo cero sería una que consumiera un megavatio o el consumo de energía necesario para alimentar a unas diez mil personas.

Civilizaciones adicionales en la escala revisada

Con todo, la humanidad estaría claramente en una posición entre la civilización de Tipo 0 y la de Tipo I. Dado el consumo de energía actual se calcula que nuestra civilización podría ser considerada como de Tipo 0.73. Se estima que podríamos tardar en alcanzar el estado de civilización de Tipo I entre uno y dos siglos, el de Tipo II varios miles de años y el de Tipo III varios cientos de miles de años.

Civilización Tipo 0: consumo de un megavatio


La escala de Kardashev revisada incluye la categoría de civilización de Tipo 0, que representa un nivel de desarrollo anterior al Tipo I. Una civilización de Tipo 0 es aquella que consume aproximadamente un megavatio de energía, suficiente para satisfacer las necesidades de unas diez mil personas. Este nivel de consumo es característico de sociedades que aún dependen en gran medida de fuentes de energía no renovables y que no han alcanzado la capacidad de utilizar toda la energía disponible en su planeta.

Ilustración de alta energía que muestra una colisión subatómica. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

La humanidad, en su estado actual, se sitúa entre los niveles 0 y I en la escala de Kardashev, con un valor estimado de 0.73. Este cálculo refleja nuestro progreso en el aprovechamiento de la energía, así como las limitaciones que aún enfrentamos en términos de eficiencia y sostenibilidad. A medida que avanzamos hacia el Tipo I, la transición implicará no solo mejoras tecnológicas, sino también cambios significativos en la infraestructura energética global.

El concepto de civilización de Tipo 0 nos recuerda que el camino hacia un mayor aprovechamiento energético es gradual y requiere un compromiso continuo con la innovación y la sostenibilidad. A medida que la humanidad trabaja para superar los desafíos asociados con el consumo de energía, el objetivo de alcanzar un estado de Tipo I se convierte en una meta tangible que puede inspirar avances en ciencia y tecnología.

Civilizaciones Tipo IV y V: energía de supercúmulos galácticos y universos múltiples

Además de los tipos originales propuestos por Kardashev, la escala revisada incluye las categorías de civilizaciones de Tipo IV y V. Estas categorías son altamente especulativas y representan niveles de aprovechamiento energético que van más allá de una sola galaxia. Una civilización de Tipo IV, por ejemplo, sería capaz de utilizar la energía de un supercúmulo de galaxias, mientras que una de Tipo V podría aprovechar la energía de múltiples universos, en un escenario que desafía incluso las teorías más avanzadas de la física.

El concepto de civilizaciones de Tipo IV y V se sitúa en el ámbito de la ciencia ficción, pero también ofrece una perspectiva sobre el potencial ilimitado del desarrollo tecnológico. Estos niveles sugieren la posibilidad de manipular la estructura misma del espacio-tiempo y de acceder a fuentes de energía que actualmente son inimaginables. Aunque estas ideas pueden parecer lejanas, nos invitan a considerar la naturaleza expansiva del conocimiento y el progreso humano.

El debate sobre la existencia de civilizaciones de Tipo IV y V también plantea preguntas filosóficas sobre el propósito y el destino de las civilizaciones avanzadas. ¿Qué implicaría alcanzar tal nivel de desarrollo? ¿Cómo cambiaría nuestra comprensión del universo y nuestro lugar en él? Estas preguntas, aunque especulativas, son parte integral de la exploración de lo que significa ser una civilización avanzada en un cosmos vasto y misterioso.

Estado actual y futuro de la humanidad en la escala Kardashev

Humanidad en Tipo 0.73: proyección a Tipo I en uno o dos siglos

La humanidad se encuentra actualmente en un nivel intermedio entre los tipos 0 y I en la escala de Kardashev, con una estimación de 0.73. Este valor refleja nuestro progreso en el uso de energía, así como los desafíos que aún enfrentamos para alcanzar el estatus de una civilización de Tipo I. La cantidad de energía que consumimos actualmente es una fracción de la necesaria para utilizar toda la energía disponible en nuestro planeta, lo que indica que aún queda un largo camino por recorrer.

Las proyecciones sugieren que la humanidad podría alcanzar el estado de civilización de Tipo I en uno o dos siglos, siempre que se realicen avances significativos en tecnología energética y eficiencia. Este progreso requerirá una combinación de innovación tecnológica, políticas energéticas sostenibles y cooperación global para gestionar los recursos de manera equitativa y responsable. La transición hacia el Tipo I no solo mejoraría nuestra calidad de vida, sino que también abriría nuevas oportunidades para la exploración espacial y el descubrimiento científico.

A medida que avanzamos hacia este objetivo, es crucial considerar los impactos sociales y ambientales del aumento en el consumo de energía. El desarrollo de tecnologías limpias y sostenibles será esencial para minimizar estos impactos y garantizar que el progreso hacia el Tipo I sea beneficioso para toda la humanidad. Este enfoque equilibrado es fundamental para asegurar un futuro en el que el uso de energía no solo impulse el desarrollo tecnológico, sino que también contribuya al bienestar global.

Retos y oportunidades en la transición hacia civilizaciones más avanzadas

La transición hacia una civilización de Tipo I presenta tanto retos como oportunidades significativas. Uno de los principales desafíos es el desarrollo de tecnologías que permitan capturar y utilizar eficientemente la energía renovable a gran escala. Esto requerirá innovaciones en áreas como la energía solar, eólica y geotérmica, así como la creación de infraestructuras capaces de almacenar y distribuir energía de manera efectiva.

Otro desafío importante es la necesidad de gestionar el impacto ambiental y social del aumento en el consumo de energía. A medida que nos acercamos al Tipo I, es crucial adoptar prácticas sostenibles que minimicen el daño al medio ambiente y promuevan la equidad en el acceso a los recursos energéticos. Esto implica no solo avances tecnológicos, sino también cambios en las políticas y la cultura energética a nivel global.

A pesar de estos retos, la transición hacia una civilización más avanzada ofrece oportunidades sin precedentes. El acceso a una mayor cantidad de energía podría impulsar la innovación en áreas como la medicina, la exploración espacial y la tecnología de la información. Además, una mayor capacidad energética podría facilitar la resolución de problemas globales como el cambio climático y la pobreza energética, mejorando la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo.

Críticas y limitaciones de la escala de Kardashev

La escala de Kardashev, aunque supone todo un hito por su propio concepto, fue concebida hace ya 60 años, por lo que hay avances tecnológicos y científicos que escapan a esta clasificación.

Implicaciones para la clasificación de civilizaciones extraterrestres

La escala de Kardashev ha sido objeto de críticas y debate desde su creación, en parte debido a sus implicaciones para la clasificación de civilizaciones extraterrestres. Una de las principales críticas es que la escala se centra exclusivamente en el uso de energía, sin considerar otros factores que podrían influir en el desarrollo de una civilización, como la biología, la cultura o la organización social. Esto limita su capacidad para predecir el comportamiento de civilizaciones avanzadas que podrían haber evolucionado de manera diferente a la humanidad.

Grabado antiguo que representa a unos alienígenas científicos. Foto: Public Works.

Otra crítica común es que la escala no tiene en cuenta la posibilidad de civilizaciones que hayan encontrado formas de desarrollo sostenible y eficiente que no requieren un aumento significativo en el consumo de energía. Estas civilizaciones podrían haber alcanzado niveles avanzados de tecnología y conocimiento sin necesidad de dominar grandes cantidades de energía, lo que sugiere que la escala de Kardashev podría no ser aplicable a todos los contextos.

A pesar de estas limitaciones, la escala de Kardashev sigue siendo una herramienta valiosa para imaginar el potencial de las civilizaciones tecnológicas. Su enfoque en el uso de energía proporciona un marco para considerar el progreso humano y las posibilidades de encontrar vida inteligente en el universo. Sin embargo, es importante reconocer que la escala es solo una de muchas formas de entender el desarrollo de las civilizaciones y que debe complementarse con otros enfoques para obtener una visión más completa.

Impacto social y ambiental en la evolución tecnológica

El impacto social y ambiental de la evolución tecnológica es una consideración crucial en el contexto de la escala de Kardashev. A medida que las civilizaciones avanzan en su capacidad para utilizar energía, enfrentan desafíos relacionados con la sostenibilidad y la equidad. El aumento en el consumo de energía puede tener efectos negativos en el medio ambiente, como el cambio climático y la degradación de los ecosistemas, lo que subraya la importancia de adoptar tecnologías limpias y prácticas sostenibles.

Además, el acceso desigual a los recursos energéticos puede exacerbar las desigualdades sociales y económicas, lo que plantea desafíos significativos para el desarrollo global. La transición hacia civilizaciones más avanzadas debe ir acompañada de esfuerzos para garantizar que los beneficios del progreso tecnológico se distribuyan de manera equitativa y que todas las comunidades tengan acceso a las oportunidades que ofrece el aumento en la capacidad energética.

El impacto social y ambiental de la evolución tecnológica también tiene implicaciones para la gobernanza y la cooperación internacional. A medida que las civilizaciones avanzan en la escala de Kardashev, es crucial establecer marcos de colaboración que promuevan la paz y la seguridad global, al tiempo que abordan los desafíos compartidos relacionados con el uso de energía y la sostenibilidad. Estos esfuerzos son esenciales para asegurar un futuro en el que el progreso tecnológico contribuya al bienestar de toda la humanidad y del planeta en su conjunto.

Referencias:

  • Kardashev, N.S. (1964). "Transmission of information by extraterrestrial civilizations", Soviet Astronomy, Vol 8 No 2, Bibcode:1964SvA.....8..217K

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  • Eugenio M. Fernández Aguilar
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