Esta es la cara de un hombre egipcio que vivió antes de las pirámides

Reconstruyen el rostro de un hombre que habría vivido en Egipto hace 30.000 años. Se han basado en el esqueleto de 'Homo sapiens' más antiguo encontrado en ese país.
Piramides de Giza, Egipto

¿Cómo sería el rostro de un hombre egipcio antes de que se erigieran las famosas pirámides? Esto es justo lo que han tratado de plasmar un arqueólogo y un diseñador 3D en una imagen que se acaba de dar a conocer.

El esqueleto es el ejemplo más antiguo de restos de Homo sapiens encontrado en Egipto. - iStock

Moacir Elias Santos, arqueólogo, y Cícero Moraes, diseñador 3D, han recreado el rostro de un hombre egipcio que habría vivido en el valle del Nilo hace unos 30.000 años. Los brasileños se han basado en un esqueleto casi completo que se encontró en el yacimiento prehistórico egipcio de Nazlet Khater 2 en 1980. Se cree que el esqueleto perteneció a un hombre joven de unos veinte años, con ascendencia africana y que medía 1,65 metros aproximadamente.

A principios de los 80 se intentó datar el esqueleto, pero fue imposible porque los huesos estaban muy fragmentados y la técnica de datación por radiocarbono todavía tenía un nivel muy básico. Lo bueno fue que junto a los restos humanos se encontró un hacha de piedra que sí que se fechó con una antigüedad de entre 35.000 y 30.000 años.

La reconstrucción 'artística' - Moacir Elias Santos/Cícero Moraes (CC BY 4.0)

El esqueleto es el ejemplo más antiguo de restos de Homo sapiens encontrado en Egipto y uno de los más antiguos del mundo, según el estudio que publicaron los autores de la reconstrucción el pasado 22 de marzo.

En el artículo, los expertos apuntan a que el cráneo del hombre puede considerarse moderno, por lo que esta persona podría haber tenido capacidades cognitivas similares a la de los humanos actuales. Sin embargo, también presenta una mandíbula más grande que la de los seres humanos actuales. Esto se considera una característica arcaica.

Tras capturar la forma del cráneo mediante imágenes fotogramétricas (aéreas y satelitales), reconstruyeron las partes que faltaban utilizando una serie de técnicas científicas. Una vez que tuvieron una aproximación completa del cráneo, lo siguiente fue averiguar dónde y cómo se asentarían los tejidos blandos.

Para reconstruir una cara a partir de un cráneo se necesita cierta libertad artística. Esto es así porque la forma del cráneo solo da una idea limitada de cómo aparecerían los tejidos blandos, como los músculos y la grasa, en la cara de una persona.

Por esta razón, los expertos crearon dos imágenes finales, "una más objetiva y científica y otra más subjetiva y artística". La imagen "científica" es más bien un busto tosco y la "artística" tiene pelo, una barba ligera y ojos expresivos.

"Aunque contiene elementos especulativos sobre el aspecto del individuo, al tratarse de una obra que se presentará al gran público, aporta los elementos necesarios para una humanización completa, muy difícil de conseguir sólo con la exposición del cráneo y deficiente en la imagen objetiva en escala de grises con los ojos cerrados", escriben los investigadores en su artículo.

Este egipcio prehistórico habría sido un cazador-recolector cuyas armas fueron herramientas hechas de piedra y su propio cerebro. No fue hasta el año 6.000 a.C., unos 25.000 años después de que viviera este hombre, cuando empezaron a aparecer asentamientos permanentes por todo Egipto. Fue el inicio de una de las civilizaciones más impresionantes de la Antigüedad, dueña de una cultura sin par y conocida por sus proezas arquitectónicas.

Referencia: Moraes, C., Santos, M.E., The Facial Approximation of the Skull of Nazlet Khater 2, 2023. OrtogOnline.

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