Mira arriba, sorpréndete, lo llevamos haciendo desde que somos humanos.
Entre el viernes 10 y el domingo 12 de mayo de 2024, muchos ciudadanos en España pudieron ser testigo de unos de los fenómenos naturales más fascinantes de la naturaleza. Sin embargo, aunque su magnitud fue una sorpresa para muchos, lo cierto es que la observación de auroras boreales en el cielo español no es algo nuevo: como explicaremos más adelante, es posible observarlas hasta una vez al año desde la península ibérica. Más aún, este fenómeno que explicamos en este otro artículo “Así se producen las auroras boreales”, ha acompañado al ser humano durante toda su existencia. Para descubrir más detalles, os invitamos a un viaje en el tiempo.

Manuel Rico Sinobas: “El cazador de auroras”
Se tiene constancia de posibles registros de auroras boreales en en pinturas rupestres de hace unos 30.000 años encontrados en el sur de Francia. Sin embargo, los primeros documentos detallados que recogen avistamientos de auroras en España se remontan al siglo XVIII. Tan solo en el periodo comprendido entre 1701 y 1848 se registraron 35 auroras en España. Tenemos noticias de ellas gracias a Manuel Rico Sinobas (1819-1898), un físico vallisoletano al que podríamos llamar “El cazador de auroras”. Los avistamientos a los que tuvo acceso los coleccionó en “Noticia sobre las auroras boreales observadas en España durante el siglo XVIII y parte del XIX”, en 1855. Las fuentes son diversas y los cometarios sobre las auroras son de la misma índole. Uno de ellos, decía: “Se vio un resplandor luminoso e intenso en Valencia durante la noche” (P. Tosca, 1701). Otro, expresaba lo siguiente: “Fue muy encendida desde las ocho de la noche hasta cerca del amanecer, y ocupaba la parte septentrional del horizonte y desde Oriente a Poniente, elevándose con gran sorpresa por su variedad de tintas hasta casi el cénit del observador” (Francisco Mariano Nifo, 1770).
Lo cierto es que España vivió una intensa actividad con respecto a las auroras durante el periodo estudiado por Manuel Rico Sinobas, aunque hubo un “parón” de unos 40 años : 1701, 1726 (2), 1737, 1770, 1777 (2), 1778 (3), 1779 (3), 1780 (2) 1783, 1787 (2), 1788 (7), 1789 (2), 1831, 1836, 1837, 1839, 1845, 1847, 1848 (2). Sin embargo, en tiempos cercanos esta lista ha sido ampliada y cotejada con datos provenientes de numerosas fuentes. Y se le ha dado explicación científica.

Hablamos del trabajo de Enric Aragonès Valls (Direcció General d’Energia i Mines, Generalitat de Catalunya) y Jorge Ordaz Gargallo (Departamento de Geología, Universidad de Oviedo), publicado en 2010. Aragonés y Ordaz lograron constatar 80 auroras entre los años 1716 y 1792, lo cual coincide perfectamente en un periodo de gran actividad solar, entre los conocidos mínimos de Maunder y Dalton. Y es que hay una conexión directa entre las auroras boreales y la actividad solar máxima.
Si tenemos en cuenta que solo nos hemos centrado en poco más de un siglo, ¿realmente es tan raro ver una aurora boreal en España? Puede que escala humana sí, dependiendo de la suerte que tenga cada cual en la época que nace. Es más, si hacemos la media con los datos disponibles actualmente, el resultado indica que en España se puede ver casi una aurora boreal al año, sobre todo en el norte.
La gran pregunta es: ¿podemos realmente prever cuándo habrá altas probabilidades de observar una aurora boreal en España?
En febrero de 2024 se comunicó por parte de la NASA un máximo de actividad solar, por lo que las auroras observadas en España en mayo de 2024 fueron coherentes con dicha información. Dicho de forma coloquial, se veía venir. De hecho, Muy Interesante ya adelantó esta posibilidad en la siguiente pieza: Podríamos ver auroras boreales en España debido a este inexplicado ciclo del Sol.

La increíble aurora en plena guerra civil española
La noche del 25 al 26 de enero de 1938 los cielos en España se encendieron, y no fue por los fuegos de artillería que se cruzaban por causa de la Guerra Civil. Grandes extensiones de nubes se cubrieron de tonos naranjas y rojos, como si en la lejanía se estuviese produciendo un fuego de dimensiones bélicas. Entre los integrantes de ambos bandos cundió el pánico. James Neugass, un brigadista americano, llegó a escribir en su libro La guerra es bella: “El cielo se iluminó con una cortina de fuego roja y malva”.
En la actualidad nos apoyamos en la ciencia para no temer a estas hermosos colores del cielo, pero también en la Guerra Civil se tuvieron que dar voces de calma. Así, por ejemplo, el padre Luis Rodés, director del Observatorio del Ebro, publicó un pequeño artículo en La Vanguardia al día siguiente del avistamiento explicando con detalle qué fue lo que se había observado: “La aurora se presentó en forma de gigantesco abanico, abierto hacia el cielo y de rayos ligeramente convergentes sobre el Polo magnético de la Tierra. El intenso fulgor rosáceo, atravesado por multitudes de bandas de luz más blancas y brillantes, cual si procediesen de potentes reflectores enfocados hacia el cénit, se elevaba hasta unos 30 grados sobre el horizonte, con una anchura asimilar, casi doble a las dos bandas; cambiaba con frecuencia de posición, difuminándose unas, mientras se formaban otras a su lado. Aunque el color predominante fue el rosáceo, hubo también sus matices verdes y blancos”.

¿Cuándo veremos la próxima aurora boreal en España?
Saber cuándo podremos ver la siguiente aurora boreal es de gran complejidad, pues depende de varios factores, entre ellos: la actividad solar, la actividad geomagnética y las condiciones climáticas locales. En base a la actividad solar y las predicciones geomagnéticas pueden realizarse estimaciones. Pero son eso, estimaciones.
Por un lado, con el fin de cuantificar la intensidad y los efectos de las tormentas geomagnéticas, la agencia NOAA de Estados Unidos definió una escala de cinco grados ampliamente utilizada y extendida por el mundo:
- G1 (Menor): Esta categoría indica una tormenta geomagnética débil, con efectos mínimos en la red eléctrica y en las comunicaciones por satélite. Puede provocar auroras boreales en latitudes más altas.
- G2 (Moderada): Las tormentas de esta categoría pueden causar problemas menores en los sistemas de energía y navegación por satélite, especialmente en regiones polares. También pueden generar auroras visibles en latitudes más bajas.
- G3 (Fuerte): Estas tormentas geomagnéticas pueden afectar significativamente las redes eléctricas y los sistemas de navegación por satélite. Las auroras boreales pueden ser visibles en latitudes más bajas de lo habitual.
- G4 (Severa): Las tormentas de esta intensidad pueden causar daños graves en las redes eléctricas y afectar gravemente las comunicaciones por satélite. Las auroras boreales pueden ser visibles en latitudes muy bajas. La tormenta solar que encendió los cielos de España fue G4.
- G5 (Extrema): Esta es la categoría más severa y representa una tormenta geomagnética extremadamente intensa. Puede causar apagones generalizados en la red eléctrica, dañar los satélites en órbita y afectar las comunicaciones globales. Las auroras boreales pueden ser visibles en latitudes muy bajas y posiblemente incluso cerca del ecuador.
Hay otras magnitudes que nos ayudan a hacernos una idea de cuándo podríamos ver una aurora en nuestras latitudes. Por ejemplo, el índice planetario kp, que no es más que la media ponderada de los índices geomagnéticos k de la red de observatorios geomagnéticos. La probabilidad de ver auroras boreales en España aumentan con el índice kp. Este índice varía entre 1 y 9, un valor de 7 nos pondría en buena disposición para ver una aurora. El Instituto Geográfico Nacional nos da una medida en tiempo real del campo magnético terrestre, basados en los magnetogramas e índice k del Observatorio de San Pablo.

Entonces, ¿cuándo saber si vamos a tener la próxima aurora boreal en España? Pues debemos estar atentos a lo que nos dicen los servicios oficiales en torno a la actividad solar y al índice kp. La información actualizada puede regalarnos un espectáculo inolvidable.
Aunque también puedes entrar en aurorasaurus.org, un mapa que te dice dónde ver auroras boreales en tiempo real.
Así que, mira arriba, sorpréndete. Lo llevamos haciendo desde que somos humanos.
Referencias:
- LAS AURORAS ROREALES OBSERVADAS ES ESTAÑA DUDANTE El/ SIGLO XVIII Y PAUTE DEL XIX, POR EL SEÑOR DON MANUEL RICO Y SINOBAS. Informe de la Real Academia de Ciencias 1856.
- Aurosaurus, Reporting Auroras from the Ground up. National Science Foundation
- Ordaz, Jorge. Auroras boreales observadas en la Península Ibérica, Baleares y Canarias durante el siglo XVIII, Treb. Mus. Geol. Barcelona, 17 (2010): 45-110
- Neugass, J. (2014), La guerra es bella