¿Hay vida en el mar Muerto?

A pesar del nombre, en el mar Muerto podemos encontrar vida en forma microbiona.
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Situado entre Jordania e Israel, el mar Muerto no hace honor a su nombre, pues ni es un mar ni está muerto. En realidad, se trata de un lago cuyo contenido en sal resulta sorprendente, pues su salinidad media es casi un 25 por 100 mayor que la de los océanos. El agua del mar Muerto está cargada de cloruros de magnesio, sodio, calcio, potasio, bromuros, sulfatos y carbonatos, un cóctel incompatible con la práctica totalidad de las formas de vida. No obstante, en las aguas de este lago vive una restringida fauna de microorganismos halófilos, es decir, capaces de sobrevivir en ambientes salinos: un protozoo ciliado, algunas algas y un grupúsculo de bacterias de los géneros Flavobacterium, Halococcus y Halobacterium, entre otros.

La salinidad en el mar Muerto es tan grande que prácticamente te puedes sentar en el agua. Créditos: Sasson Tiram - Sasson Tiram

Los halófilos se desenvuelven en aguas salobres gracias a una adaptación fascinante. Los biólogos han descubierto que, para evitar deshidratarse, debido a la alta concentración de sal existente en el exterior, estos microorganismos producen grandes cantidades de un compuesto interno o retienen uno extraído del medio. Por ejemplo, Halobacterium acumula una fuerte dosis de cloruro potásico en su interior.

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