Esencialmente es el camino descrito por un cuerpo celeste en sus revoluciones periódicas alrededor de otra. La culpa de una u otra órbita la tienen las distintas fuerzas de atracción y repulsión que existen entre los cuerpos del Sistema Solar, pudiendo adquirir distintas formas en su movimiento.
El satélite de la Tierra orbita con inclinaciones próximas a 0 grados que son llamadas órbitas ecuatoriales porque el satélite permanece prácticamente por encima del ecuador. Las órbitas con inclinaciones próximas a 90 grados se denominan órbitas polares porque el satélite pasa cerca de los polos norte y sur.