¿Te ha llegado una carta de la Administración y has tenido que releerla varias veces para entender lo que decía? ¿Has querido revisar un contrato público y te has rendido porque no conseguías comprenderlo? ¿Necesitabas solicitar una beca o una subvención, y has tenido que pedir ayuda porque las instrucciones eran incomprensibles? Estos problemas son muy comunes. Se deben a que las instituciones públicas utilizan un lenguaje difícil de entender. Para solventar esta situación, nuestro equipo de investigación en la UNED ha desarrollado “arText claro”, un sistema tecnológico que ayuda al personal de las Administraciones a escribir textos más estructurados y claros.
La Administración somos todos
La Administración somos todos, no solo porque contribuimos a sostenerla con nuestros impuestos, sino también porque nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida. El registro de un nacimiento, la inscripción en una escuela pública, la solicitud de una beca, el cambio de domicilio y la concesión de una subvención son solo algunas de las muchísimas situaciones en las que las instituciones públicas tienen un impacto en nuestra vida diaria.
Una barrera a la comunicación
En todas estas situaciones, la Administración se comunica con nosotros. Por ejemplo, publica la lista de admitidos en la escuela, notifica la concesión de una beca o explica los requisitos para pedir una subvención. Esa comunicación es fundamental porque sin ella no conoceríamos nuestras obligaciones ni podríamos ejercer nuestros derechos. Sin embargo, no siempre se produce de forma efectiva porque los documentos administrativos tienden a usar un tipo de lenguaje complejo y poco claro.
El lenguaje administrativo
En lingüística, denominamos lenguajes de especialidad a aquellas formas particulares de comunicarse que tienen los expertos de un ámbito del conocimiento. Así, tenemos el lenguaje médico, el turístico, el jurídico y muchos otros, como el administrativo. Cada uno de estos lenguajes tiene unas características que lo diferencian de los demás. En concreto, el lenguaje de la Administración se caracteriza por emplear oraciones con multitud de incisos, párrafos interminables, expresiones obsoletas y otras cuestiones que hacen que los textos resulten difíciles de entender, sobre todo, para los ciudadanos, que no somos expertos en la materia.
Hacia el uso de un lenguaje claro
Para procurar que las instituciones se dirijan a la ciudadanía de una forma más comprensible surge una corriente denominada “lenguaje claro”. En el marco de esta corriente, se proponen una serie de recomendaciones lingüísticas que hacen que los textos resulten más fáciles de entender, como escribir párrafos y oraciones cortos, seguir la estructura “sujeto + verbo + predicado” y evitar los arcaísmos. De esta forma, tanto investigadores como instituciones comienzan a publicar manuales y guías sobre cómo aplicar estas recomendaciones. La idea es que el personal público tome estas guías como referencia para escribir textos administrativos más claros.
El lenguaje claro en España
La corriente del lenguaje claro nace en los años 70 en Reino Unido y se va extendiendo poco a poco por otros países. En España, a finales de los años 80 empiezan a surgir iniciativas por parte de la propia Administración que promueven el uso de un lenguaje más moderno y sencillo. Sin embargo, es en los últimos años cuando surge el verdadero auge del lenguaje claro en España. La propia Administración elabora multitud de guías y manuales de redacción clara. Además, algunas instituciones proponen iniciativas para clarificar documentos concretos. En el ámbito académico, cada vez más equipos de investigación empiezan a llevar a cabo estudios relacionados con esta temática, por ejemplo, sobre la redacción de textos administrativos, la percepción de claridad, y la relación entre lenguaje claro y tecnología.
La tecnología al rescate
Los manuales sobre lenguaje claro son una herramienta fantástica, pero consultarlos requiere un tiempo del que el personal público no siempre dispone. Además, en estos manuales a veces se usan conceptos lingüísticos con los que los funcionarios no tienen por qué estar familiarizados. Con esta idea en mente, nuestro equipo desarrolló arText, una herramienta tecnológica que, entre otras cosas, ayuda a estructurar, escribir y revisar textos administrativos en lenguaje claro. Está disponible en línea, gratis y sin registro, por lo que cualquier persona con acceso a internet la puede utilizar. Ahora mismo, cuenta con más de 200 mil usuarios en más de 120 países.
Procesamiento del lenguaje natural
El sistema arText incorpora recursos y estrategias de procesamiento del lenguaje natural (PLN), una rama de la inteligencia artificial. El área de la lingüística que investiga sobre PLN se denomina lingüística computacional. Este campo está en auge últimamente (es el campo en el que se engloban herramientas como el ya famosísimo ChatGPT), pero también es el responsable de herramientas que llevamos años incorporando en nuestro día a día, como los asistentes de voz o los traductores automáticos.
Géneros textuales de ámbitos especializados
El sistema también incorpora el concepto lingüístico de géneros textuales, es decir, tipos de textos propios de una disciplina con una estructura, un destinatario y un propósito comunicativo concretos. Por ejemplo, podríamos citar como géneros textuales del ámbito de la Administración: el acta de inspección, el contrato, el requerimiento, la resolución dirigida a un particular y la resolución publicada en portales institucionales. Los 5 se pueden escribir utilizando arText. Específicamente, la herramienta contiene un módulo que indica los apartados y los contenidos prototípicos de esos géneros. Además, incluye frases que se pueden utilizar para expresar esos contenidos, adaptadas a las recomendaciones de lenguaje claro.
Textos más claros con arText
Además de ayudar a estructurar esos cinco géneros concretos, arText también ayuda a revisar cualquier tipo de texto administrativo para que cumpla con las recomendaciones de lenguaje claro. Por ejemplo, marca en el texto escrito por el usuario las oraciones demasiado largas y le propone cómo segmentarlas en otras más breves. También destaca las palabras y expresiones que pueden resultar difíciles de entender y sugiere otras más sencillas por las que sustituirlas. De esta forma, el usuario obtiene información sobre cuestiones mejorables en su texto y puede hacer las modificaciones que considere oportunas.
Una investigación interdisciplinar
Para desarrollar arText hemos colaborado especialistas de distintas áreas: la lingüística, la educación, el derecho y la informática. El resultado de nuestro trabajo se recoge en el libro Lenguaje claro y tecnología en la Administración (Editorial Comares). Cada capítulo de este libro recoge una investigación sobre el desarrollo de arText. Uno de los capítulos, por ejemplo, explica el análisis lingüístico que se llevó a cabo para obtener la estructura de los cinco géneros textuales administrativos que se incluye en arText. Otro muestra cómo se elaboró el glosario de palabras difíciles de entender y sus equivalentes más sencillos que se integró en el sistema. Finalmente, uno de los capítulos expone los resultados de un experimento en el que se demuestra empíricamente que los textos administrativos revisados con arText son más claros y comprensibles para la ciudadanía.
Para más información, puede consultarse este videotutorial: https://www.youtube.com/watch?v=yr99-FXCJao&t=3s.