Judaísmo ortodoxo: Tradiciones y costumbres que perduran en el tiempo

Hacemos un repaso por los principios morales, tradiciones y festividades que rigen la religión judía ortodoxa.
Cultura Y Tradición De Los Judíos Ortodoxos

El judaísmo ortodoxo es una rama del judaísmo que se mantiene fiel a las creencias y prácticas tradicionales, resistiendo las influencias de la modernidad. Se basa en una estricta adhesión a las leyes escritas y orales, incluyendo la Torá, la Mishná y el Talmud. Los judíos ortodoxos consideran estas enseñanzas inmutables, guiando su vida diaria desde la observancia del Shabat hasta las leyes dietéticas del kashruth. La comunidad se caracteriza por su estructura sólida, donde sinagogas y escuelas religiosas juegan un papel crucial en la cohesión social y la transmisión de valores.

A pesar de su conservadurismo, algunas corrientes, como la neoortodoxia, intentan equilibrar tradición y modernidad. En Israel y EE. UU., los judíos ortodoxos constituyen una parte significativa de la población judía, manteniendo su identidad a través de uniones comunitarias y la observancia de festividades como el Shabat, la Pascua y Janucá, que refuerzan su fe y cohesión cultural.

¿Qué es el judaísmo ortodoxo?

Adhesión a creencias tradicionales

El judaísmo ortodoxo se define por su firme adhesión a las creencias y prácticas tradicionales que han sido transmitidas a lo largo de generaciones. Los judíos ortodoxos consideran que las enseñanzas de la Torá y las leyes orales son inmutables y deben ser seguidas con devoción. Esta adhesión se refleja en su vida diaria, desde la observancia del Shabat hasta la implementación de leyes dietéticas, como el kashruth. Para ellos, la religión no es solo un conjunto de creencias, sino un modo de vida que guía todas sus acciones y decisiones.

En este contexto, la comunidad ortodoxa se distingue por su compromiso con el estudio y la práctica de las leyes religiosas. Los estudiosos dedican tiempo significativo al análisis de textos sagrados, asegurando que las interpretaciones y prácticas se mantengan fieles a las tradiciones ancestrales. Esta dedicación al conocimiento y la observancia es central en la identidad ortodoxa, donde la educación religiosa comienza desde una edad temprana y continúa a lo largo de la vida.

La comunidad ortodoxa también se caracteriza por una estructura comunitaria sólida, en la que las sinagogas y las escuelas religiosas juegan un papel fundamental. Estos espacios no solo sirven como lugares de culto y aprendizaje, sino también como centros de cohesión social, donde se fortalecen los lazos comunitarios y se transmiten los valores y tradiciones a las nuevas generaciones.

Negación de la interpretación moderna de la Biblia

Una de las características distintivas del judaísmo ortodoxo es su rechazo a las interpretaciones modernas de la Biblia, como las promovidas por el judaísmo reformista. Para los ortodoxos, los textos sagrados no son susceptibles de reinterpretación para adaptarse a los tiempos modernos. La Biblia y otros escritos sagrados son vistos como fuentes de principios eternos que deben ser seguidos tal como fueron revelados.

Este enfoque conservador se refleja en la forma en que los judíos ortodoxos abordan la vida contemporánea. Aunque viven en un mundo en constante cambio, su compromiso con las enseñanzas tradicionales les proporciona un marco estable y seguro. Esta resistencia a la adaptación moderna se considera esencial para preservar la integridad de la fe y garantizar que las prácticas religiosas se mantengan puras y auténticas.

A pesar de esta postura, dentro del judaísmo ortodoxo han surgido corrientes que intentan encontrar un equilibrio entre la tradición y la modernidad. La neoortodoxia, por ejemplo, busca integrar algunos aspectos de la cultura contemporánea sin comprometer los principios básicos de la fe. Esta corriente demuestra que, aunque el judaísmo ortodoxo es principalmente conservador, no es completamente impermeable a las influencias externas.

Leyes escritas: la Torá

La Torá como revelación divina

La Torá es considerada la revelación divina al pueblo judío, sirviendo como la base fundamental de la fe y la práctica judía. Compuesta por los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, la Torá contiene las leyes y enseñanzas que Dios transmitió a Moisés en el Monte Sinaí. Para los judíos ortodoxos, estos textos no solo son sagrados, sino que representan la guía última para la vida diaria y espiritual.

¿Cuándo nació el judaísmo?
La Torá es considerada la revelación divina al pueblo judío, sirviendo como la base fundamental de la fe y la práctica judía.

El estudio de la Torá es una práctica central en la vida de los judíos ortodoxos, quienes dedican tiempo significativo a su lectura y análisis. Este estudio no solo se limita a la comprensión literal de los textos, sino que también involucra el examen profundo de sus significados y aplicaciones. A través de esta práctica, los judíos ortodoxos buscan fortalecer su conexión con Dios y asegurar que sus acciones estén alineadas con las enseñanzas divinas.

Además de su papel como guía espiritual, la Torá también desempeña un papel crucial en la identidad comunitaria. Las lecturas de la Torá son una parte integral de las ceremonias litúrgicas en las sinagogas, y su estudio colectivo fomenta un sentido de unidad y continuidad entre los miembros de la comunidad. Esta tradición de estudio y observancia es un pilar fundamental que sostiene la vida religiosa y cultural de los judíos ortodoxos.

Papel primordial en la liturgia

Dentro de la liturgia judía ortodoxa, la Torá ocupa un lugar central, siendo leída regularmente en las sinagogas durante los servicios religiosos. Las lecturas de la Torá se realizan en un ciclo anual, cubriendo todo el texto a lo largo del año. Este ciclo no solo asegura que los fieles estén constantemente expuestos a las enseñanzas divinas, sino que también refuerza la importancia de la Torá en la vida religiosa diaria.

Durante los servicios, la Torá se lee en voz alta desde rollos de pergamino cuidadosamente escritos a mano, que se guardan en el arca de la Ley dentro de la sinagoga. Este acto es considerado un momento sagrado, y se lleva a cabo con gran reverencia y respeto. La lectura de la Torá es acompañada por cánticos y oraciones, creando una experiencia espiritual profunda para los asistentes.

El papel de la Torá en la liturgia también se extiende a las festividades religiosas, donde sus enseñanzas y relatos son recordados y celebrados. En el Shabat, por ejemplo, la lectura de la Torá es un componente central del servicio matutino, y durante la Pascua, las historias de la liberación del pueblo judío de Egipto, contenidas en la Torá, son rememoradas y revividas a través de rituales y ceremonias.

Protojudaísmo
Dentro de la liturgia judía ortodoxa, la Torá ocupa un lugar central, siendo leída regularmente en las sinagogas.

Leyes orales: Mishná y Talmud

Fuentes de las leyes orales judías

Las leyes orales del judaísmo, codificadas en la Mishná y el Talmud, son fundamentales para la práctica religiosa de los judíos ortodoxos. La Mishná, compilada en el siglo III d.C., es la colección más antigua de leyes orales judías, y sirve como un complemento a las leyes escritas de la Torá. Junto con el Talmud, que interpreta y expande la Mishná, estas obras proporcionan una guía detallada para la vida judía.

El estudio de la Mishná y el Talmud es una práctica central entre los judíos ortodoxos, quienes consideran estas obras como esenciales para comprender y aplicar las leyes divinas en la vida diaria. A través del análisis de estos textos, los estudiosos buscan profundizar su entendimiento de las leyes religiosas y asegurar que su práctica esté en línea con las enseñanzas tradicionales.

La importancia de las leyes orales también se refleja en la educación religiosa, donde el estudio de la Mishná y el Talmud es una parte integral del currículo. Desde una edad temprana, los niños judíos ortodoxos son introducidos a estos textos, y su estudio continúa a lo largo de la vida, fomentando un compromiso continuo con el aprendizaje y la observancia religiosa.

Secciones de la Mishná

La Mishná se organiza en seis secciones principales, cada una abordando diferentes aspectos de la ley y la vida judía. Estas secciones son Zeraim (semillas), que trata sobre las leyes agrícolas y las bendiciones; Moed (festividades), que cubre las leyes de las festividades y el Shabat; Nashim (mujeres), que aborda las leyes del matrimonio y el divorcio; Neziqin (daños), que se centra en el derecho civil y penal; Qodashim (cosas santas), que trata sobre el Templo y los sacrificios; y Ṭohorot (purificaciones), que se refiere a las leyes de pureza ritual.

Cada sección de la Mishná ofrece una visión detallada de las leyes y prácticas que rigen la vida judía, proporcionando una guía completa para la observancia religiosa. A través de estas secciones, los judíos ortodoxos pueden comprender mejor la aplicación de las leyes en diferentes contextos y situaciones, asegurando que su práctica esté alineada con las enseñanzas tradicionales.

Un niño judío
Un niño judío.

El estudio de la Mishná, junto con el Talmud, fomenta un enfoque riguroso y analítico de la ley judía, permitiendo a los estudiosos explorar las complejidades y matices de las leyes religiosas. Este enfoque no solo enriquece la comprensión de las leyes, sino que también fortalece el compromiso con la observancia y la práctica religiosa.

Religión y modernidad

Resistencia a la modernización y conservación de prácticas

El judaísmo ortodoxo se caracteriza por su resistencia a las presiones para modernizarse, manteniendo prácticas y creencias tradicionales que han sido transmitidas a lo largo de los siglos. Esta resistencia se refleja en la estricta observancia de leyes y rituales que, aunque pueden parecer anacrónicos en un mundo moderno, son considerados esenciales para preservar la identidad y la fe judía.

La conservación de prácticas tradicionales se manifiesta en varios aspectos de la vida judía ortodoxa, desde la observancia del Shabat hasta las leyes dietéticas y las ceremonias religiosas. Estas prácticas no solo son vistas como mandamientos divinos, sino también como un medio para mantener la cohesión y la continuidad dentro de la comunidad. A través de la adherencia a estas tradiciones, los judíos ortodoxos buscan mantener una conexión viva con su herencia cultural y espiritual.

A pesar de su resistencia a la modernización, el judaísmo ortodoxo no es completamente estático. Existen corrientes dentro de la ortodoxia que han buscado integrar aspectos de la cultura contemporánea sin comprometer los principios fundamentales de la fe. Estas corrientes, aunque minoritarias, demuestran que la ortodoxia puede adaptarse en cierta medida a los cambios sociales y culturales, manteniendo al mismo tiempo su compromiso con las enseñanzas tradicionales.

Corrientes modernizadas: la neoortodoxia

La neoortodoxia es una corriente dentro del judaísmo ortodoxo que surgió a finales del siglo XIX bajo el liderazgo de Samson Raphael Hirsch. Este movimiento buscó reconciliar la observancia religiosa tradicional con la cultura moderna, promoviendo una visión más positiva de la interacción entre la fe y el mundo contemporáneo. La neoortodoxia aboga por la integración de la educación secular y el compromiso con la sociedad, sin abandonar los principios fundamentales de la ortodoxia.

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La neoortodoxia es una corriente dentro del judaísmo ortodoxo que surgió a finales del siglo XIX bajo el liderazgo de Samson Raphael Hirsch.

A través de la neoortodoxia, se busca demostrar que es posible vivir una vida plena y moderna mientras se mantiene un compromiso firme con las enseñanzas tradicionales. Este enfoque ha permitido a algunos judíos ortodoxos participar en la vida cultural y social de sus países de residencia, sin comprometer su identidad religiosa. La neoortodoxia, por tanto, representa un esfuerzo por encontrar un equilibrio entre la tradición y la modernidad, ofreciendo un modelo de vida que es a la vez fiel a la fe y relevante para el mundo actual.

El impacto de la neoortodoxia se ha sentido en diversas comunidades judías alrededor del mundo, donde ha influido en la forma en que se aborda la educación, la participación comunitaria y la vida familiar. Aunque no todos los judíos ortodoxos se identifican con esta corriente, su existencia refleja la diversidad dentro del judaísmo ortodoxo y su capacidad para adaptarse a los desafíos del mundo moderno.

Aspectos demográficos de los judíos ortodoxos

Presencia en Israel y EE. UU.

Los judíos ortodoxos constituyen una parte significativa de la población judía tanto en Israel como en los Estados Unidos, dos de los principales centros de la diáspora judía. En Israel, la ortodoxia es la forma oficial del judaísmo, y su influencia se extiende a través de instituciones como el Gran Rabinato, que regula aspectos importantes de la vida religiosa y civil. La comunidad ortodoxa en Israel es diversa, abarcando desde grupos ultraortodoxos hasta aquellos más integrados en la sociedad israelí.

En los Estados Unidos, los judíos ortodoxos representan una comunidad vibrante y en crecimiento. Muchas sinagogas ortodoxas se han unido para formar la Unión de Congregaciones Judías Ortodoxas de América, una organización que promueve la educación y la observancia religiosa. Además, instituciones como la Universidad Yeshiva en Nueva York desempeñan un papel crucial en la formación de líderes religiosos y la promoción de la vida judía ortodoxa en el país.

La presencia de judíos ortodoxos en estos dos países refleja la vitalidad y la diversidad de la comunidad ortodoxa a nivel mundial. A través de su compromiso con la tradición y la adaptación a los contextos locales, los judíos ortodoxos han logrado mantener una identidad fuerte y cohesionada, contribuyendo al enriquecimiento de la vida judía en sus respectivas regiones.

Uniones y organizaciones comunitarias

Las uniones y organizaciones comunitarias desempeñan un papel fundamental en la vida de los judíos ortodoxos, proporcionando apoyo y recursos para la observancia religiosa y la vida comunitaria. En los Estados Unidos, el Consejo Rabínico de América y la Alianza Rabínica de América son ejemplos de organizaciones que agrupan a rabinos ortodoxos, promoviendo la educación y el liderazgo religioso.

Estas organizaciones no solo facilitan la conexión entre las comunidades ortodoxas, sino que también actúan como defensores de sus intereses en la esfera pública. A través de su trabajo, las uniones comunitarias aseguran que las necesidades y preocupaciones de los judíos ortodoxos sean escuchadas y atendidas, tanto a nivel local como nacional.

Además, las organizaciones comunitarias también juegan un papel crucial en la promoción de la educación judía, apoyando la creación y el mantenimiento de escuelas y programas que enseñan las leyes y tradiciones ortodoxas. Este enfoque en la educación es esencial para asegurar la continuidad de la fe y la práctica religiosa, garantizando que las futuras generaciones de judíos ortodoxos estén bien equipadas para mantener y transmitir su herencia cultural y espiritual.

Leyes dietéticas: Kashruth

Importancia práctica en la vida diaria

Las leyes dietéticas, conocidas como kashruth, son una parte integral de la vida diaria de los judíos ortodoxos, guiando lo que pueden y no pueden comer. Estas leyes se derivan de la Torá y se detallan en textos como el Levítico y el Deuteronomio, estableciendo reglas específicas sobre el consumo y la preparación de alimentos. El cumplimiento de estas leyes es visto como un mandato divino y una expresión de fe y devoción.

En la práctica, las leyes de kashruth prohíben el consumo de ciertos animales, como el cerdo y los mariscos, y requieren que los animales permitidos sean sacrificados de acuerdo con un ritual específico. Además, la combinación de carne y productos lácteos está estrictamente prohibida, lo que implica el uso de utensilios y vajillas separados para cada tipo de alimento. Estas reglas no solo afectan la dieta, sino que también influyen en la organización y el equipamiento de las cocinas en los hogares ortodoxos.

Cultura y tradición de los judíos ortodoxos
Cultura y tradición de los judíos ortodoxos.

El cumplimiento de las leyes de kashruth también se extiende a la observancia de festividades religiosas, como la Pascua, donde se aplican restricciones dietéticas adicionales. Durante esta festividad, se prohíbe el consumo de alimentos con levadura, lo que requiere una preparación y planificación cuidadosa de las comidas. A través de la observancia de estas leyes, los judíos ortodoxos no solo mantienen su compromiso con las enseñanzas religiosas, sino que también fortalecen su identidad cultural y comunitaria.

La sinagoga en la comunidad judía

Funciones y simbología

La sinagoga es el centro de la vida religiosa y comunitaria para los judíos ortodoxos, sirviendo como lugar de culto, estudio y reunión. Su importancia se refleja en los tres nombres hebreos que se le atribuyen: bet ha-tefilla (casa de oración), bet ha-kneset (casa de reunión) y bet ha-midrash (casa de estudio). Estos nombres destacan las funciones multifacéticas de la sinagoga, que van más allá de ser un simple lugar de oración.

En la sinagoga, los judíos ortodoxos se reúnen para participar en servicios religiosos, que incluyen la lectura de la Torá y la recitación de oraciones y cánticos. Estos servicios son momentos de conexión espiritual y comunitaria, donde los fieles pueden renovar su compromiso con las enseñanzas religiosas y fortalecer sus lazos con otros miembros de la comunidad. La sinagoga también es un lugar de aprendizaje, donde se imparten clases y se llevan a cabo estudios de textos sagrados, promoviendo el conocimiento y la educación religiosa.

Además de sus funciones prácticas, la sinagoga tiene una profunda simbología en la vida judía ortodoxa. Es vista como un microcosmos del Templo de Jerusalén, y su diseño y decoración reflejan esta conexión. Elementos como el arca de la Ley, que alberga los rollos de la Torá, y la lámpara eterna, que simboliza la presencia divina, son componentes esenciales de la sinagoga, recordando a los fieles la santidad y la trascendencia de su fe.

Festividades: el Shabat

Celebración como día de santidad y descanso

El Shabat es una de las festividades más importantes en el calendario judío ortodoxo, celebrado desde el atardecer del viernes hasta el anochecer del sábado. Este día de descanso y santidad conmemora la creación del mundo por Dios, quien descansó en el séptimo día. Para los judíos ortodoxos, el Shabat es una oportunidad para desconectarse de las actividades mundanas y dedicar tiempo a la espiritualidad, la familia y la comunidad.

Cementerio judío
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Durante el Shabat, se observan estrictas leyes que prohíben el trabajo y ciertas actividades, permitiendo a los fieles centrarse en la oración, el estudio y la reflexión. La preparación para el Shabat comienza antes del atardecer del viernes, cuando se encienden las velas sabáticas y se pronuncian bendiciones, marcando el inicio del día sagrado. Este ritual es seguido por una comida festiva, que incluye oraciones y cánticos, fomentando un ambiente de alegría y comunión.

El Shabat también es un momento para fortalecer los lazos familiares y comunitarios. Las familias se reúnen para compartir comidas y participar en servicios religiosos en la sinagoga, donde se lee una porción de la Torá y se recitan oraciones y cánticos. A través de estas actividades, el Shabat no solo refuerza la conexión con Dios, sino que también promueve la unidad y el sentido de pertenencia dentro de la comunidad judía ortodoxa.

Tradiciones y rituales asociados

El Shabat está lleno de tradiciones y rituales que enriquecen la experiencia espiritual y cultural de los judíos ortodoxos. Uno de los rituales más significativos es el encendido de las velas, realizado por la mujer de la casa antes del atardecer del viernes. Este acto simbólico marca la transición de la semana laboral al día de descanso, invitando a la paz y la santidad al hogar.

Durante el servicio matutino del sábado en la sinagoga, se lleva a cabo la lectura de la Torá, que es un momento central de la liturgia del Shabat. Esta lectura es acompañada por el canto de la Hafṭara, una selección de los profetas, y la recitación de salmos y oraciones. Estos rituales fortalecen el sentido de comunidad y conexión espiritual, permitiendo a los fieles renovar su compromiso con las enseñanzas divinas.

Al final del Shabat, se celebra la ceremonia de Havdala, que marca la separación entre el día sagrado y los días de la semana. Esta ceremonia incluye la recitación de bendiciones sobre una copa de vino, especias aromáticas y una vela trenzada, simbolizando la transición de la luz a la oscuridad. A través de estos rituales, el Shabat se convierte en una experiencia rica y significativa, que refuerza la identidad y la fe de los judíos ortodoxos.

Ceremonias y celebraciones

El seder durante la Pascua

El seder es una ceremonia central de la Pascua judía, que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto. Esta celebración tiene lugar en la primera noche de la Pascua y se lleva a cabo en el hogar, reuniendo a la familia para compartir una comida ritual que incluye alimentos simbólicos y la recitación de la Hagadá, un texto que narra la historia del éxodo.

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Durante el seder, se consumen cuatro copas de vino, cada una acompañada de bendiciones y oraciones que celebran la liberación y la redención. Los alimentos simbólicos, como el matzá (pan sin levadura) y las hierbas amargas, recuerdan las dificultades y la esperanza del pueblo judío durante su esclavitud y éxodo. A través de estos elementos, el seder no solo revive la historia de la Pascua, sino que también refuerza la identidad y la continuidad de la tradición judía.

El seder es una oportunidad para la educación y la transmisión de valores, ya que los más jóvenes de la familia participan activamente en la ceremonia, haciendo preguntas y aprendiendo sobre la historia y las enseñanzas de la Pascua. Este enfoque en la educación y el recuerdo asegura que las futuras generaciones de judíos ortodoxos comprendan y valoren su herencia cultural y espiritual.

Significado y leyes dietéticas de la Pascua

La Pascua es una festividad que celebra la liberación del pueblo judío de Egipto, un evento fundamental en la historia judía que marca el nacimiento de la identidad nacional y religiosa. Durante esta celebración, se observan estrictas leyes dietéticas que prohíben el consumo de alimentos con levadura, simbolizando la prisa con la que los hebreos abandonaron Egipto sin tiempo para dejar que su pan fermentara.

Estas restricciones dietéticas requieren una preparación cuidadosa, ya que las cocinas deben ser limpiadas a fondo y los alimentos no permitidos deben ser eliminados antes del inicio de la Pascua. En su lugar, se consumen alimentos especiales, como el matzá, que simboliza la sencillez y la pureza del pan sin levadura. A través de estas prácticas, los judíos ortodoxos no solo recuerdan la historia de la liberación, sino que también refuerzan su compromiso con las leyes y tradiciones de su fe.

El significado de la Pascua va más allá de la conmemoración histórica, ya que también representa un tiempo de renovación espiritual y reflexión personal. A través de la observancia de las leyes dietéticas y la participación en ceremonias como el seder, los judíos ortodoxos tienen la oportunidad de fortalecer su conexión con Dios y reafirmar su identidad y valores como pueblo elegido.

Sinagoga de Subotica (Serbia)
Sinagoga judía de Subotica (Serbia)

Celebración de Janucá

Janucá, también conocida como la Fiesta de las Luces, es una celebración judía que conmemora la rededicación del Segundo Templo de Jerusalén después de su profanación por los griegos. Este festival, que dura ocho días, se celebra encendiendo velas en una menorá, un candelabro de ocho brazos, cada noche del festival. Este acto simboliza el milagro del aceite que ardió durante ocho días en el Templo, a pesar de que solo había suficiente para uno.

La celebración de Janucá es una reafirmación de los ideales del judaísmo, destacando la importancia de la fe, la perseverancia y la resistencia frente a la opresión. Aunque Janucá no es una festividad mencionada en las Escrituras hebreas, es ampliamente celebrada y apreciada por su mensaje de esperanza y renovación.

Durante Janucá, las familias judías ortodoxas se reúnen para encender la menorá, recitar bendiciones y cantar cánticos tradicionales. También se intercambian regalos y se disfrutan alimentos especiales, como los latkes (tortitas de patata) y los sufganiyot (donuts rellenos de mermelada). A través de estas celebraciones, Janucá no solo refuerza la identidad y la fe judía, sino que también fomenta la unidad y la alegría dentro de la comunidad.

Relevancia de otras festividades judías

A lo largo del año, los judíos ortodoxos celebran diversas festividades que marcan momentos importantes en el calendario religioso y la historia judía. Estas festividades no solo conmemoran eventos históricos, sino que también ofrecen oportunidades para la reflexión espiritual y la renovación de la fe. Entre ellas se encuentran el Rosh Hashaná (Año Nuevo judío), Yom Kipur (Día de la Expiación) y Sucot (Fiesta de los Tabernáculos).

Cada festividad tiene sus propias tradiciones y rituales, que reflejan la rica diversidad de la cultura judía ortodoxa. Por ejemplo, durante Rosh Hashaná, se celebra el inicio del año con oraciones y la tradición de tocar el shofar, un cuerno de carnero que simboliza el llamado al arrepentimiento. En Yom Kipur, se observa un día de ayuno y oración, dedicado a la reflexión y el perdón.

Estas festividades no solo fortalecen la identidad y la cohesión comunitaria, sino que también proporcionan un marco para la transmisión de valores y enseñanzas a las nuevas generaciones. A través de la participación en estas celebraciones, los judíos ortodoxos mantienen viva su herencia cultural y espiritual, asegurando que las tradiciones y creencias ancestrales continúen siendo una parte integral de sus vidas.

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