Walt Disney, el icónico creador de Mickey Mouse y fundador de uno de los imperios de entretenimiento más grandes del mundo, ha sido objeto de controversia durante décadas. Las acusaciones de antisemitismo y simpatía hacia el nazismo han perseguido su legado, planteando preguntas sobre su carácter y sus creencias personales.
Las acusaciones de antisemitismo contra Walt Disney provienen principalmente de algunos ilustradores judíos que trabajaron para él. Estos individuos afirmaron que Disney tenía actitudes y comportamientos que reflejaban prejuicios antisemitas. Sin embargo, estas acusaciones no siempre han sido respaldadas por pruebas concretas, lo que ha llevado a un debate continuo sobre la veracidad de estas afirmaciones.

Además de las acusaciones de antisemitismo, Disney también ha sido vinculado con la ideología fascista. En los años 40, formó parte de un grupo llamado Motion Picture Alliance for the Preservation of American Ideals.
Este grupo, compuesto por figuras prominentes de Hollywood, promovía valores conservadores y se oponía al comunismo y otras ideologías percibidas como amenazas a los ideales estadounidenses. La participación de Disney en este grupo ha sido interpretada por algunos como una indicación de sus simpatías fascistas.
La caza de brujas y el FBI
En 1993, una biografía sobre Walt Disney reveló que el famoso animador había colaborado con el FBI desde 1940 hasta su muerte.
Durante la era de la caza de brujas, encabezada por el senador Joseph McCarthy, Disney proporcionó información sobre presuntos comunistas en Hollywood.
Esta colaboración ha sido vista por algunos como una extensión de sus supuestas tendencias anticomunistas y fascistas.

Casi cincuenta años después de la muerte de Disney, un documental sobre su vida evitó abordar directamente las acusaciones de antisemitismo y anticomunismo. La falta de pruebas concluyentes ha llevado a algunos a cuestionar la validez de estas acusaciones. Sin embargo, la controversia persiste, alimentada por testimonios y relatos contradictorios.
A pesar de las acusaciones, su trayectoria laboral, es cierto, presenta una imagen contradictoria. A lo largo de su carrera, Disney no tuvo reparos en contratar a empleados judíos en su empresa. Esta disposición a trabajar con individuos de diversas procedencias étnicas y religiosas parece contradecir las acusaciones de antisemitismo y fascismo.
La figura de Walt Disney es compleja y multifacética. Mientras que algunas acusaciones de antisemitismo y simpatía hacia el nazismo persisten, la falta de pruebas concluyentes y las contradicciones en su comportamiento laboral sugieren que la verdad puede ser más matizada.

Es posible que Disney, como muchas figuras históricas, haya tenido aspectos de su personalidad y creencias que reflejaban los prejuicios de su época, pero también mostró una disposición a trabajar con personas de diversas procedencias.
En última instancia, la pregunta de si Walt Disney era antisemita puede no tener una respuesta definitiva. Lo que está claro es que su legado en el mundo del entretenimiento es innegable, y su impacto cultural sigue siendo profundo.