Belva Lockwood fue la primera mujer en discutir ante la Corte Suprema y la primera mujer candidata a la presidencia en recibir votos. Una pionera que no aceptaba un "no" por respuesta.

Cuando era niña, Belva se educó en las escuelas de una sola habitación dentro de una escuela pública en el condado de Niágara, en Nueva York. A los 14 años, se graduó y la junta escolar local le ofreció de inmediato un trabajo de maestra de verano.
Belva invirtió el dinero que ganaba en la enseñanza para pasar un año asistiendo a la Royalton Academy, una escuela de secundaria privada local destinada a preparar a los estudiantes para la universidad o los negocios. Y es que ella quería ir a la universidad, pero su padre vetó la idea diciéndole que: “Las chicas deberían casarse; solo los chicos van a la universidad ”. Así que hizo caso a su padre y a los 18 años se casó con Uriah McNall, un agricultor y aserrador de 22 años. Menos de un año después dio a luz a una hija llamada Lura.
Sin embargo, unos años más tarde, Uriah resultó gravemente herido en el aserradero. Tras dos años de invalidez murió en la primavera de 1853. Belva se había convertido en viuda a los 22 años con una niña pequeña. Creía que la mejor manera de cuidar el futuro de su hija y el suyo mismo era a través de la educación, por lo que utilizó el poco dinero que le quedaba para inscribirse en la Academia de Gasport, una escuela secundaria con un plan de estudios preparatorio para la universidad.
Familia y vecinos despreciaron su decisión de continuar su educación, diciendo que era "inaudito" para una mujer casada, incluso para una viuda. Su padre denunció su deseo de adquirir conocimiento como algo poco femenino, pero Belva no vaciló esta vez.
A mitad de su segundo curso en la Academia Gasport, fue reclutada por la junta escolar para asumir la posición de un maestro que había sido despedido. Aceptó y usó dicho sueldo para ahorrar para la siguiente fase de su educación: la universidad. Dejando a Lura con sus padres, quienes se mudaron a Illinois, Belva se mudó a casi 100 kilómetros de distancia para asistir al Seminario mixto Genesee Wesleyan que comenzó en el otoño de 1854. Allí se dio cuenta de que, mientras que las alumnas seguían estudios aceptables "femeninos" como la retórica y las bellas artes, los varones daban cursos de matemáticas y de clásicos para prepararse para el Genesee College, el instituto de educación superior.
Así que ni corta ni perezosa, Belva solicitó ingresar en dicho colegio. La jefa de estudios de las féminas intentó disuadirla, dando a entender que no era nada femenino, mientras que la presidenta de Genesee College parecía escéptica de que Belva pudiese llegar a completar con éxito un título universitario. Pero Belva insistió en que quería entrar. Pasó los exámenes de ingreso y fue admitida en el curso científico de estudio.
Durante la década de 1850, en la que Belva acudió a las clases, las mujeres representaban alrededor del 15% del cuerpo estudiantil del Genesee College; no había profesoras en la facultad, y las alumnas asistían a clases separadas de los varones. El curso de estudio era riguroso y la vida estudiantil estaba muy regulada: casi no estaba permitida la socialización entre los sexos. Pero Belva se centró en sus estudios, desarrollando en este momento un gran interés por la ley, asistiendo a conferencias de un abogado local además de a sus clases de Genesee (más tarde conocida como Universidad de Syracuse). En junio de 1857, después de tres años de estudio, Belva se graduó con honores, obteniendo la licenciatura en ciencias.

Después de mudarse a Washington, se casó con un dentista de 65 años, Ezekiel Lockwood. Tenía casi cuarenta años cuando decidió estudiar leyes formalmente. Encontró una escuela de derecho que la admitió, pero incluso allí encontró obstáculos para obtener el título. Belva y otras 14 mujeres se matricularon en 1871. Dos años después, solo ella y otra mujer habían completado el curso.
Y es que aunque fue admitida en el colegio de abogados del Distrito de Columbia, se le negó la admisión a las prácticas ante el Tribunal Supremo e incluso el diploma. “Tengo derecho a exigir ni diploma”, escribió a la Casa Blanca. Pasó cinco años presionando enérgicamente un proyecto de ley en el Congreso, y en 1879, Belva Lockwood se convirtió en la primera mujer en ejercer la abogacía ante la Corte Suprema de los Estados Unidos.
En 1884 aceptó la nominación del Partido Nacional por la Igualdad de Derechos y se postuló para la presidencia. Aunque los líderes del sufragio se opusieron a su candidatura como presidenta, Belva lo vio como una oportunidad de abrir paso a las mujeres. Consiguió más de 4.000 votos.
Utilizando su conocimiento de la ley, trabajó para asegurar el sufragio femenino, las reformas a la ley de propiedad, la igualdad de remuneración por igual trabajo y la paz mundial. Con el apoyo de la publicidad y el partidismo, y alentando a otras mujeres a seguir carreras legales, Belva Lockwood ayudó a abrir la profesión de la abogacía a las mujeres.