La popular serie “Los Bridgerton”, que estrenó su primera temporada en diciembre de 2020, adapta las novelas de Julia Quinn sobre los galanteos, amores e intrigas del corazón en la época, caracterizadas por el cortejo amoroso, de la Regencia. ¿Hasta qué punto refleja la ficción las verdaderas prácticas de la época?
El cortejo amoroso en la época de la Regencia
Aunque 'Los Bridgerton' sea una serie que se toma sus licencias históricas, lo cierto es que el cortejo amoroso en la época de la Regencia británica era todo un fenómeno social entre la aristocracia, que tenía sus propias normas y leyes no escritas para casar a sus vástagos. Exploramos aquel contexto histórico para situarnos.
Contexto histórico: la Regencia británica
Se conoce como Época Regencia el período entre 1811 y 1820 en el que el hijo de Jorge III actuó como príncipe regente antes de ascender al trono en 1820 como Jorge IV. Los historiadores suelen ampliarla al período entre 1788 y 1830. Jorge IV se probó monarca extravagante y dispendioso, pero sus excesos sirvieron para dar nombre a un lapso temporal marcado por la elegancia y el gusto por las artes entre las clases pudientes, una riqueza, por otra parte, que contrastaba con la pobreza extrema de las clases menos privilegiadas.
Los Bridgerton y los Featherington buscan los mejores partidos para sus hijas. En esto, la serie televisiva se ciñe a la realidad. Encontrar un buen marido no era un asunto menor para las familias de clase alta: el matrimonio se convertía en una cuestión de importancia a nivel económico y social. Las mujeres encontraban en el matrimonio estabilidad económica y posición; si, además, conseguían desarrollar un afecto duradero por su consorte, podían considerarlo una fortuna. En algunos casos, también podía verificarse lo contrario: que hombres decidieran casarse con mujeres ricas para escapar de la pobreza.
Los hombres de la aristocracia podían casarse con hijas de comerciantes o burgueses, siempre que su fortuna resultase lo suficientemente suculenta. Las hijas de las familias nobles, sin embargo, no solían hacerlo: significaba descender peldaños en la escala social. Las mujeres, por tanto, debían casarse dentro de su clase social y no rebajarse a tratos con personas consideradas inferiores.

La alta sociedad y sus normas de comportamiento
Los protagonistas de "Los Bridgerton" pertenecen a la ton, un término que aludía a la alta sociedad británica de la época de la Regencia. La alcurnia se demostraba a través de las buenas maneras, del comportamiento y el gusto en el vestir, pero también a través de los ingresos de la familia y las propiedades. La posición era algo extremadamente sensible que se podía ver alterada por cualquier impropiedad o revés económico.
Las aspirantes a encontrar marido se valían de tutores privados o asistían a escuelas para la formación de señoritas que las preparaban para encontrar marido. Aprendían modales, gestión del hogar y costura, profundizaban su educación religiosa y se formaban en canto e idiomas extranjeros como el italiano y el francés. Aprender a gobernar la casa formaba parte esencial de la educación, tanto entre las mujeres pertenecientes a familias que aspiraban a escalar la pirámide social como entre los miembros de familias de alcurnia.
Las modas influían las formas sociales de interacción entre los hombres y las mujeres que participaban en los eventos sociales durante la temporada de socialización. Entre ellas, el cortejo amoroso propio de la Regencia británica. La temporada cubría los meses entre finales de enero y principios de julio, período en el que se concentraban eventos relevantes como bailes y funciones teatrales que servían para establecer relaciones que podían derivar en matrimonio. Quien participaba en la temporada se presentaba como un participante activo en el juego matrimonial.
El papel del matrimonio en la alta sociedad
Todo este rito de apareamiento enrevesado en el que consistía el cortejo amoroso durante la Regencia era un paso previo a la formación de matrimonios entre la alta sociedad británica. Para ello, cada pretendiente debía hacer gala de su linaje y su rica procedencia, siendo la clase social un factor fundamental para encontrar pareja.
Importancia social y económica del matrimonio
La clase y la distinción se expresaban a través del decoro en cada movimiento y cada acto. Hombres y mujeres en el mercado matrimonial debían adaptarse a las normas sociales y seguir una estricta etiqueta. Por esta razón, se publicaron numerosos libros, panfletos y manuales que aconsejaban cómo comportarse en cada situación y cómo relacionarse con el sexo opuesto, pero también cómo seleccionar el marido adecuado, qué libros leer para mejorar la formación intelectual y espiritual o cómo organizar las actividades del día.

Las reglas de comportamiento variaban según se fuese hombre o mujer. En las interacciones con el sexo opuesto, se debía socializar de manera que las intenciones de cortejo fueran transparentes y no diesen pie a malentendidos. Un comportamiento inadecuado podía comprometer la reputación de la mujer, mucho más frágil en comparación con la de un hombre. Bailar más de dos piezas con la misma persona durante un baile, por ejemplo, indicaba que los dos danzantes estaban prometidos. Antes del compromiso, un hombre y una mujer no podían hablar en privado, y demostrar una pasión excesiva por un pretendiente se consideraba impropio de las clases pudientes.
Restricciones de clase en el matrimonio
Las restricciones de clase desempeñaban un papel fundamental en las decisiones matrimoniales durante la Regencia. Las mujeres de la aristocracia estaban obligadas a casarse dentro de su clase social para preservar el prestigio y la pureza de su linaje. Casarse con alguien de una clase inferior se consideraba un descenso social y podía tener repercusiones negativas para toda la familia.
Por otro lado, los hombres de la aristocracia tenían un poco más de libertad para casarse con mujeres de clases inferiores, siempre y cuando estas aportaran una dote significativa o conexiones ventajosas. Esta dinámica permitía a los hombres mejorar su situación económica y social a través del matrimonio, aunque las mujeres seguían enfrentando restricciones más estrictas.
Estas restricciones de clase no solo reflejaban las desigualdades sociales de la época, sino que también influían en las expectativas y aspiraciones de las personas en el mercado matrimonial. Las mujeres, en particular, debían equilibrar sus deseos personales con las expectativas familiares, lo que añadía una capa adicional de presión al proceso de cortejo.
Matrimonios por amor versus conveniencia
Los matrimonios de conveniencia por dinero y poder político no eran raros entre la aristocracia. Al mismo tiempo, en el Período Regencia algunas familias daban mayor libertad a sus hijos e hijas para que eligiesen a su esposo o esposa. Los herederos de títulos y casas señoriales recibían mayor presión para contraer un matrimonio dictado por aspectos materiales, y las familias podían utilizar la propia riqueza para presionar a sus hijos e hijas. La autora Jane Austen (1775-1817) retrató la presión que los hombres y, sobre todo, las mujeres padecían en el mercado matrimonial inglés. En novelas como Orgullo y prejuicio defendió el derecho individual de elegir el propio destino y el matrimonio por amor.
Casarse por amor, sin embargo, tenía sus riesgos. La joven heredera Catherine Tylney se convirtió en la mujer más rica de Inglaterra durante el Período Regencia. Cuando tuvo que elegir marido, prefirió guiarse por el corazón y elegir como consorte a William Wellesley-Pole, sobrino del duque de Wellington. William resultó ser un aristócrata disoluto, un dandi promiscuo de gran atractivo que acumuló deuda tras deuda y que no dudó en instalar a su amante en la casa familiar.
El proceso de cortejo en la Regencia
La temporada social y sus eventos
La temporada social era un componente esencial del cortejo amoroso durante la Regencia. Este período, que se extendía de enero a julio, estaba repleto de eventos como bailes, cenas y funciones teatrales que proporcionaban un marco para que los jóvenes de la alta sociedad se conocieran y establecieran relaciones. La participación en la temporada era una declaración de disponibilidad en el mercado matrimonial.

Los eventos de la temporada social no solo eran oportunidades para el cortejo, sino también para mostrar el estatus y las conexiones familiares. Las familias de la alta sociedad competían por organizar y asistir a los eventos más prestigiosos, donde las hijas podían presentarse a posibles pretendientes. La temporada era un tiempo de intensa actividad social, donde cada interacción era cuidadosamente observada y evaluada.
La importancia de la temporada social radicaba en su capacidad para facilitar encuentros que de otro modo serían difíciles de organizar. En una época donde las interacciones entre hombres y mujeres estaban restringidas, estos eventos proporcionaban un espacio seguro y aceptable para el cortejo, permitiendo que las relaciones se desarrollaran bajo la supervisión de la sociedad.
El papel de los bailes y asambleas
Los bailes y asambleas eran el corazón de la temporada social y desempeñaban un papel crucial en el proceso de cortejo. Estos eventos permitían a los jóvenes interactuar en un ambiente controlado, donde las normas de etiqueta y decoro guiaban cada movimiento. Bailar era una forma aceptada de contacto físico, aunque limitado, y proporcionaba una oportunidad para que las parejas se conocieran mejor.
En los bailes, las normas eran estrictas: los hombres debían invitar a las mujeres a bailar, y las mujeres, aunque podían rechazar una invitación, debían hacerlo con cuidado para no comprometer su reputación. Cambiar de pareja después de cada baile era la norma, y bailar repetidamente con la misma persona podía interpretarse como un compromiso.
Las asambleas también ofrecían un espacio para la observación y el juicio social. Las familias evaluaban a los posibles pretendientes de sus hijas, y los jóvenes debían demostrar su habilidad para seguir las convenciones sociales. En este contexto, el cortejo era tanto una cuestión de habilidad social como de atracción personal, y el éxito dependía de la capacidad para navegar las complejidades de la etiqueta.
Normas de etiqueta y decoro en el cortejo
La etiqueta y el decoro eran pilares fundamentales del cortejo amoroso durante la Regencia. Las interacciones entre hombres y mujeres estaban cuidadosamente reguladas para evitar cualquier malentendido que pudiera dañar la reputación de una dama. Las normas sociales dictaban cada aspecto del comportamiento, desde cómo iniciar una conversación hasta cómo despedirse al final de la noche.
El decoro exigía que las intenciones de cortejo fueran claras y respetuosas. Las demostraciones públicas de afecto eran limitadas, y cualquier muestra de pasión excesiva se consideraba impropia. Las parejas debían encontrar un equilibrio entre mostrar interés y mantener una conducta adecuada, lo que añadía una capa de complejidad al proceso de cortejo.
Las normas de etiqueta también reflejaban las expectativas de género de la época. Mientras que los hombres tenían más libertad para expresar su interés, las mujeres debían ser más discretas y modestas en sus interacciones. El éxito en el cortejo dependía de la habilidad para seguir estas reglas no escritas, y los errores podían tener consecuencias duraderas en la reputación y las oportunidades matrimoniales.

La influencia de la serie "Los Bridgerton"
La serie "Los Bridgerton" ha capturado la imaginación del público moderno al retratar el cortejo amoroso de la Regencia con un enfoque fresco y dramático. Aunque la serie se toma ciertas libertades creativas, ofrece una visión cautivadora de las dinámicas sociales y las presiones del matrimonio en la alta sociedad de la época. Su popularidad ha renovado el interés en las costumbres de la Regencia y ha llevado a muchos a explorar la realidad detrás de la ficción.
"Los Bridgerton" destaca por su representación de la diversidad y la inclusión, aspectos que no eran característicos de la alta sociedad de la Regencia. Sin embargo, la serie captura con precisión la importancia de la reputación y las normas de etiqueta en el cortejo, elementos que eran fundamentales en las interacciones sociales de la época. A través de sus personajes, la serie explora las tensiones entre el deber y el deseo personal, un tema recurrente en las novelas de la época.
La influencia de "Los Bridgerton" va más allá del entretenimiento, inspirando un interés renovado en la historia y la cultura de la Regencia. Al combinar elementos históricos con narrativas contemporáneas, la serie ofrece una perspectiva única sobre un período fascinante de la historia británica, invitando a los espectadores a reflexionar sobre las continuidades y cambios en las prácticas de cortejo a lo largo del tiempo.
La educación y preparación de las mujeres para el matrimonio
El cortejo amoroso que se daba en la Regencia entre la aristocracia no se limitaba solo a la temporada social y a los encuentros en bailes entre damas y caballeros. Estaba precedido por una extensa preparación previa, sobre todo para las mujeres, por lo que acudir a uno de estos eventos sin conseguir un pretendiente podía ser toda una decepción.
Competencias y habilidades requeridas
Durante la Regencia, la educación de las mujeres de la alta sociedad se centraba en prepararlas para el matrimonio y la vida doméstica. Las jóvenes recibían instrucción en una variedad de competencias diseñadas para hacerlas atractivas a posibles pretendientes y capaces de gestionar un hogar. Estas habilidades incluían modales, costura, gestión del hogar, canto e idiomas extranjeros como el francés y el italiano.
El aprendizaje de estas habilidades no solo era una preparación práctica para el matrimonio, sino también una demostración del estatus social de la familia. Las mujeres bien educadas eran vistas como un reflejo del prestigio y las aspiraciones de su familia, y su capacidad para desempeñarse en los eventos sociales era crucial para su éxito en el mercado matrimonial.
La educación de las mujeres también incluía una dimensión moral y religiosa, destinada a inculcar los valores y principios adecuados para una esposa y madre. Esta formación integral reflejaba las expectativas de la sociedad de la Regencia, donde las mujeres eran vistas como guardianas del hogar y la moralidad, y su educación debía prepararlas para cumplir con este rol.
El impacto de las convenciones sociales en la reputación
La reputación era un aspecto crítico de la vida social durante la Regencia, y las mujeres enfrentaban una presión considerable para mantener una imagen impecable. Las convenciones sociales dictaban un comportamiento modesto y reservado, y cualquier desviación de estas normas podía tener consecuencias significativas para la reputación de una mujer y sus oportunidades matrimoniales.
El riesgo de dañar la reputación era especialmente alto durante el cortejo, donde las interacciones con el sexo opuesto estaban sujetas a un escrutinio minucioso. Un comportamiento inapropiado, como mostrar demasiado interés en un pretendiente o rechazar una invitación a bailar de manera irrespetuosa, podía resultar en chismes y críticas que afectaban no solo a la mujer, sino también a su familia.
La importancia de la reputación reflejaba las desigualdades de género de la época, donde las mujeres eran juzgadas más severamente que los hombres por sus acciones. La capacidad para navegar estas convenciones sociales era una habilidad crucial para las mujeres de la Regencia, y su éxito en el cortejo dependía en gran medida de su habilidad para mantener una reputación intachable.

Perspectivas literarias: Jane Austen y el cortejo amoroso
El imaginario en torno al cortejo amoroso en la época de la Regencia británica ha llegado a nuestros días -y a los Bridgerton- sobre todo a través de las novelas amorosas de Jane Austen, como 'Orgullo y Prejuicio', que reflejaban el sentir de la alta aristocracia.
Representación de la presión social en sus novelas
Jane Austen, una de las autoras más influyentes de la Regencia, ofrece una visión perspicaz de las presiones sociales y las complejidades del cortejo amoroso en sus novelas. Obras como "Orgullo y prejuicio" y "Sentido y sensibilidad" exploran los dilemas enfrentados por las mujeres que deben equilibrar las expectativas familiares con sus propios deseos y aspiraciones.
Austen utiliza sus personajes para ilustrar la tensión entre el deber y el deseo personal, destacando la presión que las mujeres enfrentaban para casarse adecuadamente. A través de su narrativa, Austen critica las normas sociales que limitaban la libertad de elección de las mujeres y aboga por el derecho a elegir un cónyuge basado en el amor y el respeto mutuo.
La representación de la presión social en las novelas de Austen resuena con los lectores de hoy, ofreciendo una crítica atemporal de las expectativas de género y las convenciones matrimoniales. Sus obras continúan siendo relevantes, proporcionando una ventana a las experiencias de las mujeres durante la Regencia y una reflexión sobre las continuidades y cambios en las prácticas de cortejo.

Ejemplos de matrimonios basados en el amor
A pesar de las restricciones sociales de la Regencia, Austen retrata ejemplos de matrimonios basados en el amor que desafían las normas tradicionales. En sus novelas, personajes como Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy en "Orgullo y prejuicio" demuestran que el amor y el respeto mutuo pueden superar las barreras sociales y económicas.
Estos matrimonios por amor no solo ofrecen un ideal aspiracional, sino que también ilustran los desafíos y recompensas de seguir el corazón en un contexto que valoraba la conveniencia material. Austen muestra cómo las parejas que eligen casarse por amor deben enfrentar y superar obstáculos, pero también cómo estas uniones pueden proporcionar una base sólida para una vida compartida.
A través de sus personajes, Austen celebra la posibilidad de reconciliar el amor y el deber, ofreciendo una visión esperanzadora de las relaciones humanas. Sus ejemplos de matrimonios basados en el amor continúan inspirando a los lectores, recordando la importancia de seguir el corazón en la búsqueda de la felicidad y la realización personal.
Referencias:
- Jones, H. 2009. Jane Austen and Marriage. Londres: Bloomsbury Academic.
- Roberts, G. 2016. The Angel and the Cad: Love, Loss and Scandal in Regency England. Londres: Pan Macmillan.