No hace falta salir de España para visitar un castillo de cuento de hadas

Este castillo llegó a ser uno de los palacios más lujosos y espléndidos de su época.
No hace falta salir de España para visitar un castillo de cuento de hadas

Un enorme y precioso castillo dominando una villa. Rodeado de hermosos jardines, la silueta del castillo, con sus innumerables torres, almenas y torreones, dibuja una figura impresionante contra el horizonte. Lo más interesante de esta estampa que nos remonta a la Edad Media, es que no tenemos que salir de España para encontrar un auténtico castillo medieval de cuento de hadas. Se trata del Castillo de Olite, localizado en el corazón de Navarra -a unos 40 kilómetros al sur de la ciudad de Pamplona- y acompañado de poco más de 3.000 habitantes que pueblan sus alrededores.

El camino hacia el castillo de Olite - iStock

Una joya histórica

La historia del Castillo de Olite comienza en la Edad Media como hemos adelantado, situándose sus orígenes en los siglos XIII y XIV. El castillo-Palacio de Olite fue construido entre los años 1402-1424 por orden del rey Carlos III, 'el Noble' como emblema más representativo de Navarra y, aunque inicialmente sirvió como fortaleza e iglesia románica, durante el Reino de Navarra en el siglo XV es cuando el castillo empezó a adquirir la grandeza por la que ahora es conocida. Se transformó en uno de los castillos medievales más lujosos de Europa y fue una de las sedes de la corte de Navarra desde el reinado de Carlos III. 

Como se trata de una construcción con carácter cortesano y, por tanto se dio preponderancia a los aspectos residenciales por encima de los defensivos, lo más correcto sería llamarlo palacio. Su diseño no reparó en gastos: sufrió importantes renovaciones y ampliaciones que durarían décadas en las que el rey, enamorado del estilo gótico francés, incorporó estos elementos al diseño, creando una obra maestra arquitectónica que era a la vez una fortaleza y un palacio real. De ahí que su vista inicial no sea ni la tradicional fortaleza ni el clásico castillo.

Riqueza de sus torres

Uno de los rasgos más distintivos del palacio de Olite es la variedad de sus torres. Cada torre tenía un diseño único, algunas con formas octogonales, mientras que otras eran cuadradas o redondas. Su silueta sugiere algo mágico. Es precisamente este diseño irregular, incluso un tanto desordenado, lo que contribuyó a su apariencia de castillo de cuento de hadas y lo que ha hecho que el castillo-palacio haya sido considerado como uno de los más bonitos de Europa.

Castillo de Olite - Wikipedia

El palacio se divide en tres zonas

La estructura del palacio se dividió en tres partes principales: el Palacio Viejo, el Palacio Nuevo y la iglesia. El Palacio Nuevo, era el lugar más extravagante, con elaboradas cámaras, suntuosos jardines y un laberinto de patios. Algunos de esos maravillosos jardines estaban suspendidos en las galerías del palacio. Todo era derroche, creatividad y capricho en este palacio “que tenía tantas habitaciones como días el año”.

De entre todas las habitaciones destacaban sobremanera la Cámara de la reina Leonor de Trastámara en el siglo XV, que estaba adaptada a los gustos y necesidades personales de la reina (con muchas comodidades, por supuesto, y con una estética más distintiva), y la del rey, un gran salón con amplios ventanales góticos y espectacular chimenea que era utilizado por Carlos III como lugar de recepción de invitados; era el corazón de la vida diaria del regente que, probablemente, habría estado adornado con llamativos tapices y muebles espléndidos. No queda la menor duda de que el complejo palaciego era un testimonio de la riqueza del reino y del gusto refinado del rey.

Baño de inspiración medieval - Midjourney/Sarah Romero

Un frigorífico a tamaño gigante

También merece la pena reseñar el Pozo de Hielo, una ingeniosa zona del castillo destinada a la refrigeración. El pozo de hielo era un medio para conservar los alimentos y proporcionar bebidas frías a sus residentes y visitantes durante todo el año. Fácilmente reconocible por su enorme tapadera que recuerda a la cáscara de un huevo, era realmente práctico teniendo en cuenta que aún quedaba mucho para la invención del frigorífico. Durante el invierno, el hielo y la nieve se acumulaban y compactaban en el pozo, cuya profundidad y aislamiento ayudaban a mantener bajas temperaturas incluso en los meses más cálidos y asegurando el lujo -que lo era-, de contar con bebidas y alimentos frescos los doce meses del año.

Además, el Palacio Real de Olite se caracterizaba por albergar grandes fiestas y torneos, en los que podíamos ver a poetas, músicos y artistas, en esta etapa tan floreciente de la edificación. Sin embargo, al producirse la unión de Navarra a la Corona de Castilla en el año 1512, comenzó el abandono del mismo al dejar de lado una de sus facetas más importantes y quedar destinado exclusivamente a ser una residencia real más bien esporádica.

Recreación del palacio de Olite por la IA - Midjourney/Sarah Romero

Esto sería el inicio de su línea de decadencia. La Guerra de la Independencia a principios del siglo XIX causó estragos, ya que al ser utilizado como guarnición militar, acabó presa de un incendio intencionado por el General navarro Espoz y Mina que lo dejó en ruinas. No fue hasta el siglo XX que se iniciaron los esfuerzos de restauración del Palacio de Olite. Se perdieron sus jardines y cualquier suerte de decoración interior.

Fue declarado Monumento Nacional en 1925 y, a pesar de que pasaron hasta 30 años restaurando el castillo, intentando preservar el estilo gótico original, fue una tarea complicada devolverlo a su estado original tras ese dramático incendio. Pese a todo, la labor de restauración intentó garantizar su supervivencia para que las generaciones futuras pudiéramos admirarlo y estudiarlo. Como curiosidad, el propio Gustavo Adolfo Bécquer se paseó por el castillo a finales del siglo XIX, elaborando su preciado "El Castillo Real de Olite (Notas de un viaje a Navarra)", unas páginas en las que derrama nostalgia a raudales sobre cómo habría sido de exuberante esta maravilla arquitectónica.

Dormitorio de un palacio medieval - Midjourney/Sarah Romero

¿Se puede visitar el castillo?

Existen visitas guiadas al palacio-castillo de Olite de lunes a domingo ininterrumpidamente de 10.00 de la mañana a 18.00 de la tarde. Los recorridos guiados, que merecen la pena, nos llevarán por las ruinas de la Capilla de San Jorge, el Palacio Viejo y el Palacio Nuevo, que es la zona de mayor tamaño y la única visitable por turistas. El recorrido es de una hora y su precio de 7,50 euros por adulto.

La fachada del castillo es muy característica. - iStock

Referencias: 

  • Real Academia de la Historia
  • Los mejores castillos de España María Pilar Queralt 2004
  • Castillo, F. (2016). El reformismo militar de Carlos III: mito y realidad. , 41, 337-354. https://doi.org/10.5209/CHMO.53815.
  • Vicente, I., & Carmen., M. (2018). De origen noble y al servicio de la monarquía. Los corregidores de León en el reinado de Carlos III. , 855-866. https://doi.org/10.20350/digitalCSIC/12152.

Recomendamos en