¿Somos los europeos actuales los humanos más raros de la historia?

Cómo la historia de Occidente y nuestra cultura nos ha llevado a ser una minoría individualista con mucho impacto sobre el resto de la población mundial.
Collage arte moderno

En el vasto espectro de la diversidad humana, los europeos actuales destacan por su peculiar composición psicológica y social. Según Joseph Henrich, estos individuos, catalogados bajo el acrónimo WEIRD (Western, Educated, Industrialized, Rich, Democratic), exhiben características que los distinguen drásticamente de las culturas más tradicionales. ¿Pero qué es lo que realmente nos hace tan "raros"? Este contraste no solo marca una diferencia en comportamientos y creencias, sino que plantea una pregunta fundamental: ¿cómo y por qué hemos llegado a ser los humanos más singulares en la historia de nuestra especie?

El modo de entender el mundo en la cultura occidental es minoritario. AscentXmedia / iStock

Los más raros del mundo

El término "WEIRD", "raro" en inglés, es un acrónimo formado por las palabras Western (occidental), Educated (educado), Industrialized (industrializado), Rich (rico), y Democratic (democrático). Este concepto fue desarrollado por el antropólogo evolutivo Joseph Henrich, quien observó que la mayoría de las investigaciones en psicología y economía se basaban en una fracción bastante pequeña y no representativa de la población global: precisamente, personas WEIRD. Henrich descubrió que estas características, concentradas predominantemente en sociedades occidentales, generan perfiles psicológicos notablemente distintos en comparación con otras poblaciones más tradicionales y menos industrializadas del mundo. Por lo tanto, considera a las personas WEIRD como una minoría psicológica global, cuyos comportamientos y mentalidades no solo son atípicos sino también profundamente influyentes en la ciencia y la política global.

Personas WEIRD. ModernNomads / iStock

Raíces históricas y culturales

Desde la Antigüedad tardía, las políticas matrimoniales impuestas por la Iglesia Católica Romana han tenido un impacto profundo en la configuración social y psicológica de Europa. Al promover el matrimonio monógamo y prohibir las uniones entre primos, la Iglesia buscaba diluir las estructuras propias de clanes y fomentar una organización social que privilegiara la unidad nuclear sobre los extensos lazos de parentesco. Este cambio alteró las dinámicas familiares y propició un sentido de individualismo y responsabilidad personal que distingue a las sociedades occidentales.

La llegada de la imprenta en el siglo XV amplificó estas tendencias al democratizar el acceso al conocimiento y facilitar la difusión de ideas, como las promovidas durante la Reforma Protestante. Esta última acentuó aún más el individualismo, alentando a las personas a leer e interpretar las Sagradas Escrituras por sí mismas, lo que llevó a un cuestionamiento más amplio de la autoridad y a la valoración de la autonomía personal.

Además, la emergencia de ciudades y gremios fomentó la creación de redes sociales basadas en intereses y habilidades más que en lazos familiares. Estas instituciones promovieron el desarrollo de especializaciones laborales e introdujeron una nueva dinámica de interacción y cooperación basada en la meritocracia y la competencia, fundamentales para el desarrollo del capitalismo y el moderno pensamiento económico. Estos cambios, consolidados a lo largo de los siglos, han modelado una psicología occidental única, caracterizada por una fuerte inclinación hacia el individualismo y la innovación.

La invención de la imprenta ayudó a difundir ideas individualistas. Nastco / iStock

Un mundo individual

El individualismo marcado de las sociedades WEIRD influye profundamente en sus concepciones de relaciones interpersonales y moralidad. Un ejemplo claro es el "dilema del pasajero", que expone cómo diferentes culturas manejan conflictos entre lealtades personales y principios éticos. En este dilema, se plantea si uno debería mentir en un tribunal para salvar a un amigo que ha cometido un delito. En sociedades WEIRD, como Canadá o los Estados Unidos, la mayoría optaría por decir la verdad, subordinando la lealtad personal a la ley y la justicia imparcial. En contraste, en muchas culturas no WEIRD, prevalecería la lealtad hacia el amigo, incluso a costa de contradecir la ley.

Este enfoque en la justicia sobre la amistad refleja un valor más amplio en las sociedades WEIRD: la priorización de las normas y sistemas impersonales sobre las relaciones personales. Este individualismo no solo configura la moralidad pública, sino que también afecta a las expectativas y comportamientos en las relaciones personales, enfatizando la autonomía y la responsabilidad individual sobre los lazos comunitarios o familiares.

La expansión global de la cultura WEIRD ha tenido un impacto significativo en diversas sociedades alrededor del mundo, a menudo modelando leyes, normas y estructuras institucionales según principios occidentales. Esta influencia se ve claramente en la adopción de sistemas legales y políticos que enfatizan la democracia representativa, los derechos humanos y la economía de mercado, aspectos centrales de las sociedades WEIRD. Naciones en Asia, África y América Latina han incorporado estos principios en sus constituciones y prácticas gubernamentales, muchas veces impulsadas por la globalización y las políticas de organismos internacionales.

Sin embargo, la importación de estos modelos ha generado también tensiones culturales y resistencia, particularmente cuando los valores WEIRD chocan con tradiciones locales profundamente arraigadas. En el ámbito internacional, los principios WEIRD han redefinido las expectativas de gobernanza y conducta, promoviendo un enfoque más universalista que a veces ignora las especificidades culturales y políticas de los países no occidentales, lo que puede llevar a desafíos en la implementación y aceptación de estas normas.

Los valores WEIRD ignoran las especificidades culturales y políticas de países no occidentales. hadynyah / iStock

La aplicación universal de la perspectiva WEIRD enfrenta desafíos significativos, especialmente evidentes en tiempos de crisis económicas y políticas. Estas situaciones a menudo catalizan un retorno a valores tradicionales y localizados, subrayando las contradicciones inherentes entre los ideales WEIRD y las prácticas culturales arraigadas. Por ejemplo, la prioridad dada al individualismo y a las estructuras democráticas puede chocar con comunidades que valoran la cohesión grupal y la autoridad centralizada. Este contraste puede generar confusión y resistencia, desafiando la eficacia y la aceptación de políticas diseñadas bajo influencias WEIRD en contextos no occidentales.

La psicología social sigue evolucionando, demostrando cómo la cultura moldea profundamente nuestro comportamiento. Comprender las peculiaridades de nuestra propia cultura WEIRD es esencial para interactuar de manera efectiva y empática con un mundo increíblemente diverso, respetando y valorando las diferencias que enriquecen nuestra coexistencia global.

Referencias:

  • Henrich, J. 2022. Las personas más raras del mundo. Capitán Swing.
  • Henrich, J. et al. 2010. Most people are not WEIRD. Nature 466, 29. DOI: 10.1038/466029a. 

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