La imagen popular del neandertal, ese pariente cercano que habitó Europa y parte de Asia hasta hace unos 40.000 años, ha cambiado de manera radical en las últimas décadas. Ya no se le percibe como un ser tosco y primitivo, sino como lo que fue: un homínido dotado de una cultura compleja que supo desarrollar una tecnología adaptativa sorprendente. Un reciente hallazgo procedente de la península ibérica refuerza ahora esta visión. Así, un estudio publicado en American Journal of Biological Anthropology sostiene que los neandertales no solo usaban los dientes para comer, sino también como herramienta. La dentadura habría funcionado como una suerte de “tercera mano” que permitía realizar tareas paramasticatorias. La prueba se encuentra en una incipiente caries hallada en un molar del yacimiento de El Sidrón (Asturias).
El contexto arqueológico de El Sidrón
El yacimiento asturiano de El Sidrón es uno de los más importantes para el estudio de los neandertales. Excavado desde principios de los años 2000, ha proporcionado más de 2.500 restos fósiles pertenecientes a trece individuos, como mínimo. Entre ellos se incluye el denominado Adulto 6, un varón de mediana edad cuya dentición se encuentra relativamente bien conservada. Las dataciones por radiocarbono sitúan a estos restos en torno a los 49.000 años antes del presente, en un periodo templado del Pleistoceno.
La conservación excepcional de los dientes del Adulto 6 ha permitido tanto analizar las marcas de desgaste como estudiar el cálculo dental (es decir, la placa bacteriana), donde se han identificado restos de alimentos vegetales, almidones cocidos e incluso ADN de patógenos orales como el Streptococcus mutans. La posibilidad de recabar este tipo de información ha convertido a El Sidrón en un laboratorio privilegiado para reconstruir la vida cotidiana de los neandertales.

La caries más antigua de Asturias
El estudio se centra en un segundo molar superior izquierdo que presentaba una pequeña cavidad en la cúspide del protocono. Aunque de dimensiones reducidas —0,3 mm de diámetro, 0,78 mm de ancho y 2,6 mm de longitud—, la lesión ha proporcionado información muy valiosa. Los investigadores pudieron confirmar que se trataba de una caries coronaria incipiente, confirmada gracias a los escáneres de microtomografía computarizada y los análisis químicos de desmineralización del esmalte mediante microscopía electrónica.
Las pruebas realizadas mostraron una pérdida del 20% del calcio y el fósforo en el área afectada, en comparación con la superficie sana del diente. Este detalle químico confirma que el desgaste no se produjo por factores mecánicos, sino que se trataba de de una auténtica lesión cariosa, fruto de la acción bacteriana.

¿Qué causó esta caries?
La aparición de las caries en los neandertales es, en realidad, poco común. Hasta ahora, se conocían pocos casos en toda Europa y Oriente Próximo. Esto contrasta con la frecuencia mucho mayor de esta patología en poblaciones humanas posteriores, donde el consumo regular de carbohidratos incrementó notablemente los índices de caries.
En este caso, los investigadores proponen una explicación multifactorial. En primer lugar, se ha sugerido que la dieta de estos individuos incluía alimentos ricos en almidón y cocinados, como setas, piñones y musgos, lo que favorecería un entorno cariogénico. Además, se verificó que el Adulto 6 ejerció una intensa fuerza masticatoria y paramasticatoria que, probablemente, produjo microfisuras en el esmalte. Por último, la presencia de bacterias en el cálculo dental facilitó la colonización de estas grietas y el inicio del proceso de desmineralización.

La boca como herramienta
Más allá de los aspectos alimenticios, el estudio revela otro aspecto fascinante de la conducta neandertal: el uso de la dentadura en actividades no alimenticias. Es lo que se denomina un comportamiento paramasticatorio.
Este uso intensivo se ha documentado en varios individuos de El Sidrón, incluido el Adulto 6, que muestra surcos verticales en las superficies interdentales, además de marcas interpretadas como “surcos de mondadientes”. Tales evidencias sugieren que los neandertales empleaban la dentadura para sujetar, raspar o manipular objetos, desde fibras vegetales hasta pieles o huesos.
En este sentido, la boca funcionaba como un auténtico tercer brazo, capaz de complementar el trabajo manual. La combinación de fuerzas de mordida intensas y el contacto con materiales abrasivos contribuyó, por tanto, a debilitar el esmalte dental y, en consecuencia, favoreció el desarrollo de caries secundarias.

Una visión más compleja de los neandertales
El hallazgo contribuye a reforzar una imagen de los neandertales como homínidos adaptables, con un repertorio de comportamientos mucho más amplio y rico. El hecho de que pudieran desarrollar caries por una dieta rica en carbohidratos y el uso intensivo de la boca los acerca aún más a nosotros. El estudio demuestra, además, que la salud dental de los neandertales no puede analizarse únicamente desde la dieta, sino también desde el uso cultural de los dientes como herramientas.
Este hallazgo se suma a otros ejemplos de patologías y desgastes hallados en fósiles neandertales. La investigación confirma, así, que la evolución humana no solo se puede analizar a través de las herramientas líticas o pinturas rupestres, sino también de los pequeños surcos y manchas de los dientes de nuestros antepasados homínidos. Al fin y al cabo, la historia de un simple molar puede decirnos tanto sobre nuestros ancestros como los más grandiosos hallazgos arqueológicos.
Referencias
- Estalrrich, Almudena, et al. 2025. "Brief Communication: An Incipient Coronal Caries Lesion on a Neandertal Molar Tooth From El Sidrón Cave (Northern Spain)". American Journal of Biological Anthropology, 187.3: e70088. DOI: https://doi.org/10.1002/ajpa.70088