El vino de los poemas homéricos: una rompedora investigación confirma que todas las clases sociales de la antigua Troya consumían esta bebida

Una novedosa investigación explora el consumo de vino en Troya y logra desmentir la idea de que solo las élites disfrutaban de esta bebida en la antigüedad.
Un nuevo estudio confirma que el consumo de vino en la antigüedad estaba más extendido de lo que se pensaba
Recreación fantasiosa de Homero bebiendo vino. Fuente: midjouerney/Erica Couto. Foto de vino tinto. Fuente: Pixabay - Recreación ficticia del poeta Homero bebiendo vino

Homero menciona una y otra vez en sus dos magnas obras, la Ilíada y la Odisea, "el vinoso ponto", un mar que recuerda al vino y que, aunque promete grandes gestas y aventuras, se revela plagado de peligros. Los historiadores y arqueólogos no siempre tienen la fortuna de certificar en el registro material lo que narra la literatura. Sin embargo, a veces sucede. Una reciente investigación arqueológica ha proporcionado evidencias concluyentes sobre el consumo generalizado de vino en la antigua ciudad de Troya, lo que desmiente la creencia de que esta bebida era exclusiva de las élites. Este hallazgo no solo verifica las descripciones presentes en los poemas homéricos, sino que también ofrece una visión más completa de las prácticas sociales y culturales de los troyanos durante la Edad del Bronce. A partir del análisis de los residuos químicos presentes en vasijas antiguas, los arqueólogos han logrado demostrar que el vino formaba parte habitual de la dieta de los habitantes de Troya, con independencia de su estatus social.

El equipo de investigación y sus objetivos

Un equipo interdisciplinario de investigadores de las universidades de Tübingen, Bonn y Jena han llevado a cabo este curioso estudio. Bajo la dirección de Stephan Blum de la Universidad de Tübingen, el objetivo principal fue determinar la función de los vasos cerámicos conocidos como depata amphikypellon, vasos típicos de la Edad del bronce dotados de dos asas laterales que se usaban para beber vino. Esta tipología de vaso se documenta ampliamente en las excavaciones de Troya. Además, el equipo también buscó esclarecer si estos recipientes estaban asociados al consumo de vino en contextos tanto elitistas como populares.

El depas amphikypellon es una copa de cerámica de doble asa, característica de la región de Anatolia durante la Edad del Bronce. Previamente, se había especulado que su uso estaba restringido a ceremonias religiosas o festines de la aristocracia troyana. Sin embargo, la distribución de estos vasos en diferentes sectores de la ciudad parecía indicar que una gran parte de la población los utilizaba de manera regular. Esta hipótesis constituye el punto de partida de la investigación, que buscaba determinar si, efectivamente, contenían vino y si este era accesible para todos los troyanos.

Vino tinto
El vino, una bebida que tejió redes de contacto en el Mediterráneo antiguo. Fuente: Pixabay

El análisis de residuos: la clave del estudio

Para alcanzar sus objetivos, los investigadores analizaron los residuos orgánicos presentes en los fragmentos de depas amphikypellon de la colección de Arqueología Clásica de la Universidad de Tübingen. Maxime Rageot, de la Universidad de Bonn, se encargó del análisis químico. Para ello, extrajo muestras de dos gramos de los fragmentos cerámicos y las sometió a un proceso de calentamiento hasta 380 grados centígrados.

Posteriormente, se aplicaron técnicas de cromatografía de gases y espectrometría de masas (GC-MS) para identificar los compuestos presentes en los residuos. Este método permitió detectar biomarcadores específicos del vino, como el ácido succínico y el ácido pirúvico. Estos ácidos se generan en exclusiva durante la fermentación del jugo de uva. La presencia de estos compuestos en los vasos de Troya demostró de manera concluyente que contenían vino.

Además, el equipo comparó los residuos con las muestras tomadas de vasijas de otras regiones del Mediterráneo y Anatolia. Se encontraron similitudes con restos de vino procedentes de asentamientos micénicos e hititas, lo que sugiere que el comercio y la producción de vino eran prácticas ampliamente extendidas en la región. Estos hallazgos sitúan a Troya en una red económica y cultural mucho más interconectada de lo que se pensaba.

Vasos cerámicos con dos asas para beber vivno, Edad del bronce
Varios ejemplares de depata procedentes de Troya. Fuente: Schuppi/Wikimedia

Consumo generalizado de vino de producción local: las conclusiones más relevantes

Los resultados revelaron la presencia de ácido succínico y ácido pirúvico en una cantidad significativa de los fragmentos analizados. Este hallazgo confirma que los depas amphikypellon se utilizaron para el consumo de vino en Troya y que su uso no se limitaba a las clases privilegiadas. Además, la abundancia y diversidad de estos vasos en diferentes contextos arqueológicos sugieren que el vino no era una bebida exclusiva de la élite. Al contrario. También formaba parte de la vida cotidiana de la población común.

Otro aspecto clave de la investigación concierne la identificación de evidencias de producción local de vino en Troya. Las muestras de suelo analizadas en las cercanías de la ciudad revelaron residuos de polen de vid. Esto indica que existía un cultivo local de uva para la elaboración de vino. Esta información desmiente, por tanto, la idea de que los troyanos dependían totalmente del comercio exterior para abastecerse de esta bebida.

Vid con racimos de uva
El estudio también ha confirmado que el vino de los depata era de producción local troyana. Fuente: Pixabay

Implicaciones culturales y sociales

La confirmación de que el vino se cosumía de forma regular en Troya tiene profundas implicaciones para nuestra comprensión de la sociedad troyana. Revela una cultura en la que el vino desempeñaba un papel central en las interacciones sociales y ceremoniales, con prácticas similares a las descritas en los textos homéricos.

Los hallazgos también sugieren que el consumo de vino pudo estar vinculado a festividades religiosas y reuniones comunitarias. La presencia de depas amphikypellon en viviendas de diferentes tamaños indica que las familias troyanas tenían acceso a esta bebida. Su consumo, además, no se limitaba a los contextos ceremoniales o festivos de la nobleza.

Por otro lado, este estudio refuerza la idea de que las tradiciones vinícolas estaban bien arraigadas en las civilizaciones antiguas del Mediterráneo y Asia Menor. El comercio de vino, su producción local y su consumo masivo en Troya sugieren que la ciudad formaba parte de una extensa red económica en la que el vino desempeñaba un rol fundamental.

Recreación fantasiosa de consumo de vino en la antigüedad
Recreación fantasiosa de un grupo de personas bebiendo vino. Fuente: Midjourney/Erica Couto

El vino como elemento cultural

Esta investigación ha proporcionado una nueva perspectiva sobre el consumo de vino en la antigua Troya al demostrar que esta práctica estaba extendida entre todas las capas sociales. Estos hallazgos enriquecen nuestra comprensión de las costumbres troyanas, al tiempo que aportan evidencia arqueológica que respalda las descripciones presentes en los poemas homéricos. Así, se conecta la literatura y la historia a través de la cultura del vino.

Este estudio reconfigura la manera en que entendemos la vida cotidiana en Troya y la relación de la ciudad con otras culturas contemporáneas. El vino, lejos de ser un lujo de la aristocracia, se convierte en un elemento clave de la identidad troyana.

Referencias

  • Thiry, Médard y Milnes, Anthony. 2024. “Reports Engineered ‘landmarks’ associated with Late Paleolithic engraved shelters”. Journal of Archaeological Science: Reports, 55: 1-25. DOI: 10.1016/j.jasrep.2024.104490

Recomendamos en