Una revolucionaria investigación paleogenómica en Chile reescribe los orígenes de la lepra: ya estaba presente en esqueletos de hace 4000 años

Recientes investigaciones genómicas prueban la existencia de la lepra entre las poblaciones precolombinas antes de la llegada de los conquistadores.
Lepra
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto - Nuevos hallazgos sobre la lepra

La historia de la lepra, también conocida como enfermedad de Hansen, siempre ha estado rodeada de incertidumbre. Tradicionalmente, se pensaba que esta dolencia llegó al continente americano tras el contacto europeo en el siglo XVI, como parte de los males derivados de la colonización. Sin embargo, un estudio reciente publicado en Nature Ecology & Evolution ha cambiado de manera radical esta visión. Un equipo internacional de investigadores ha logrado reconstruir el genoma de Mycobacterium lepromatosis en restos humanos hallados en Chile con una antigüedad de alrededor de 4000 años. Se trata de la evidencia más temprana de la presencia de la lepra en el continente americano. El hallazgo, además de revolucionar la cronología de esta enfermedad en América, también abre interrogantes sobre su origen, transmisión y posibles reservorios animales en el periodo precolombino.

Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Los orígenes de la lepra y la aparición de Mycobacterium lepromatosis

La lepra y su historia global

La lepra es una enfermedad causada por dos bacterias: la Mycobacterium leprae y la Mycobacterium lepromatosis. Mientras la primera, más estudiada, se asocia con casos detectados en Eurasia desde hace milenios, la segunda tan solo se identificó en 2008. Así, la Mycobacterium lepromatosis se vincula a formas más graves de la enfermedad, como la lepra lepromatosa difusa y el fenómeno de Lucio.

Hasta ahora, la mayoría de los análisis paleogenómicos se habían centrado en el estudio de la M. leprae, de la que se tiene evidencias de hasta 5000 años de antigüedad en restos humanos de Europa, Asia y Oceanía. Con todo, no existían pruebas directas de la presencia de la M. lepromatosis en contextos arqueológicos antiguos, pese a que en la actualidad está bien documentada en México, el Caribe y el sudeste asiático.

El giro americano

El nuevo estudio demuestra que la M. lepromatosis no es un patógeno de desarrollo reciente en América. Al contrario: su presencia en el continente cuenta con, al menos, cuatro milenios de antigüedd. Este hecho contradice la idea de que la lepra llegó con los europeos y sugiere escenarios mucho más complejos para la historia de la enfermedad.

Lepra en el mundo precolombino
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

El hallazgo en Chile: los yacimientos de La Herradura y El Cerrito

Contexto arqueológico

Los investigadores responsables del estudio analizaron restos de 41 individuos procedentes de cinco yacimientos de la región semiárida del norte de Chile. Entre ellos, dos esqueletos destacaron de forma excepcional: el ECR001, hallado en el sitio de La Herradura, y el ECR003, procedente de El Cerrito. Ambos se dataron mediante radiocarbono en un periodo cronológico de entre 3900 y 4100 años antes del presente, es decir, en un periodo muy anterior al contacto con Europa.

Los restos pertenecían a dos varones adultos, uno de entre 35 y 40 años y el otro de entre 40 y 44 años. Ambos presentaban ciertas alteraciones óseas, como deformaciones en la tibia y lesiones en la zona nasal y los huesos pequeños de las manos. Aunque estas modificaciones son compatibles con los efectos de la lepra, los autores prefirieron ser cautelosos antes de establecer un diagnóstico osteológico definitivo.

El hallazgo genómico

La clave llegó gracias a la paleogenómica. Se extrajo ADN de un diente (ECR003) y de un fragmento de tibia (ECR001). Tras aplicar técnicas de captura y secuenciación masiva, los científicos lograron reconstruir dos genomas completos de Mycobacterium lepromatosis con coberturas de 45 y 74 veces, lo que constituye una calidad extraordinaria en los estudios de ADN antiguo. Este hallazgo constituye la primera evidencia genómica de M. lepromatosis en restos humanos arqueológicos y demuestra que el patógeno circulaba en poblaciones cazadoras, recolectoras y pescadoras de Chile hace cuatro milenios.

M. lepromatosis
Panorámica del estatus de recuperación de los nomases de M. lepromatosis identificados recientemente. Fuente: Ramirez et al. 2025

Un linaje antiguo y sorprendentemente estable

Divergencia con M. leprae

El análisis comparativo reveló que, pese a su parentesco, las bacterias M. leprae y M. lepromatosis muestran una gran divergencia genómica. Solo alrededor del 25 % de su material genético es idéntico. Este dato confirma que la evolución de ambas especies emprendió caminos distintos desde hace decenas de miles de años. De hecho, los investigadores estiman que el último ancestro común de M. lepromatosis existió hace unos 26.800 años.

La estabilidad del patógeno

Uno de los datos más sorprendentes proporcionados por la investigación apunta a que los genomas antiguos de Chile no difieren sustancialmente de los modernos que se han aislado en países como México. Esto implica que la bacteria ha mantenido una notable estabilidad genética durante miles de años, pese a infectar diferentes poblaciones humanas y animales.

Armadillo
El armadillo es un reservorio de la bacteria de la lepra. Fuente: Pixabay

Implicaciones para la historia de América

Una enfermedad precolombina

La investigación plantea que la lepra ya estaba presente en América miles de años antes de la llegada europea. Esto cambia por completo la narrativa tradicional, que asociaba la enfermedad con el intercambio colombino de patógenos.

En este sentido, los investigadores han planteado dos posibles escenarios. El primero es que la M. lepromatosis hubiese llegado al continente en migraciones humanas tempranas, quizá durante el poblamiento inicial de América. El segundo sugiere que la bacteria pudo haber circulado en especies animales locales que la transmitieron a los humanos en tiempos prehistóricos.

Un posible origen americano

Si este segundo escenario fuese correcto, la M. lepromatosis podría ser uno de los pocos patógenos globales originados en América. Esta hipótesis, aunque aún no se ha confirmado, revolucionaría la historia de la epidemiología mundial y obligaría a replantear nuestra visión sobre los orígenes de las enfermedades infecciosas.

Ardilla
Se ha probado que las ardillas son un reservorio de la bacteria de la lepra. Fuente: Pixabay

Una enfermedad aún activa: perspectivas modernas y desafíos

Los armadillos en América y las ardillas en el Reino Unido, por ejemplo, han demostrado ser reservorios de bacterias relacionadas con la lepra. Este hecho invita a realizar nuevas investigaciones sobre la transmisión zoonótica y el papel de los animales en la historia de la enfermedad.

Pese a la existencia de tratamientos eficaces, la lepra sigue presente en más de cien países, con 174.000 nuevos casos reportados en 2022. En América Latina, se diagnostican infecciones tanto por M. leprae como por M. lepromatosis de manera regular. Se trata, por tanto, de una enfermedad vigente ligada a factores como la pobreza, el hacinamiento y el debilitamiento de los sistemas inmunológicos cuya importancia no debe ignorarse.

Referencias

  • Ramirez, D.A., Sitter, T.L., Översti, S. et al. 2025. "4,000-year-old Mycobacterium lepromatosis genomes from Chile reveal long establishment of Hansen’s disease in the Americas". Nature, Ecology & Evolution. DOI: https://doi.org/10.1038/s41559-025-02771-y

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