Torsión de estómago en perros: qué es, síntomas y cómo prevenirla

¿Sabes que al perro se le puede dar la vuelta el estómago? Te contamos todo lo que debes conocer sobre la torsión gástrica.
Torsión de estómago: qué es, síntomas y cómo prevenirla

La torsión de estómago en perros es una condición médica grave que afecta principalmente a razas grandes y de pecho profundo. Este problema se caracteriza por una distensión aguda del estómago que puede torcerse sobre sí mismo, comprometiendo la salud del animal. Es fundamental reconocer los signos a tiempo y entender cómo prevenir esta afección para asegurar el bienestar de nuestras mascotas.

Comprendiendo la torsión de estómago en perros

¿Qué es la torsión de estómago?

La torsión de estómago, también conocida como dilatación-vólvulo gástrico, es una emergencia médica que ocurre cuando el estómago de un perro se dilata debido a la acumulación de gases y, en ocasiones, se retuerce sobre su eje. Esta torsión impide que el perro pueda vaciar el contenido del estómago, lo que provoca una presión extrema en los vasos sanguíneos y órganos cercanos. Si no se trata rápidamente, puede resultar mortal, ya que la circulación sanguínea se ve interrumpida, afectando al corazón y otros órganos vitales.

Este trastorno es más común en perros de razas grandes como el pastor alemán, el dobermann y el schnauzer gigante. Estas razas tienen un pecho profundo, lo que las hace más susceptibles a esta condición. Los ligamentos que sostienen el estómago pueden no ser lo suficientemente fuertes para mantenerlo en su lugar cuando se produce una dilatación significativa, facilitando así la torsión.

La torsión de estómago no solo es peligrosa por la obstrucción física que provoca, sino también por el impacto sistémico que tiene en el organismo del perro. La presión sobre los vasos sanguíneos puede llevar a un shock circulatorio, y si no se actúa con rapidez, las consecuencias pueden ser fatales. Por ello, es crucial que los dueños de perros estén informados sobre esta condición y sepan cómo actuar ante los primeros síntomas.

torsión de estómago en perros
Torsión de estómago en perros. Imagen de Emily Hopper en Pixabay.

Factores que contribuyen a la torsión

Existen varios factores que pueden contribuir al desarrollo de la torsión de estómago en perros. Uno de los principales es la alimentación inadecuada, especialmente cuando el perro consume grandes cantidades de comida de una sola vez. Esto puede llevar a una rápida acumulación de gases debido a la fermentación de los alimentos, lo que incrementa el riesgo de dilatación y torsión.

El ejercicio intenso poco después de las comidas es otro factor de riesgo significativo. Saltos, carreras o movimientos bruscos pueden facilitar la torsión del estómago, especialmente en perros predispuestos. Por ello, es recomendable evitar que los perros realicen actividades físicas exigentes durante al menos tres horas después de comer.

El estrés y la ansiedad también pueden jugar un papel en la aparición de la torsión de estómago. Situaciones como viajes, cambios en el entorno o la presencia de otros animales pueden generar nerviosismo en el perro, lo que podría afectar su sistema digestivo. Proporcionar un ambiente tranquilo y seguro durante las comidas y en general es esencial para minimizar estos riesgos.

Síntomas de la torsión de estómago en perros

Identificando los signos de alerta

Reconocer los síntomas de la torsión de estómago de manera oportuna es vital para actuar con rapidez. Los signos más comunes incluyen una inquietud notable en el perro, que puede manifestarse en un constante movimiento y quejidos. El perro puede intentar vomitar sin éxito, expulsando solo saliva espumosa, lo que es un claro indicativo de que algo no está bien.

El abdomen del perro puede hincharse y volverse tenso al tacto. Al golpear suavemente el estómago, este puede sonar como un tambor, lo que indica la presencia de gas atrapado en su interior. Además, el perro puede mostrar debilidad, depresión y una falta de interés por la comida, síntomas que no deben ser ignorados.

Si observas que tu perro presenta alguno de estos síntomas, es crucial que busques atención veterinaria inmediata. La rapidez en la respuesta es fundamental para aumentar las posibilidades de recuperación del animal. Mientras te diriges al veterinario, intenta mantener al perro lo más quieto posible para evitar que la situación empeore.

¿Mi perro tiene espasmos estomacales?

Los espasmos estomacales en perros son otro síntoma que puede acompañar a la torsión de estómago. Estos espasmos son contracciones involuntarias del abdomen que pueden ser dolorosas para el animal. Si te preguntas "¿mi perro tiene espasmos en el estómago?", observa si muestra signos de incomodidad, como retorcerse o llorar.

Además de los espasmos, el perro puede eructar con frecuencia y mostrar signos de malestar general. Estos síntomas pueden ser indicativos de problemas digestivos subyacentes que requieren atención médica. No subestimes la importancia de estos signos, ya que pueden ser una señal temprana de torsión de estómago o de otro problema gastrointestinal.

Es importante diferenciar los espasmos estomacales de otros problemas digestivos comunes en perros. Si tienes dudas sobre la salud de tu mascota, no dudes en consultar a un veterinario. La evaluación profesional es esencial para determinar la causa subyacente de los espasmos y proporcionar el tratamiento adecuado.

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Torsión de estómago en perros. Imagen de Adriana Morales en Pixabay.

Cuando acudir al veterinario

Saber cuándo acudir al veterinario es crucial para el bienestar de tu perro. Ante la presencia de síntomas de torsión de estómago, como los ya mencionados, no debes esperar a que se resuelvan por sí solos. La torsión de estómago es una emergencia médica que requiere intervención inmediata para evitar complicaciones graves.

Incluso si los síntomas parecen leves o inciertos, es mejor prevenir que lamentar. Llamar al veterinario ante cualquier sospecha puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de tu mascota. Los veterinarios están capacitados para realizar diagnósticos rápidos y tomar medidas adecuadas para tratar la torsión de estómago.

Además, si tu perro tiene antecedentes de problemas digestivos o ha experimentado episodios previos de torsión, es aún más importante estar alerta y actuar con prontitud. Mantener una comunicación abierta con tu veterinario y realizar chequeos regulares puede ayudar a detectar problemas potenciales antes de que se conviertan en emergencias.

Prevención de la torsión de estómago en perros

Prácticas alimenticias recomendadas

Para prevenir la torsión de estómago en perros, es fundamental adoptar prácticas alimenticias adecuadas. Una de las recomendaciones más importantes es dividir la ración diaria de comida en varias tomas pequeñas a lo largo del día. Esto reduce la cantidad de alimento que el perro ingiere de una sola vez, disminuyendo el riesgo de acumulación de gases y dilatación del estómago.

Evitar alimentar al perro a última hora de la noche es otra práctica preventiva eficaz. Durante la noche, el metabolismo del perro disminuye, lo que puede dificultar la digestión adecuada de grandes cantidades de alimento. Además, es aconsejable proporcionar un alimento de alta calidad que no contenga ingredientes que fomenten la fermentación excesiva en el estómago.

El lugar donde el perro come también es importante. Colocar el comedero a ras de suelo en lugar de en una posición elevada puede ayudar a reducir la cantidad de aire que el perro traga al comer. Esto es especialmente relevante para perros de razas grandes y de pecho profundo, que son más propensos a la torsión de estómago.

Evitar el ejercicio post-comida

El ejercicio intenso después de las comidas es un factor de riesgo conocido para la torsión de estómago. Por ello, es recomendable evitar que el perro realice actividades físicas exigentes durante al menos tres horas después de comer. Esto incluye correr, saltar o jugar vigorosamente, ya que estos movimientos pueden facilitar la torsión del estómago.

Del mismo modo, es importante evitar que el perro haga ejercicio intenso justo antes de las comidas. El estrés físico puede afectar el proceso digestivo y aumentar el riesgo de problemas estomacales. Permitir que el perro descanse antes y después de comer es esencial para una digestión saludable.

Proporcionar un entorno tranquilo y relajado durante las comidas también es crucial. El estrés y la ansiedad pueden afectar negativamente el sistema digestivo del perro, por lo que es importante asegurarse de que el perro esté calmado y cómodo mientras come. Esto puede incluir evitar interrupciones o ruidos fuertes que puedan estresar al animal.

Consejos adicionales de prevención

Además de las prácticas alimenticias y la gestión del ejercicio, hay otros consejos que pueden ayudar a prevenir la torsión de estómago en perros. Por ejemplo, es importante evitar que el perro beba grandes cantidades de agua de una sola vez, especialmente después de comer. Beber en exceso puede contribuir a la dilatación del estómago y aumentar el riesgo de torsión.

Prestar atención a los alimentos que consumes es esencial. Algunos alimentos, como aquellos ricos en hidratos de carbono, pueden causar una mayor fermentación en el estómago, lo que incrementa el riesgo de acumulación de gases. Optar por una dieta equilibrada y adecuada para la raza y tamaño del perro puede ayudar a minimizar este riesgo.

Finalmente, si tu perro tiene antecedentes de vómitos frecuentes o ha experimentado episodios previos de torsión de estómago, es crucial mantener un monitoreo constante de su salud digestiva. Consultar regularmente al veterinario y seguir sus recomendaciones puede ser clave para prevenir la recurrencia de este problema potencialmente mortal.

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Torsión de estómago en perros. Imagen de Petra en Pixabay.

Razas de perros más propensas a la torsión de estómago

Schnauzer gigante y otras razas de pecho profundo

Las razas de perros con pecho profundo, como el schnauzer gigante, el pastor alemán y el boxer, son particularmente susceptibles a la torsión de estómago. La estructura física de estas razas, con un pecho profundo y un abdomen más estrecho, facilita la acumulación de gases y la posterior torsión del estómago.

El schnauzer gigante, en particular, es conocido por ser una raza activa y enérgica, lo que puede aumentar el riesgo de torsión si no se gestionan adecuadamente sus hábitos alimenticios y de ejercicio. Los dueños de estas razas deben estar especialmente atentos a los signos de torsión de estómago y seguir las recomendaciones preventivas para minimizar el riesgo.

Además, es importante considerar que estas razas pueden requerir un enfoque dietético específico para ayudar a prevenir problemas digestivos. Consultar con un veterinario sobre la mejor dieta y prácticas de manejo para tu perro puede ser una medida preventiva eficaz.

Prestar atención a perros con historial de espasmos estomacales

Los perros que tienen un historial de espasmos estomacales o problemas digestivos recurrentes requieren una atención especial. Estos perros pueden ser más propensos a desarrollar torsión de estómago, por lo que es fundamental estar vigilante ante cualquier cambio en su comportamiento o salud.

Mantener un registro de los episodios de espasmos estomacales y compartir esta información con el veterinario puede ayudar a identificar patrones y posibles desencadenantes. Esto permitirá implementar medidas preventivas más efectivas y personalizadas para cada perro en particular.

Finalmente, si tu perro ha experimentado un episodio previo de torsión de estómago, es crucial seguir las recomendaciones del veterinario para prevenir la recurrencia. Esto puede incluir cambios en la dieta, ajustes en el ejercicio y un monitoreo más cercano de la salud digestiva del perro. La prevención y la atención temprana son clave para proteger a tu mascota de esta peligrosa condición.

Referencias

  • Mayoral Palanca, I., Ynaraja Ramírez, E., Rodríguez Franco, F., & Sainz Rodríguez, Á. (1995). Tratamiento médico de la dilatación-torsión gástrica en el perro: manejo de la emergencia médica y preparación de la cirugía. Clínica veterinaria de pequeños animales15(3), 0146-166.
  • Palanca, I. M. (2001). Dilatación-torsión de estómago en el perro: prevalencia y factores de riesgo. Argos: Informativo Veterinario, (29), 38-40.

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