Estos son los beneficios de tener perro

Los perros entienden las emociones humanas y pueden reaccionar ante ellas, según un estudio publicado en la revista Current Biology.
Mujer con perro golden retriever

¿Cuántas veces has escuchado esa famosa frase que dice que el perro es el mejor amigo del hombre? (Evidentemente también de la mujer ya que entendemos hombre como masculino genérico). Pues no es un refrán, ni una falacia, ni es mentira… El perro puede ser el gran y mejor amigo del hombre porque es un generador de buena energía, salud y felicidad para nosotros.

Tener un perro como mascota es mucho más que contar con un compañero peludo en casa. Los perros son reconocidos por ser un generador de buena energía y felicidad, y su presencia en nuestras vidas reporta múltiples ventajas que van más allá de lo que podríamos imaginar. Desde favorecer nuestra salud emocional hasta promover la socialización, estos animales logran transformar nuestras rutinas de manera sorprendente. A continuación, exploraremos 15 beneficios de tener un perro, basados en investigaciones y experiencias cotidianas, que demuestran por qué son considerados los mejores amigos del ser humano.

Mejorará tu vida social

Fomentan la socialización en espacios públicos

Cuando tienes un perro, las visitas diarias al parque no solo benefician a tu mascota, sino que también te favorecen a ti. Los perros actúan como imanes sociales; su presencia facilita el acercamiento con otras personas, sobre todo otros dueños de perros que suelen iniciar conversaciones para hablar de sus mascotas. Esta interacción constante en espacios públicos fomenta un sentido de comunidad y refuerza el sentimiento de pertenencia, ayudando a derribar barreras entre desconocidos y promoviendo amistades. Además, la curiosidad y la energía que suelen mostrar los perros generan un ambiente distendido y animado, propicio para entablar nuevos lazos.

Conexiones emocionales con otros dueños

La gente que convive con perros a menudo establece lazos emocionales con otros dueños de mascotas. Esta cercanía se fundamenta en una experiencia compartida de cuidado y cariño hacia sus animales, creando un nexo común que propicia charlas más profundas y cercanas. Es frecuente que los dueños compartan consejos sobre el cuidado de sus perros, relaten historias divertidas e incluso se apoyen mutuamente en momentos difíciles. Esta red de apoyo puede ser inestimable, especialmente para quienes viven solos, pues aporta un sentido de comunidad y pertenencia que a veces resulta complicado hallar en otros ámbitos.

La gente que convive con perros a menudo establece lazos emocionales con otros dueños de mascotas. - Pixabay

Generador de felicidad

Interacciones afectivas y felicidad

Los perros poseen una habilidad extraordinaria para incrementar la felicidad de sus dueños mediante interacciones afectivas. Desde el momento en que se cruza la puerta de casa, un perro recibe a su humano con un entusiasmo inagotable, meneando la cola y mostrando un júbilo contagioso. Este recibimiento caluroso y continuo provoca la liberación de oxitocina en nuestro organismo, una sustancia química asociada al bienestar y la alegría. Según estudios de la Universidad de Azuba en Japón, estos intercambios positivos no solo potencian nuestro estado de ánimo, sino que además fortifican el vínculo emocional entre la persona y su mascota, forjando una relación basada en el amor incondicional.

Un ambiente positivo en el hogar

La presencia de un perro en casa transforma el ambiente en un espacio más agradable y acogedor. Su vitalidad y energía se contagian, y su capacidad de percibir y responder a nuestras emociones contribuye a instaurar una atmósfera donde prime la alegría. Además, tener un perro nos anima a adoptar rutinas diarias, lo que puede ser muy valioso para reforzar hábitos saludables y mejorar la calidad de vida en general. El mero hecho de que nos reciba con entusiasmo al llegar a casa convierte cualquier día complicado en algo más llevadero y nos recuerda la importancia de valorar los pequeños momentos de felicidad.

Ayuda a tener menos ansiedad

Disminución de la presión emocional

Un perro en casa puede ofrecer un notable apoyo para las personas que batallan con la ansiedad. Los perros detectan alteraciones en nuestro estado de ánimo y responden brindando su compañía y afecto. Esta relación emocional puede aliviar las tensiones y el estrés, ya que proporcionan una distracción beneficiosa que nos reconecta con el presente. Asimismo, cuidar de un perro implica establecer rutinas diarias que pueden ser especialmente útiles para quienes necesitan organización. Actividades como pasear al perro se convierten en oportunidades para despejar la cabeza, reduciendo la carga de la ansiedad.

Contribución al equilibrio mental

Además de disminuir la ansiedad, los perros también ayudan a estabilizar la salud mental de sus dueños en términos generales. Al garantizar una fuente permanente de afecto incondicional, promueven la sensación de seguridad y fortaleza emocional, factores que facilitan la gestión del estrés. Estudios señalan que el simple hecho de acariciar a un perro puede reducir la presión arterial y generar un efecto calmante en el sistema nervioso. La relación con un perro, por lo tanto, puede constituir un refugio emocional esencial para mantener un equilibrio mental que favorezca el bienestar global.

Reduce la depresión

Alivio de síntomas en personas solas

Para quienes habitan en soledad, un perro representa un apoyo muy valioso que contribuye a atenuar los síntomas de la depresión. La presencia constante y afectiva de un perro puede mitigar la sensación de vacío, ya que aporta un sentido de responsabilidad y compañía diaria. De esta forma, la persona encuentra un propósito que le ayuda a enfocarse en algo más allá de sus pensamientos negativos. Por otro lado, el perro exige cuidados y atenciones, lo que obliga a mantenerse activo y concentrado en tareas cotidianas, ofreciendo una vía para alejar la tristeza o la soledad.

Terapias asistidas para diversas condiciones

Los perros también desempeñan un papel fundamental en terapias asistidas destinadas a abordar diversos trastornos de la salud mental. Conocidas como Terapias Asistidas con Animales (TAA), han demostrado eficacia en personas con depresión, estrés postraumático y ansiedad, entre otros desafíos. Entrenados para proporcionar apoyo emocional, estos perros facilitan la superación de situaciones complejas. Su compañía puede elevar el estado de ánimo, reducir la tensión y acrecentar la motivación para involucrarse en las dinámicas cotidianas. Así, se pone de manifiesto la capacidad de los perros para mejorar la calidad de vida de las personas que precisan asistencia emocional.

El primer amor de un niño

Enseñanza de responsabilidades y empatía

La convivencia con un perro puede ser una experiencia enormemente valiosa para los niños, pues les enseña nociones clave sobre responsabilidad y empatía. Desde una edad temprana, aprender a alimentar y cuidar de un animal promueve la adopción de hábitos de organización y la comprensión de las necesidades de otro ser vivo. A su vez, la empatía surge de la interacción con la mascota, al comprender su lenguaje, estado de ánimo y requerimientos. Estas enseñanzas nutren la personalidad de los más pequeños, facilitando que se conviertan en adultos más compasivos y atentos hacia los demás.

Desarrollo mental equilibrado y madurez

Los niños que crecen con perros suelen mostrar un desarrollo mental más equilibrado y madurez emocional. El perro ofrece una constante de cariño y apoyo, infundiendo a los niños un fuerte sentimiento de seguridad. Esta sólida relación puede cimentar su autoestima y fortalecer su confianza en sí mismos. Además, jugar y explorar con el perro fomenta la creatividad y la imaginación de los niños, impulsando sus habilidades comunicativas y de resolución de problemas. A través de estas vivencias compartidas, los niños adquieren herramientas esenciales para desenvolverse en el mundo de forma más plena y segura.

Labores terapéuticas

Detección de niveles bajos de azúcar

Más allá de su faceta como compañeros afectuosos, los perros pueden desempeñar funciones cruciales relacionadas con la salud de las personas. Algunos son entrenados para captar descensos en los niveles de azúcar sanguínea, alertando a sus dueños antes de que sufran síntomas severos. Dicha competencia se fundamenta en su afilado sentido del olfato, que les permite reconocer variaciones en el olor corporal que delatan los niveles bajos de glucosa. De esta manera, un perro entrenado puede marcar la diferencia para alguien diabético, ofreciendo seguridad y mejorando su calidad de vida.

Más allá de su faceta como compañeros afectuosos, los perros pueden desempeñar funciones cruciales relacionadas con la salud de las personas. - Pixabay

Tratamiento de problemas psicológicos

Los perros son igualmente aprovechados en terapias enfocadas a superar complicaciones psicológicas, merced a su habilidad para brindar respaldo y consuelo. En dinámicas concebidas para afrontar el aislamiento social, las pesadillas, el insomnio o la ira, los perros aportan serenidad y calidez, reduciendo el nerviosismo y afianzando la confianza de las personas en el proceso de sanación. Asimismo, juegan un papel determinante en terapias destinadas a individuos con trastornos del espectro autista, dado que su presencia favorece la interacción y la motivación. Estos animales, en definitiva, se erigen en sólidos aliados para alcanzar una mayor estabilidad emocional.

Detectan niveles bajos de azúcar

Apoyo a personas diabéticas

Los perros especializados en la detección de hipoglucemia constituyen un recurso esencial para quienes padecen diabetes. Su entrenamiento les capacita para advertir a sus dueños sobre posibles bajadas de azúcar al captar cambios sutiles en el olor corporal. Gracias a esto, los usuarios pueden tomar medidas de forma preventiva y evitar complicaciones potencialmente graves. La existencia de estos animales ofrece una tranquilidad inestimable y potencia la autonomía de las personas, que encuentran en su perro no solo un amigo fiel, sino también un colaborador para su bienestar diario.

Beneficios psicológicos

Manejo del aislamiento y pesadillas

La compañía de un perro proporciona un apoyo emocional muy valioso para personas que sufren aislamiento social o pesadillas. Su presencia inquebrantable transmite consuelo y ayuda a paliar la sensación de soledad. En casos de pesadillas recurrentes, el simple hecho de saber que el perro se encuentra cerca puede infundir calma y seguridad para conciliar el sueño. Por otro lado, la rutina de cuidar al perro puede servir de motor para salir del aislamiento, ya que la necesidad de pasearlo o acudir al veterinario motiva a entablar contacto con otras personas, lo cual favorece la integración y la superación de los sentimientos de reclusión.

Capacidad de detectar el cáncer

Los perros han demostrado poseer la habilidad de detectar ciertos cánceres en estadios iniciales, sustentada en su hiperdesarrollado sentido del olfato. A través de entrenamientos concretos, varios estudios recogen casos en los que han identificado con éxito cáncer de pulmón, mama, colon o vejiga. La detección precoz resulta primordial para encarar la enfermedad con mayores probabilidades de éxito, por lo que su asistencia en este campo contribuye de manera muy relevante a la vigilancia y prevención de la salud. Su agudeza olfativa subraya la importancia de estos animales como un recurso complementario para el diagnóstico temprano.

Capaces de detectar el cáncer

Detección temprana y asistencia médica

La aptitud de los perros para percibir el cáncer en estadios tempranos resulta una herramienta sumamente apreciada en el sector médico. Mediante su olfato agudo, reconocen compuestos orgánicos volátiles que están relacionados con el crecimiento de células cancerígenas, posibilitando diagnósticos más rápidos y precisos. Numerosas investigaciones han verificado la destreza de los perros al identificar varios tipos de cáncer. Esta detección prematura beneficia de forma directa la supervivencia y la eficacia de los tratamientos, de modo que los perros se han convertido en aliados indispensables para la salud de muchas personas.

Incrementa la inmunidad

Ambiente saludable para niños

La convivencia con un perro puede fomentar un entorno más saludable, en especial para los niños. Distintos estudios sugieren que los niños que crecen rodeados de perros desarrollan una menor propensión a alergias y problemas respiratorios, fruto de una exposición temprana a una mayor variedad de bacterias. Esta exposición les ayuda a fortalecer sus defensas y afrontar con mayor solidez posibles enfermedades. Además, los perros estimulan un estilo de vida dinámico, lo que también repercute de manera beneficiosa en la salud física y mental. Más allá de la afectividad que proporcionan, contribuyen a instaurar hábitos que promueven el bienestar general de toda la familia.

Harás ejercicio

Fomento de la actividad física regular

Tener un perro implica actividades constantes que incentivan la práctica de ejercicio, lo cual repercute de forma positiva en tu salud general. Pasear al perro diariamente te invita a salir de casa y mantenerte en movimiento, contrarrestando el sedentarismo y mejorando tu condición física. Con ello, se fortalecen el sistema cardiovascular, los músculos y la resistencia, aparte de la oportunidad de relajarte y desconectar del ritmo cotidiano. Al mismo tiempo, disfrutar del aire libre y el contacto con la naturaleza puede reducir el estrés, contribuyendo así a un estilo de vida equilibrado y satisfactorio.

Siempre alegre

Mantener un estado de ánimo positivo

Los perros tienen una habilidad innata para insuflar positividad en el entorno familiar. Su carácter juguetón y alegre se contagia, y su cariño incondicional puede convertir un día complicado en algo más llevadero. En cierto modo, los perros nos enseñan a apreciar el momento presente y a no perder de vista las cosas sencillas de la vida. Además, el simple acto de acariciarlos contribuye a liberar endorfinas en nuestro organismo, hormonas responsables de la sensación de bienestar, lo que refuerza un estado de ánimo más equilibrado.

Los perros tienen una habilidad innata para insuflar positividad en el entorno familiar. Su carácter juguetón y alegre se contagia, y su cariño incondicional puede convertir un día complicado en algo más llevadero. - Pixabay

Estar en equilibrio

Contribución a un equilibrio emocional

Contar con un perro en tu vida puede suponer un punto de apoyo esencial para mantener el equilibrio emocional. Estos animales ofrecen afecto y respaldo, ayudando a que uno se sienta valorado y comprendido en momentos de adversidad o incertidumbre. Además, la responsabilidad de cuidar a un perro obliga a consolidar una rutina diaria que favorece la organización y la constancia. Este orden, sumado a la presencia invariable de un ser que te brinda amor, contribuye de forma significativa a la estabilidad mental y sentimental, dos aspectos vitales para un adecuado bienestar.

Ayudan a personas con convulsiones

Apoyo en situaciones de emergencia

En el caso de individuos que sufren convulsiones, los perros entrenados pueden volverse un apoyo insustituible. Estos canes son capaces de anticiparse a las convulsiones al identificar señales sutiles en la conducta de sus dueños, alertándolos con antelación. Esa detección temprana es vital para minimizar riesgos de caída o lesión. Además, durante y tras el episodio, su soporte emocional y físico provee calma y consuelo. Tal acompañamiento brinda una mayor seguridad a las personas que conviven con esta afección, contribuyendo a mejorar su calidad de vida.

Un corazón sano

Beneficios cardiovasculares de la actividad física

Adoptar un perro puede incidir positivamente en la salud cardiovascular de los dueños. Pasear y jugar con el perro de manera regular anima a llevar un estilo de vida más activo, lo cual fortalece el corazón y el sistema circulatorio. Esta rutina contribuye a disminuir la presión arterial, mejorar la circulación y mantener un peso equilibrado. Las interacciones afectuosas con un perro, como acariciarlo o pasar tiempo juntos, también pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, aspectos esenciales para prevenir enfermedades del corazón. Así, contar con un perro no solo se traduce en una compañía fiel, sino que impulsa hábitos que favorecen la longevidad y la calidad de vida.

Referencias:

  • Serpell, J. (2011). The Domestic Dog: Its Evolution, Behaviour and Interactions with People. Cambridge University Press.
  • Beetz, A., Uvnäs-Moberg, K., Julius, H., & Kotrschal, K. (2012). Psychosocial and psychophysiological effects of human-animal interactions. International Journal of Environmental Research and Public Health.

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