El supersentido de las serpientes marinas

Unas pequeñas estructuras en las escamas de su cabeza permiten a estos reptiles percibir a distancia objetos en el agua.
Serpiente marina

Las serpientes y muchos otros reptiles poseen unas diminutas protuberancias en las escamas que cubren su cabeza. Aunque no está del todo clara su función, los zoólogos creen que estas estructuras les permiten sentir los objetos cuando los rozan. Ahora, un equipo de investigadores de distintas instituciones, coordinados por la bióloga Jenna M. Crowe-Riddell, de la Universidad de Adelaida, en Australia, ha descubierto que las de las serpientes marinas sobresalen mucho más que las de sus parientes terrestres, cubren una mayor superficie de su anatomía y presentan una forma marcadamente distinta, similar a una cúpula. Según Crowe-Riddell y sus colaboradores, gracias a esta peculiaridad serían capaces de percibir vibraciones procedentes de todas las direcciones.

“Las serpientes marinas emplean estos órganos para detectar movimientos en el agua y, de este modo, saber si algo se encuentra en las proximidades, aunque no lo toquen. Los animales terrestres carecen de esta especie de sentido hidrodinámico”, asegura Crowe-Riddell.

Las serpientes marinas optaron por la vida acuática en algún momento hace entre 9 y 20 millones de años. Aunque pueden ver, la capacidad de este sentido se reduce bajo el agua, por lo que los biólogos sospechan desde hace tiempo que estos animales utilizan algún otro tipo de sistema de percepción para, por ejemplo, encontrar a sus presas. “Los movimientos que estas hacen en el agua originan vibraciones, más o menos como cuando arrojamos una piedra a un lago y las ondas se extienden por su superficie”, indica esta experta.

Kate Sanders, compañera de Crowe-Riddell en la Facultad de Ciencias Biológicas de la citada Universidad de Adelaida y coautora de este trabajo, que publica la revista Open Biology, señala que el siguiente paso es estudiar a fondo la fisiología de estas estructuras hasta determinar qué es exactamente lo que pueden percibir. “Si como creemos se trata de un sentido hidrodinámico podríamos comenzar a entender qué adaptaciones evolutivas han desarrollado estos animales a partir de los sensores táctiles con los que cuentan las serpientes terrestres”, afirma.

Imagen: Jenna Crowe-Riddell

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