Las playas más extrañas del mundo

Playas de arena rosa, cubiertas de cristales de colores, que se iluminan por la noche o con piedras que parecen huevos de dinosaurio. Así son las playas más raras del mundo.
Papakolea beach

La Tierra tiene un área de más de 510 millones de kilómetros cuadrados. El 30 % de ellos es tierra y el 70 % agua. Su gran cantidad de agua y cómo esta se veía de color azul desde el espacio, fue lo que le dio el sobrenombre de “planeta azul” allá por los años 60 y 70 del siglo pasado. Eran los tiempos de la Guerra Fría, que enfrentó al bloque capitalista, liderado por Estados Unidos, y al comunista, capitaneado por la Unión Soviética. En ellos tuvo lugar la conocida como carrera espacial en la que astronautas americanos y rusos viajaron más allá de la atmósfera de la Tierra y contemplaron el planeta, describiéndolo como una gran esfera azul: el planeta azul.

Papakolea Beach, la playa de arena verde - iStock

Aunque el 70 % de la superficie de la Tierra está cubierta de agua, la mayor parte de ella está congelada o es salada. Solo una pequeña porción se puede beber.

El planeta azul, famoso por su gran cantidad de agua, posee un litoral de unos 595.814 kilómetros y Canadá, con un archipiélago compuesto por 36.563 islas, es el país con la costa más larga del mundo: 202.080 kilómetros. Las costas de nuestro planeta son variadas, presentando playas arenosas, acantilados rocosos y fiordos espectaculares. Teniendo en cuenta la variedad existente de playas, hemos seleccionado las 8 playas más extrañas del mundo, que se salen de lo que estamos acostumbrados a ver. ¡Seguro que te apetece ir a más de una!

Papakolea Beach, Hawái

Lo llamativo de esta playa hawaiana es el color verde de su arena, que se lo da un mineral llamado olivino. El olivino procede de la lava del Pu’u Mahana, un cono volcánico que rodea la playa y que tiene 49.000 años de historia, y se forma tras la actividad volcánica, el enfriamiento del magma y su erosión al contacto con las olas. El acceso a la playa no es fácil y desde el parking hay que caminar unos 4 ó 5 km de terreno escarpado hasta llegar a ella. Por el camino es normal es normal encontrarse con fuertes vientos y temperaturas altas.

Giant’s Causey, Irlanda

Esta playa de la costa norte irlandesa es famosa por los curiosos bloques de piedra que la propia naturaleza ha creado con el paso del tiempo. La Calzada del Gigante, que es su nombre en español, está en un lugar declarado patrimonio mundial de la UNESCO. Cuenta la leyenda que el gigante irlandés Finn McCool tenía un rival, el gigante escocés Benandonner y harto de aguantar los insultos de este, McCool construyó un camino para llegar a Escocia con piedras como si fueran peldaños. Sin embargo, el escocés lo destruyó, quedando solo lo que hoy es la Calzada del Gigante.

Giant’s Causey, Irlanda - iStock

Harbour Island, Bahamas

Esta isla de las Bahamas alberga una impresionante playa de arena rosa. El motivo de la original coloración es que la arena blanca se mezcla con trocitos de coral. La combinación de aguas cristalinas y arena rosada, cuyo color se intensifica con la puesta de sol, hacen de esta playa un lugar privilegiado.

Glass Beach, California

Tal y como su nombra indica, esta playa californiana está formada por cristales, concretamente, su arena, que se encuentra tapizada por lo que un día fue basura que se arrojó al mar. Botellas, electrodomésticos y hasta coches se abandonaron en la zona y que el mar ha devuelto en forma de piedras de colores. En España también hay una playa del vidrio, la de los cristales de Laxe, en La Coruña.

Vaadhoo Beach, Maldivas

Estar por la noche en esta playa de Maldivas es todo un espectáculo y es que, cuando se va la luz, sus aguas se vuelven fluorescentes. Este efecto “mágico” se debe a la presencia de un fitoplancton bioluminiscente que se acumula en la orilla y que emite luz. Eso sí, no todas las noches se produce este efecto bioluminiscente.

Playa de las Catedrales, Galicia

La playa de Ribadeo es famosa por sus impresionantes arcos de piedra, parecidos a los de una catedral. Las olas, con sus continuos choques contra la piedra, son las responsables de semejante arquitectura. Para disfrutar más si cabe del paisaje, muchos recomiendan visitar la playa cuando el sol empieza a ponerse.

Playa de las Catedrales - iStock

Pig Beach, Bahamas

La particularidad de esta playa de Bahamas no reside en su apariencia sino en sus curiosos habitantes y es que los bañistas son nada más y nada menos que cerdos. La zona está deshabitada y los cerdos silvestres campan a sus anchas y nadan en la playa. El origen de los cerdos no está muy claro y existen varias explicaciones al respecto. La que parece tener más fundamento es la que dice que se llevaron cerdos del cayo vecino, de Staniel, donde los granjeros habían empezado a criarlos en los años 90. El traslado de los animales habría venido motivado por las quejas de los habitantes que vivían más cerca de las granjas y que estaban cansados del olor que despedían los cerdos.

Pig Beach - iStock

Koekohe Beach, Nueva Zelanda

Nueva Zelanda es dueña de unos impresionantes paisajes naturales y además posee una singular playa, cuyas rocas esféricas gigantes parecen huevos de dinosaurio o de dragón. Las rocas, algunas casi perfectas, pueden tener una circunferencia de hasta 4 metros y según si hay marea alta o baja se podrán ver completamente. Estas espectaculares formaciones rocosas se conocen en la zona como cantos rodados de Moeraki y en torno a ellas existen multitud de historias y leyendas maoríes.

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