Las mejores islas de Europa para escapar del mundo

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Las mejores islas de Europa para escapar del mundo

Si estás preguntándote hacia dónde embarcarte en tus próximas vacaciones que sea un lugar menos conocido de lo habitual e igualmente encantador donde poder estar en contacto con la naturaleza de la forma más pura y menos multitudinaria posible, hoy repasamos algunas de las mejores islas del continente europeo que servirán para escapar del mundo, al menos por unos días. Y es que Europa con sus diversos paisajes y su rica historia, ofrece una gran cantidad de islas donde uno puede retirarse del bullicio de la vida moderna y abrazar ese ritmo de vida más lento y a la par refrescante.

Las mejores islas de Europa para escapar del mundo - Midjourney/Sarah Romero

Isla de Porquerolles, Francia

Es un rincón un tanto desconocido de Francia, pero esta isla de unos 200 habitantes es un tesoro paradisíaco. Ubicada en las aguas azules del Mediterráneo, la isla de Porquerolles es la más grande de las islas Hyères y una joya de la Riviera francesa. Con estrictas regulaciones que limitan el desarrollo y el transporte (los automóviles son casi inexistentes), Porquerolles mantiene el encanto mediterráneo del viejo mundo. Si te animas, puedes recorrer en bicicleta sus senderos y descubrir calas escondidas, bosques de pinos y eucaliptos y viñedos impresionantes. El compromiso de la isla de preservar su patrimonio natural y cultural la convierte en un escape idílico de las exigencias del mundo.

Heimaey, Vestmannaeyjar, Islandia

Situada en el borde del Círculo Polar Ártico, Heimaey es la más grande de las islas Westman y un ejemplo de la majestuosidad volcánica y cruda de Islandia. La dramática historia de la isla está marcada por una erupción volcánica casi catastrófica en 1973 que provocó la evacuación de toda su población. Hoy en día, los turistas se acercan a la isla para presenciar el poder de la renovación de la naturaleza, como lo demuestran las prósperas colonias de frailecillos y el verde crecimiento que cubre lo que en su día eran ríos de lava. El aislamiento de la isla garantiza un retiro pacífico si es lo que buscas. La combinación de maravillas geológicas y vida silvestre proporcionan un telón de fondo perfecto para la reflexión y la desconexión de las prisas del día a día.

Isla de Porquerolles - iStock

Isla de Tiree, Escocia

La isla más occidental de las Hébridas Interiores, Tiree, es conocida por sus playas vírgenes y una calidad de luz casi etérea, gracias a su paisaje relativamente plano y sus numerosas horas de sol. Es uno de los lugares más soleados de Escocia. Así que si es sol lo que buscas, la vida en Tiree se mueve al ritmo de las mareas y los vientos, lo que lo convierte en un destino ideal para quienes buscan practicar mucho surf u otro tipo de deporte acuático similar. La belleza natural, la vitalidad cultural y el clima marítimo de esta isla de arenas blancas ofrecen un escape sereno pero estimulante para cualquiera.

Isla de Tiree - Getty Images/iStockphoto

La Magdalena, Italia

Frente a la costa noreste de Cerdeña se encuentra el archipiélago de La Magdalena, un grupo de islas famosas por sus aguas traslúcidas y playas vírgenes. La isla principal, que también se llama la Magdalena, cuenta con una encantadora ciudad de unos 12.000 habitantes, con edificios de colores pastel y un ambiente de relax total. Con áreas marinas protegidas e islas vecinas en gran parte deshabitadas, este archipiélago sirve como base para explorar este paraíso mediterráneo. Un lugar que ha inspirado a muchos personajes famosos como Garibaldi y continúa cautivando a quienes buscan una combinación de maravilla natural y dolce vita italiana. 

Isla de Flores, Azores, Portugal

Como uno de los puntos más occidentales de Europa, la Isla de Flores es un paraíso de exuberante vegetación, cascadas y calderas volcánicas, lo que le valió la designación como Reserva de la Biosfera de la UNESCO. Es un auténtico un santuario para quienes buscan desconectarse del mundo actual. Los pocos habitantes de la isla viven en armonía con la tierra y la hospitalidad de las Azores es tan cálida como las fuentes termales que salpican el paisaje. Allí encontrarás lagos volcánicos y aguas termales en un terreno escarpado repleto de calderas y fumarolas.

Isla de la Maddalena - iStock

Los lagos de cráteres volcánicos, como Lagoa Negra y Lagoa Comprida, se suman a la espectacular geografía de la isla, ofreciendo unas vistas inolvidables. Esta isla también es famosa por sus numerosas cascadas, incluidas las icónicas cataratas Poco do Bacalhau, que caen en piscinas de color turquesa. El microclima de la isla, influenciado por su posición en la confluencia de la Corriente del Golfo y la Corriente del Atlántico Norte, sustenta una amplia gama de flora y fauna, incluidas especies endémicas y una preciosa vegetación que cubre el paisaje en unas tonalidades verdes que pocas veces habrás encontrado en tus periplos.

Isla de Gotland, Suecia

La isla más grande del mar Báltico, Gotland, es famosa por su meseta de piedra caliza única. Este terreno llano y rocoso alberga una sorprendente variedad de especies de plantas resistentes que se han adaptado al suelo poco profundo y a las duras condiciones de la isla. Lo más destacado es el encanto medieval de Visby Visby, la ciudad principal de la isla, rodeada por murallas medievales bien conservadas que ofrece un contrapunto histórico a las maravillas naturales de la isla. Las playas de Gotland, con sus distintivos raukar (montones de piedra caliza), realzan aún más el atractivo geográfico de la isla.

Isla de Flores - iStock

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