Hallazgo de restos de hipopótamos en Alemania: el ADN antiguo cambia lo que sabíamos sobre su extinción en Europa

Un nuevo estudio muestra que los hipopótamos sobrevivieron en Europa, incluso en España, miles de años más de lo que se creía, gracias a refugios climáticos como la península ibérica.
Fuente: ChatGPT / E. F.

Pocos animales resultan tan imponentes como el hipopótamo. Su imagen está asociada casi exclusivamente a los ríos y sabanas del África actual, donde se mueve con torpeza en tierra y con agilidad inesperada en el agua. Pero lo que quizá no sabíamos es que sus antepasados caminaron también por Europa, incluso mucho después de lo que se creía. Un nuevo estudio científico ha hecho tambalear la cronología de su extinción en el continente, al demostrar que estos grandes mamíferos habitaron zonas de Alemania durante la última glaciación, en condiciones que parecían incompatibles con su biología. Y, aún más interesante, ese regreso pudo tener origen en la península ibérica.

La investigación, publicada en Current Biology, analiza fósiles de hipopótamo común (Hippopotamus amphibius) encontrados en el sur de Alemania, fechados entre 47.000 y 31.000 años atrás. Hasta ahora, se pensaba que este animal desapareció de Europa hace más de 100.000 años. Este nuevo hallazgo obliga a revisar esa suposición. El trabajo, firmado por un equipo internacional liderado por la Universidad de Potsdam, apunta además a que el regreso de estos hipopótamos a Centroeuropa pudo originarse en poblaciones residuales que sobrevivieron en zonas del sur, entre ellas España, donde existen registros más recientes de su presencia.

Un regreso inesperado al corazón de Europa

La hipótesis tradicional sostenía que los hipopótamos europeos desaparecieron con el final del último periodo interglacial, hace unos 115.000 años. El frío creciente de la glaciación que siguió habría resultado letal para una especie tan dependiente del calor. Sin embargo, los fósiles estudiados en este trabajo —principalmente mandíbulas y fragmentos óseos— pertenecen a ejemplares que vivieron decenas de miles de años después, en pleno avance de los hielos.

El equipo liderado por Patrick Arnold combinó técnicas de datación por radiocarbono con análisis de ADN antiguo, lo que permitió confirmar que se trataba de individuos de la misma especie que los hipopótamos actuales. El análisis genético reveló una baja diversidad, lo que sugiere que la población era pequeña y estaba aislada geográficamente, lo que concuerda con un grupo superviviente que había logrado persistir en condiciones marginales.

Según el artículo, “los hipopótamos no desaparecieron de Europa Central al final del último interglaciar, como se había asumido anteriormente”, sino que persistieron durante una fase climática más templada dentro de la glaciación . Este dato no solo retrasa su fecha de extinción en la región, sino que obliga a reexaminar fósiles previamente clasificados, ya que podrían haberse datado incorrectamente.

Localización de restos fósiles de hipopótamos durante la última glaciación en Europa. Fuente: Current Biology

La península ibérica como refugio climático

Uno de los aspectos más interesantes del estudio es la posibilidad de que los hipopótamos encontrados en Alemania tuvieran su origen en poblaciones sureñas, especialmente en la península ibérica. El artículo cita explícitamente que existen fósiles datados en el MIS4 —una fase fría previa al período de los hallazgos alemanes— tanto en la península ibérica como en la itálica.

En palabras del artículo: “se conocen fósiles de hipopótamos datados en el MIS4 (y potencialmente más recientes) en las penínsulas Ibérica e Itálica, las cuales podrían haber sido el origen de la población del Alto Rin durante el Weichseliense medio (MIS3)”. Esto implica que, incluso durante periodos fríos, algunos reductos europeos mantuvieron condiciones lo bastante suaves como para permitir la supervivencia de esta especie.

Desde allí, en algún momento de transición climática, un grupo pudo expandirse nuevamente hacia el centro de Europa. Este tipo de dinámica ya se ha observado en otras especies durante el Pleistoceno, cuando refugios climáticos en el sur de Europa servían de base para recolonizar el norte en fases más benignas.

Fuente: Rebecca Kind/Reiss-Engelhorn-Museen

Convivencia improbable entre calor y hielo

Uno de los hallazgos más llamativos del estudio es que estos hipopótamos coexistieron con especies mucho más adaptadas al frío, como los mamuts lanudos y los rinocerontes lanudos. La presencia simultánea de estas especies en la misma región apunta a una gran variabilidad ambiental durante el Pleistoceno, con microclimas capaces de sostener faunas muy distintas.

La combinación de especies de climas opuestos sugiere que la Edad de Hielo no fue homogénea en todo el continente. Como explica el artículo, “la glaciación no fue igual en todas partes, y las peculiaridades locales conforman un panorama complejo” . Esto refuerza la idea de que ciertas áreas funcionaban como refugios donde algunas especies podían resistir incluso cuando su entorno se volvía hostil.

Para la ciencia, esto significa que muchos modelos de extinción pueden estar simplificados en exceso. Si los hipopótamos pudieron sobrevivir en el centro de Europa durante el frío, ¿qué otras especies podrían haber hecho lo mismo? ¿Cuántas interpretaciones previas están basadas en datos mal datados o incompletos?

Reevaluando el registro fósil europeo

El artículo insiste en que este hallazgo no es un caso aislado, sino que abre la puerta a reexaminar muchos otros fósiles tradicionalmente atribuidos a épocas más cálidas. La datación precisa de los restos y el análisis genético avanzado permiten distinguir con mayor claridad a qué periodo pertenecen realmente.

En el caso de los hipopótamos, muchos restos asignados al último interglacial podrían, en realidad, pertenecer a fases más recientes de la glaciación. Esta reevaluación podría cambiar no solo la historia de esta especie en Europa, sino también la comprensión general de las dinámicas faunísticas del Pleistoceno.

Además, la baja diversidad genética detectada en los hipopótamos del Rin sugiere que se trataba de una población aislada y posiblemente en declive, lo que encaja con un contexto de colonización desde el sur seguida de una rápida extinción local. Esto refuerza el valor de combinar distintas técnicas de análisis para obtener una imagen más completa.

Un mosaico ecológico más complejo de lo esperado

Este nuevo panorama obliga a abandonar la imagen simplificada de una Europa del Pleistoceno dividida en bloques climáticos definidos. En lugar de eso, el continente aparece como un mosaico de microclimas y refugios biológicos, donde especies adaptadas a distintos entornos podían convivir, al menos temporalmente.

Los autores del estudio subrayan que es esencial seguir estudiando otras especies de afinidad cálida, como los leones de las cavernas o ciertos roedores, para comprobar si su cronología también necesita ser revisada. El uso del ADN antiguo y la datación por radiocarbono de alta precisión serán claves en esta tarea.

Así, el hallazgo de unos pocos huesos en el sur de Alemania se convierte en un testimonio clave sobre la resiliencia de los ecosistemas antiguos, y una pista inesperada sobre el papel que regiones como la península ibérica pudieron jugar en la supervivencia de algunas especies.

Referencias

  • Patrick Arnold, Maja D. Siano, Ronny Friedrich, Alfred L. Roca, Michael Hofreiter, Wilfried Rosendahl, Dorothée Drucker. Ancient DNA and dating evidence for the dispersal of hippos into central Europe during the last glacial. Current Biologyhttps://doi.org/10.1016/j.cub.2025.09.025

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