Dolores Aleu: la primera mujer que se graduó y doctoró en medicina en España

Mientras que Elizabeth Blackwell fue la primera mujer en conseguir el título universitario de medicina del mundo, en España ese mérito le corresponde a Dolores Aleu Riera.
Dolores Aleu: la primera mujer que se graduó y doctoró en medicina en España

Se calcula que casi tres de cada cuatro estudiantes que cursan en este momento el grado de medicina en la Universidad de Barcelona son mujeres, una situación que en nada se parece al año en que terminó sus estudios Dolores Aleu Riera (1857-1913), la primera mujer española en conseguir la licenciatura en una universidad española.

La verdad es que no lo tuvo nada fácil, le costó lo suyo adentrarse en un mundo reservado para varones, a pesar de haber nacido en una familia perteneciente a la burguesía catalana del siglo XIX.

Dolores Aleu fue la primera mujer española en conseguir la licenciatura en una universidad española. Foto: Real Academia de la Historia

Ginecóloga y pediatra

Sabemos que finalizó sus estudios en el año 1879, casi más de tres décadas después de que lo hiciera la primera mujer médico del mundo, la estadounidense Elizabeth Blackwell (1821-1910).

A pesar de que Dolores terminó con un expediente brillante tuvo que esperar tres largos años para poder examinarse de la licenciatura en la capital de España, ya que en aquellos momentos dependía de un permiso que concedía el Ministerio de Instrucción Pública.

Además, y esto tiene un mérito añadido, fue la primera mujer en doctorase en nuestro país, el tema elegido para su tesis fue estudiar los efectos negativos para la salud del uso del corsé. Una vez que terminó sus estudios trabajó como ginecóloga y pediatra durante más de dos décadas, al tiempo que ejercía su profesión para la Casa de la Caridad.

Al parecer en su consulta atendió a mujeres burguesas que llevaban años con dolencias ginecológicas y que no se habían atrevido a consultar debido a que les generaba mucha vergüenza desnudarse delante de un médico varón. También atendió a prostitutas, madres solteras, féminas pobres del barrio chino y chicos huérfanos, algunos de los cuales escoltarían el carro de caballos que trasladase su féretro años después.

Desgraciadamente conservamos pocos escritos de la doctora Aleu. Uno de ellos es una carta titulada “Consejos de una madre a sus hijos”, allí les advierte de los numerosos peligros de las enfermedades que transmisión sexual, que consideraba terribles y destinadas a “acabar con el mundo”. En su carta se puede leer: “las encontraréis en todas partes y en todas las clases sociales”.

En el mismo texto afirma sentirse en la obligación de advertirles de estas enfermedades, a pesar de que con ello sus nervios se “alborotan” por tratarse de un “tema tan repugnante”.

Al fin las mujeres pueden ir a la universidad

Dolores Aleu abrió la ventana patriarcal a la educación universitaria en medicina, si bien es cierto que las mujeres no pudieron acceder con total libertad hasta el año 1910, cuando una Real Orden firmada por el rey Alfonso XIII reconoció el acceso para ellas en igualdad de condiciones.

Fue el 8 de marzo de ese año cuando se publicó la Real Orden por la cual se permitía la concesión “sin necesidad de consultar a la Superioridad, las inscripciones de matrícula en enseñanza oficial o no oficial solicitadas por las mujeres”. De esta forma, las féminas podían acceder a los estudios superiores de cualquier de las universidades de nuestro país.

Esta ley revocaba dos ordenanzas reales anteriores, una emitida en 1882 y otra en 1888. En la primera se suspendió la admisión de las mujeres a la Enseñanza Superior, prohibiendo que pudieran matricularse en cualquier establecimiento docente. Seis años después se acordó que podían ser admitidas en calidad de “estudiantes privados” y con permisos especiales, de la “Superioridad”.

Si el permiso era concedido podían acceder a las aulas, pero se las prohibía relacionarse con el resto de los alumnos, estando obligadas a sentarse cerca del profesor y con la prohibición expresa de abandonar el aula hasta que los hombres lo hicieran y siempre escoltadas por un usier a la siguiente clase.

Dolores Aleu abrió la ventana patriarcal a la educación universitaria en medicina. Foto: Wikimedia

Un triste final para una pionera

El primogénito de la doctora Aleu siguió sus mismos pasos y comenzó la carrera de medicina, lo cual fue un enorme orgullo para ella. Sin embargo, la tuberculosis, una enfermedad mortal en aquella época, segó su vida. Aquello fue un verdadero mazazo para Dolores del que nunca consiguió recuperarse, es más, la muerte de su hijo terminó con su vocación y dejó de ejercer. Fallecería apenas dos años después que su hijo. Corría el año 1913.

Una última curiosidad, para ser fieles a la historia Dolores no fue la primera mujer que se matriculó en España en una Facultad de Medicina, este mérito le corresponde a María Elena Maseras en el año 1872. Sin embargo, no acabó la carrera y terminó dedicándose a la enseñanza.

Referencias:

  • Gargantilla Madera, Pedro. Historia de la medicina. Editorial Pinolia, 2023.
  • Rodríguez Cabezas, Ángel; Rodríguez Idígora, Begoña. Mujeres en la medicina. Grupo Editorial 33, 2006.

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