La duración y severidad de las alergias estacionales aumentará con el cambio climático, según la ciencia

Una revisión de 30 estudios advierte que las emisiones de polen aumentarán hasta un 40% y la temporada alérgica podría durar casi tres semanas más a final de siglo.
La duración y severidad de las alergias estacionales aumentará con el cambio climático, según la ciencia
El cambio climático prolongará la temporada de alergias y aumentará su intensidad, advierte revisión científica. Ilustración artística: DALL-E / Edgary Rodríguez R.

La llegada de la primavera trae consigo estornudos, ojos llorosos y congestión nasal que muchos asocian con las alergias estacionales. Pero bajo el impacto del cambio climático, estos síntomas podrían intensificarse en duración y severidad.

Una revisión sistemática publicada en abril de 2025 en la revista The Laryngoscope examinó cómo el calentamiento global afecta la prevalencia y el curso de la rinitis alérgica. El análisis, liderado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad George Washington, concluye que las alergias respiratorias aumentarán en frecuencia y gravedad como consecuencia de las alteraciones climáticas.

Basándose en datos de 30 estudios previos, los autores encontraron que al menos 16 de ellos reportaron un aumento de la concentración de polen y una extensión de la temporada alérgica, fenómeno atribuido al incremento de temperaturas y niveles de dióxido de carbono.

Rinitis
Rinitis alérgica en aumento: el polen se multiplica por el cambio climático. Ilustración artística: DALL-E / Edgary Rodríguez R.

Más polen, por más tiempo y con efectos más severos

La emisión total de polen podría aumentar hasta en un 40% para finales de siglo, según las proyecciones del equipo investigador. Este aumento está directamente relacionado con las condiciones que favorece el cambio climático: temperaturas más cálidas, mayor presencia de gases de efecto invernadero y cambios en los patrones de precipitación.

Además, la temporada de alergias podría extenderse hasta 19 días más de lo habitual, lo que significa que quienes padecen rinitis alérgica o asma estacional se enfrentarán a síntomas más prolongados y debilitantes.

Los científicos destacaron que en entornos urbanos, el polen —particularmente el de la ambrosía— tiende a desarrollarse más rápido, florecer antes y producir más alérgenos.

Esto genera una mayor carga de exposición y síntomas más intensos en las poblaciones urbanas, donde también hay una mayor acumulación de contaminantes atmosféricos.

Un problema clínico y económico cada vez más relevante

Aunque pueda parecer un malestar menor, las alergias estacionales representan una carga creciente para los sistemas de salud, tanto en términos clínicos como económicos. Según la revisión, el costo asociado a esta afección en Estados Unidos se estima en 3.400 millones de dólares anuales, principalmente por medicamentos recetados y consultas ambulatorias.

La rinitis alérgica no solo impacta la calidad de vida de millones de personas, sino que también compromete la productividad laboral y escolar.

Los síntomas persistentes afectan el sueño, el rendimiento cognitivo y la función respiratoria, especialmente en niños y personas con asma.

A pesar de esta carga, la comunidad médica aún subestima la influencia del cambio climático en estas enfermedades, señala el estudio. Una mayor conciencia entre profesionales sanitarios podría conducir a estrategias preventivas más eficaces y a una adaptación de las prácticas clínicas.

La duración y severidad de las alergias estacionales aumentará con el cambio climático, según la ciencia
Más estornudos y congestión: la primavera será más dura. Ilustración artística: DALL-E / ERR.

Los médicos como agentes clave de adaptación y concienciación

Los profesionales de la salud están en una posición única para detectar los efectos del cambio climático en sus pacientes, explican los autores. Dado que son testigos directos de los cambios en los patrones de enfermedad, podrían desempeñar un papel activo no solo en la adaptación clínica, sino también en la defensa de políticas ambientales más efectivas.

Alisha Pershad, autora principal del estudio, remarca que los médicos "como voces de confianza en la comunidad, deben aprovechar su experiencia de primera línea para abogar por un cambio significativo en el abordaje de la crisis climática".

Desde ajustar calendarios de vacunación contra alergias hasta monitorear nuevas ventanas estacionales de riesgo, el personal sanitario podría liderar la respuesta médica ante esta transformación ambiental.

El estudio también sugiere que la planificación urbana y las políticas de salud pública deben anticipar la carga creciente de enfermedades alérgicas, especialmente en contextos de vulnerabilidad social o exposición prolongada a contaminantes.

Una relación directa entre clima y salud respiratoria

Los investigadores observaron que el vínculo entre el cambio climático y las alergias no es especulativo, sino medible y creciente. A medida que aumentan las temperaturas, las plantas productoras de polen alteran sus ciclos, produciendo antes y con mayor intensidad.

La exposición repetida y prolongada a estos alérgenos impacta especialmente a personas jóvenes, asmáticas o inmunológicamente sensibles.

Este patrón ya ha sido reconocido por alergólogos en diversas partes del mundo, quienes han reportado una mayor carga de síntomas y diagnósticos en épocas del año que solían ser tranquilas desde el punto de vista respiratorio.

En ciudades con alta contaminación y escasa vegetación diversa, el efecto se intensifica.

El estudio se suma a una creciente literatura científica que vincula el cambio ambiental con enfermedades respiratorias, metabólicas y cardiovasculares. En este caso, el impacto sobre las vías respiratorias superiores —especialmente la nariz y senos paranasales— aparece como un indicador temprano de cómo la salud humana se ve alterada por la inestabilidad climática.

La duración y severidad de las alergias estacionales aumentará con el cambio climático, según la ciencia
Científicos proyectan un aumento del 40% en el polen y 19 días más de alergias por el cambio climático. Ilustración artística: DALL-E / ERR

Adaptación médica y conciencia ambiental

El cambio climático no es una amenaza abstracta, sino un fenómeno que ya está modificando la duración, intensidad y consecuencias de enfermedades respiratorias comunes, como la rinitis alérgica estacional.

Frente a este panorama, los autores del estudio llaman a reforzar la vigilancia epidemiológica, adaptar los tratamientos y promover entornos urbanos más resilientes.

Además, insisten en que los médicos deben incorporar estos cambios en su práctica clínica cotidiana, reconociendo la rinitis alérgica como una condición influida por factores ambientales dinámicos.

La transición hacia una medicina ambientalmente consciente no solo es deseable, sino necesaria. En palabras de los investigadores, comprender cómo el polen cambia con el clima es también comprender cómo cambia el cuerpo humano en un planeta que respira distinto.

Referencias

  • Pershad, A.R., Krishnan, R., Lee, E., Gardiner, L., Hughes, E. and Tummala, N. How Climate Change Is Impacting Allergic Rhinitis: A Scoping Review. (2025). The Laryngoscope. doi: 10.1002/lary.32124

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