Los primeros asentamientos de la historia de Málaga se remontan a los fenicios. Desde entonces, la ciudad ha crecido y se ha reinventado continuamente a lo largo de los siglos. ¿Cómo será la ciudad andaluza en el futuro? Al igual que hicimos en el pasado con Madrid o Barcelona, según la inteligencia artificial de GPT-4 de Open AI, para el año 2100 Málaga será un ejemplo de ciudad urbana sostenible.

Transportes
El sistema de transporte de la ciudad probablemente habrá evolucionado hasta convertirse en una red integrada y sin interrupciones, apunta la IA. Los vehículos eléctricos y autónomos dominan las carreteras, con carriles exclusivos para viajar de forma segura y eficiente. El transporte público incluirá conexiones Hyperloop a las principales ciudades y autobuses avanzados y ecológicos que recorren las arterias de la ciudad con rapidez y precisión. Los dispositivos de movilidad personal, como bicicletas eléctricas y patinetes flotantes, son comunes en las calles y ofrecen conectividad flexible para todos los ciudadanos a distancias cortas.
Las cápsulas de transporte personal, movilizadas mediante un simple toque en un dispositivo inteligente, se deslizan silenciosamente a lo largo de vías exclusivas. Este tipo de transportes forma parte de una red de transporte inteligente que optimiza las rutas para reducir la congestión y el tiempo de viaje de los usuarios.
Los drones son tan habituales como las propias personas y proporcionan tanto una vista aérea para los viajeros como un sistema rápido de entrega de mercancías, lo que reduce la necesidad de transporte a nivel del suelo.

Urbanismo/Arquitectura
En 2100 será un ejemplo de innovación sostenible. Los edificios no son sólo estructuras sino ecosistemas vivos. Los jardines verticales adornan los rascacielos, purificando el aire y proporcionando espacios verdes en el cielo. Las granjas en las azoteas alimentan a los residentes con productos cultivados localmente y los sistemas de recolección de agua de lluvia son estándar.
De la misma forma, en este momento de la historia, cada edificio está equipado con sistemas inteligentes de gestión de energía, que aprovechan la energía solar, eólica y cinética. Estos edificios son netos positivos y contribuyen con un excedente de energía dentro de una red inteligente que distribuye la energía de manera precisa allá donde se necesita. Respecto al reciclaje, las aguas grises de lavabos y duchas se reciclarán y utilizarán para la descarga de inodoros y el riego, lo que reducirá drásticamente la necesidad de agua dulce.

Los edificios tendrán fachadas dinámicas que se adaptarán a las condiciones climáticas cambiantes, optimizando la luz natural y la regulación de la temperatura. Utilizando materiales inteligentes, estas fachadas se abrirán para dejar entrar la luz y el aire cuando las condiciones sean favorables y aislarán el edificio durante condiciones climáticas adversas.
Economía
La economía de Málaga ha pasado a ser circular y verde. Las industrias se centran en la energía renovable, el turismo sostenible y la tecnología. Las empresas de biotecnología y las nuevas empresas de TI florecen, respaldadas por una red de incubadoras y aceleradoras que fomentan la innovación. Las oficinas tradicionales serán cosa del pasado. En 2100 lo que existirán serán espacios de coworking descentralizados que también harán las veces de centros para la participación comunitaria y el intercambio de habilidades, fomentando una economía colaborativa.

Cultura
La escena cultural de Málaga es, una vez llegados a este punto, una mezcla dinámica de influencias globales y herencia andaluza. Los museos interactivos y las experiencias de realidad virtual dan vida a la historia, mientras que las universidades de la ciudad son reconocidas por su investigación de vanguardia y su compromiso con la sostenibilidad.
Ya no habrá diferencias de clases a nivel de aprendizaje; la educación es permanente y accesible para todos, con centros de aprendizaje comunitarios y plataformas online que ofrecen una gran cantidad de cursos, todo ello marcado por el pensamiento crítico, la creatividad y la adaptabilidad, preparando a los ciudadanos para un mundo que cambia rápidamente.
Restauración
Las carnes cultivadas en laboratorio, los platos a base de algas y las verduras verticales de la granja a la mesa son elementos básicos del menú en 2100. Los sabores tradicionales andaluces se fusionan con la cocina global, lo que refleja la población cosmopolita de la ciudad donde cenar es una experiencia inmersiva, con realidad aumentada que ofrece la historia del origen de cada plato y su impacto ambiental.

Relaciones sociales
En un mundo hiperconectado por la tecnología, Málaga ha sabido preservar el toque humano en las relaciones sociales. Las plazas públicas se revitalizan con instalaciones interactivas que fomentan la interacción comunitaria; todo está lleno de hologramas y realidad aumentada y los vecindarios están diseñados para fomentar un sentido de pertenencia.
Sin embargo, en medio de la conectividad, las zonas de desintoxicación digital existirán por doquier y ofrecen un respiro del bullicio de la tecnología, promoviendo la atención plena y la interacción cara a cara. Son auténticos santuarios para conversar, leer y reconectarse con la naturaleza.
Referencias:
- GPT-4 Open AI
- Glazebrook, G., & Newman, P. (2018). The City of the Future.. American journal of public health, 12 7, 616-7 . https://doi.org/10.17645/UP.V3I2.1247.
- Krzemińska, A., Zaręba, A., Dzikowska, A., & Jarosz, K. (2019). Cities of the future—bionic systems of new urban environment. Environmental Science and Pollution Research, 26, 8362-8370. https://doi.org/10.1007/s11356-017-0885-2.