Lo que conocemos como ‘diabetes melitus’ es un conjunto de trastornos metabólicos con distintas causas que tienen como síntoma común la hiperglucemia, es decir, una tendencia a presentar elevadas concentraciones de glucosa en sangre de forma más o menos persistente o crónica.

Distintos tipos de diabetes
Conocemos tres tipos de diabetes, tal y como las clasifica la Organización Mundial de la Salud. La diabetes melitus de tipo 1, también llamada insulinodependiente o diabetes de comienzo juvenil, se caracteriza por una deficiencia de insulina de carácter absoluto. La diabetes tipo 2 —que algunos expertos dividen en subgrupos— sucede como consecuencia de un defecto progresivo en la secreción de insulina, o una resistencia a ella. La diabetes tipo 3 o diabetes gestacional sucede durante el embarazo y suele cesar después del parto.
La insulina es una proteína sintetizada en las células beta, que se localizan en el páncreas, en las regiones llamadas “islotes de Langherans”, y es la encargada de transportar la glucosa desde la sangre hasta el interior de las células, a las que sirve de alimento. Cuando hay mucha glucosa en sangre, el páncreas produce más insulina para cubrir la demanda.
Si esta condición se prolonga en el tiempo, las células dejan de admitir tanta insulina; esto es lo que se denomina resistencia a la insulina; a largo plazo, el páncreas no consigue sostener el ritmo y se produce una diabetes tipo 2. En este caso, la causa no es, por tanto, una deficiencia de insulina, sino que ésta ha dejado de funcionar. Y es en este aspecto, donde los osos pueden aportar algo de luz.

Los misterios que encierra la hibernación
De todos los mamíferos que hibernan, el oso es el de mayor tamaño. Para soportar el largo período de letargo invernal,ingiere grandes cantidades de comida durante el otoño, y acumula suficientes reservas en forma de grasa, que irá consumiendo poco a poco hasta la primavera. Conocer los pormenores del proceso no es tarea sencilla, pero movida por la curiosidad, la investigadora Joanna L. Kelley, de la Universidad Estatal de Washington, junto con sus colaboradores, hizo diversos descubrimientos relevantes.
Durante la hibernación, los adipocitos del oso —células especializadas en el almacenamiento de grasa— responden de manera única al plasma sanguíneo. Este proceso es el que regula la liberación paulatina de nutrientes almacenados para satisfacer las demandas del organismo en cada momento.

La investigación revela alteraciones sustanciales en la expresión génica de los adipocitos durante la hibernación, en función de la presencia o ausencia de ciertos componentes del plasma. Es decir, estos componentes inducen una regulación diferencial de algunos genes expresados por estas células de almacenamiento, gestionando así su metabolismo en este estado de letargo invernal.
Algunos de los genes implicados están asociados a la resistencia a la insulina. De hecho, este suceso parece ser central: según el estudio de Kelley, la hibernación del oso está fuertemente marcada por esta resistencia.

La regulación de la resistencia a la insulina
La resistencia a la insulina durante la hibernación en osos se revela como un mecanismo adaptativo notable. Durante el período de letargo, los osos parecen ser capaces de regular activamente su respuesta a la insulina para conservar la energía almacenada en forma de grasa. Este complejo proceso de regulación permite a los osos mantener un equilibrio metabólico único, ajustando su sensibilidad o resistencia a la insulina de manera precisa, según la demanda estacional.
En lugar de percibir la resistencia a la insulina como una desregulación metabólica perjudicial, en la hibernación, se presenta como una estrategia evolutiva eficiente. Al adoptar esta resistencia controlada, los osos maximizan el uso de sus reservas de grasa, cuando la actividad metabólica disminuye, durante el letargo invernal.
La capacidad de ajustar la sensibilidad a la insulina de manera dinámica ofrece a los osos una ventaja fisiológica única, porque les permite sobrevivir y mantener un estado metabólico óptimo en condiciones ambientales difíciles.

¿Puede esto aplicarse al ser humano?
A pesar de las diferencias fisiológicas evidentes entre osos y humanos, los hallazgos sobre la resistencia a la insulina durante la hibernación ofrecen perspectivas fascinantes. El conocimiento de cómo los osos gestionan la resistencia a la insulina, la capacidad de ciertos compuestos en la sangre de los osos para modular esta resistencia abren nuevas vías de investigación en tratamientos innovadores para trastornos metabólicos, incluida la diabetes.
La diabetes ha sido objeto de numerosos estudios, pero aún persisten muchas incógnitas. ¿Es posible aplicar el conocimiento derivado de la resistencia a la insulina en osos a los humanos? La pregunta abre la puerta a investigaciones futuras centradas en tratamientos innovadores para trastornos metabólicos, en los cuales la regulación e incluso la reversión de la resistencia a la insulina en humanos podrían ser metas alcanzables.
No obstante, dada la complejidad de los sistemas biológicos involucrados, hay que abordar estas comparaciones con cautela. Las diferencias entre especies requieren una evaluación cuidadosa antes de aplicar conclusiones en un contexto humano. Solo la ciencia y el tiempo proporcionarán respuestas definitivas a estas cuestiones.
Referencias:
- Alberti, K. G. et al. 1998. Definition, diagnosis and classification of diabetes mellitus and its complications. Part 1: diagnosis and classification of diabetes mellitus provisional report of a WHO consultation. Diabetic Medicine: A Journal of the British Diabetic Association, 15(7), 539-553. DOI: 10.1002/(SICI)1096-9136(199807)15:7<539::AID-DIA668>3.0.CO;2-S
- CDC. 2023, enero 20. Diabetes: ¿Qué tiene que ver la resistencia a la insulina con ella?
- Saxton, M. W. et al. 2022. Serum plays an important role in reprogramming the seasonal transcriptional profile of brown bear adipocytes. iScience, 25(10). DOI: 10.1016/j.isci.2022.105084