Responsabilidad con un perro mordedor: qué hacer y cómo actuar

En el caso de que tu perro muerda a una persona deber tener muy claro que es tu responsabilidad.
Pastor alemán mordiendo un brazo

Cuando un perro muerde a una persona, el impacto emocional puede ser considerable tanto para el dueño como para la víctima. Sin embargo, es esencial actuar de manera rápida y eficaz para minimizar las consecuencias. La responsabilidad del dueño del perro es un tema crucial, y conocer las medidas legales y sanitarias puede ayudar a manejar la situación adecuadamente. Además, es importante entender que no todas las mordeduras reflejan un comportamiento agresivo inherente en el perro, y a menudo hay factores subyacentes que deben ser explorados con la ayuda de profesionales.

Qué hacer si tu perro muerde a una persona

Cuando un perro muerde a una persona, el impacto emocional puede ser considerable tanto para el dueño como para la víctima. Sin embargo, es esencial actuar de manera rápida y eficaz para minimizar las consecuencias. La responsabilidad del dueño del perro es un tema crucial, y conocer las medidas legales y sanitarias puede ayudar a manejar la situación adecuadamente. Además, es importante entender que no todas las mordeduras reflejan un comportamiento agresivo inherente en el perro, y a menudo hay factores subyacentes que deben ser explorados con la ayuda de profesionales.

Reacciones inmediatas tras la mordedura

Mantener la calma y asegurar al perro

Ante una mordedura, lo primero y más importante es mantener la calma. Aunque la situación pueda parecer alarmante, es crucial no perder la compostura para poder actuar de manera eficaz. Asegurar al perro es la siguiente prioridad: si está suelto, hay que atarlo con la correa y, si es posible, ponerle un bozal. Esto no solo evitará más daños, sino que también ayudará a tranquilizar a las personas presentes. Es fundamental recordar que el perro puede estar asustado o confundido, por lo que actuar con serenidad es clave para controlar la situación.

Una vez que el perro está asegurado, es importante evaluar el entorno para garantizar que no haya más riesgos inmediatos. Si la mordedura ocurrió en un lugar público, puede ser necesario mover al perro a un área más segura, como el interior de un vehículo, para evitar que otras personas o animales se acerquen. Este paso es vital para prevenir incidentes adicionales y para comenzar a abordar las necesidades de la persona herida.

Finalmente, es crucial recopilar información sobre el incidente. Esto incluye tomar nota de las circunstancias que llevaron a la mordedura, como la presencia de otros animales o personas, y cualquier comportamiento inusual del perro antes del incidente. Esta información será valiosa para los profesionales que puedan intervenir más tarde, ya sea en el ámbito legal o en el tratamiento del comportamiento del animal.

Asistencia a la persona herida

Una vez que el perro está controlado, la atención debe centrarse en la persona herida. Es fundamental verificar la gravedad de la herida y proporcionar primeros auxilios si es posible. En caso de heridas menores, limpiar la zona afectada con agua y jabón puede ayudar a prevenir infecciones. Sin embargo, si la mordedura es profunda o hay sangrado abundante, es necesario buscar atención médica de inmediato. En estos casos, llamar al 112 para solicitar asistencia médica urgente es la mejor opción.

Incluso si la herida parece leve, es recomendable que la persona afectada consulte a un médico. Las mordeduras de perro pueden llevar bacterias que causan infecciones graves, y un profesional de la salud podrá determinar si es necesario administrar antibióticos o vacunas adicionales. Además, es importante intercambiar información de contacto con la persona herida para poder hacer un seguimiento y asegurarse de que recibe la atención adecuada en los días posteriores al incidente.

Nunca se debe abandonar el lugar del incidente sin prestar ayuda a la persona herida. Mostrar empatía y responsabilidad no solo es importante desde un punto de vista ético, sino que también puede influir positivamente en cualquier proceso legal que pueda surgir a raíz de la mordedura. La cooperación y el apoyo pueden ser fundamentales para resolver la situación de manera amigable y efectiva.

Ante una mordedura, lo primero y más importante es mantener la calma. Imagen: Wikimedia

Entendiendo la responsabilidad del dueño

¿Qué dice la ley sobre la responsabilidad civil?

La legislación española establece claramente que los dueños de perros son responsables de los daños que sus mascotas puedan causar a personas o propiedades. Esta responsabilidad se extiende a cualquier tipo de daño, ya sea físico, emocional o material. Las leyes de protección animal en las distintas comunidades autónomas exigen que los propietarios cuenten con un seguro de responsabilidad civil que cubra estos incidentes. Este seguro es especialmente importante para razas consideradas potencialmente peligrosas, donde la normativa es aún más estricta.

El Real Decreto 287/2002, que desarrolla la Ley 50/1999 sobre la tenencia de animales potencialmente peligrosos, establece que los propietarios de estas razas deben tener un seguro de responsabilidad civil con una cobertura mínima de 120.000 euros. Esta medida busca garantizar que las víctimas de mordeduras reciban una compensación adecuada por cualquier daño sufrido. Además, es importante que los dueños estén al tanto de las leyes específicas de su comunidad autónoma, ya que pueden variar en ciertos aspectos.

El incumplimiento de estas obligaciones legales puede resultar en sanciones significativas para el dueño del perro. Estas sanciones pueden incluir multas, la obligación de cubrir los gastos médicos de la víctima y, en casos extremos, la confiscación del animal. Por ello, es crucial que los dueños de perros comprendan plenamente sus responsabilidades legales y tomen las medidas necesarias para cumplirlas.

Importancia del seguro de responsabilidad civil

Contar con un seguro de responsabilidad civil es una protección esencial para los dueños de perros. Este tipo de seguro cubre los daños que el animal pueda causar a terceros, ya sean lesiones personales o daños materiales. Muchos seguros de hogar ofrecen esta cobertura, pero es importante verificar los detalles de la póliza para asegurarse de que se incluyen todos los escenarios posibles. En caso de que el seguro del hogar no cubra las mordeduras de perro, existen numerosas aseguradoras que ofrecen pólizas específicas para mascotas.

La importancia de este seguro se hace evidente en situaciones donde una mordedura resulta en gastos médicos o incluso en procedimientos legales. Sin un seguro adecuado, el dueño del perro podría enfrentar costos significativos, que pueden incluir no solo los gastos médicos de la víctima, sino también posibles indemnizaciones y honorarios legales. Además, tener un seguro demuestra una actitud responsable por parte del dueño, lo que puede ser beneficioso en caso de disputas legales.

En algunas comunidades autónomas y para ciertas razas de perros, el seguro de responsabilidad civil es obligatorio. La reciente Ley de Bienestar Animal ha ampliado esta obligatoriedad a más casos, lo que refleja la importancia de estar preparado para cualquier eventualidad. Los dueños deben asegurarse de cumplir con estas regulaciones para evitar sanciones y para protegerse a sí mismos y a sus mascotas de las consecuencias financieras de un incidente inesperado.

¿Qué tipo de indemnizaciones pueden reclamar las víctimas?

Las víctimas de mordeduras de perro tienen derecho a reclamar indemnizaciones por los daños sufridos. Estas indemnizaciones pueden cubrir una variedad de aspectos, desde los gastos médicos inmediatos hasta la compensación por el dolor y el sufrimiento experimentado. En casos más graves, donde la mordedura resulta en cicatrices permanentes o discapacidad, las indemnizaciones pueden ser significativas y reflejar el impacto a largo plazo en la vida de la víctima.

El cálculo de la indemnización suele basarse en varios factores, incluyendo la gravedad de la herida, el tiempo de recuperación, y cualquier pérdida de ingresos que la víctima pueda haber experimentado debido a la incapacidad temporal para trabajar. Además, los gastos psicológicos también pueden ser considerados, especialmente si la víctima desarrolla miedo a los perros o ansiedad como resultado del incidente.

Es importante que las víctimas recopilen toda la documentación médica y cualquier otro tipo de evidencia que respalde su reclamación. Esto puede incluir informes médicos, fotografías de las heridas, y testimonios de testigos. Contar con un buen asesoramiento legal puede ser crucial para asegurar que se recibe una compensación justa y adecuada. Los dueños de perros, por su parte, deben estar preparados para colaborar en el proceso y proporcionar toda la información necesaria para resolver el caso de manera justa.

Las víctimas de mordeduras de perro tienen derecho a reclamar indemnizaciones por los daños sufridos. Imagen: Wikimedia

Protocolo sanitario tras la mordedura

Cuarentena obligatoria para el perro

Cuando un perro muerde a una persona, se activa un protocolo sanitario que incluye la cuarentena del animal. Aunque España está libre de rabia desde 1978, con la excepción de un caso importado en 2013, la cuarentena sigue siendo una medida preventiva esencial. Durante este período, que generalmente dura 14 días, el perro es observado para detectar cualquier síntoma de rabia u otras enfermedades que puedan ser transmitidas a los humanos.

Durante la cuarentena, un veterinario autorizado monitorea al perro para asegurarse de que no presenta signos de enfermedad. Este seguimiento es crucial para garantizar la seguridad de la comunidad y para confirmar que el animal está libre de cualquier condición que pueda representar un riesgo para la salud pública. Aunque el perro esté vacunado contra la rabia, la cuarentena es obligatoria y no se puede omitir.

En algunos casos, dependiendo de la legislación local, el perro puede pasar la cuarentena en su propio hogar, siempre que no muestre comportamientos agresivos y que el entorno sea seguro para la familia. Sin embargo, en otras situaciones, el animal puede ser trasladado a un centro designado para garantizar un control más estricto. Es importante que los dueños cooperen con las autoridades sanitarias y sigan todas las instrucciones proporcionadas para cumplir con el protocolo establecido.

Variaciones del protocolo según la Comunidad Autónoma

El protocolo de cuarentena y las medidas a seguir después de una mordedura pueden variar según la Comunidad Autónoma en la que se produzca el incidente. Cada región tiene sus propias normativas y procedimientos, por lo que es esencial que los dueños de perros estén familiarizados con las regulaciones locales. Algunas comunidades pueden tener requisitos adicionales o diferentes plazos para la cuarentena, lo que puede influir en cómo se maneja la situación.

Por ejemplo, en ciertas comunidades, el perro puede ser requerido a permanecer en un centro de cuarentena oficial, mientras que en otras, como se mencionó anteriormente, puede permitirse que el animal permanezca en su hogar bajo ciertas condiciones. Estas variaciones buscan adaptarse a las necesidades y características específicas de cada región, garantizando al mismo tiempo la seguridad pública y el bienestar del animal.

Además, las autoridades locales pueden exigir documentación adicional, como el historial de vacunación del perro y cualquier informe previo de comportamiento agresivo. Es importante que los dueños estén preparados para proporcionar esta información de manera oportuna y precisa. Cumplir con las normativas locales no solo es una obligación legal, sino que también demuestra responsabilidad y compromiso con la seguridad de la comunidad.

Cuando un perro muerde a una persona, se activa un protocolo sanitario que incluye la cuarentena del animal. Imagen: Wikimedia

Aspectos legales y denuncias

Posibles sanciones y denuncias penales

Cuando un perro muerde a una persona, además de las implicaciones sanitarias, pueden surgir consecuencias legales. Las víctimas tienen el derecho de presentar denuncias penales contra el dueño del perro, especialmente si la mordedura resulta en lesiones graves. Estas denuncias pueden llevar a sanciones significativas para el dueño, que pueden incluir multas y, en casos extremos, la confiscación del animal.

Las sanciones administrativas se clasifican generalmente en leves, graves y muy graves, dependiendo de la gravedad de la mordedura y las circunstancias del incidente. Por ejemplo, si el perro estaba suelto en un lugar público sin supervisión, o si el dueño no tomó las precauciones necesarias para prevenir el ataque, las sanciones pueden ser más severas. Es crucial que los dueños de perros comprendan las posibles implicaciones legales de un incidente de mordedura y tomen medidas para cumplir con todas las regulaciones pertinentes.

Además de las sanciones penales, las víctimas también pueden buscar compensación a través de demandas civiles. Estas demandas pueden resultar en indemnizaciones significativas, como se mencionó anteriormente, y es importante que los dueños estén preparados para enfrentar estas situaciones de manera adecuada. Contar con un seguro de responsabilidad civil puede ofrecer una protección financiera valiosa en estos casos.

Intervención de la Policía o Guardia Civil

En ciertos casos, la Policía o la Guardia Civil pueden intervenir tras una mordedura de perro. Esto es especialmente probable si la mordedura ocurrió en un lugar público o si hubo testigos que informaron del incidente. Las autoridades pueden llevar a cabo una investigación para determinar las circunstancias exactas de la mordedura y evaluar si se han cumplido todas las normativas legales.

Durante la investigación, los dueños del perro pueden ser requeridos a proporcionar documentación, como el historial de vacunación del animal y cualquier registro de incidentes previos. Las autoridades también pueden entrevistar a testigos y recopilar evidencia para comprender mejor el contexto del incidente. Esta información es crucial para determinar si se deben imponer sanciones adicionales o si se deben tomar medidas legales.

Es importante que los dueños cooperen plenamente con las autoridades durante este proceso. La transparencia y la disposición para proporcionar toda la información necesaria pueden influir positivamente en el resultado de la investigación. Además, los dueños deben estar preparados para cumplir con cualquier requisito adicional que las autoridades puedan imponer, como medidas de seguridad adicionales para el perro o la participación en programas de entrenamiento.

Cuando un perro muerde a una persona, además de las implicaciones sanitarias, pueden surgir consecuencias legales. Imagen: Wikimedia

¿Es necesario sacrificar al perro?

Factores que influyen en la decisión

Una preocupación común entre los dueños de perros es si el animal será sacrificado tras una mordedura. En la mayoría de los casos, la respuesta es no. El sacrificio de un perro no es una práctica estándar tras un incidente de mordedura, y solo se consideraría en casos extremadamente raros donde el animal representa un riesgo continuo y significativo para la seguridad pública. Sin embargo, es importante comprender los factores que pueden influir en esta decisión.

El comportamiento del perro antes, durante y después de la mordedura es un factor crucial. Si el perro ha mostrado un patrón de comportamiento agresivo y no responde a las intervenciones de modificación de conducta, las autoridades pueden considerar medidas más serias. Sin embargo, en la mayoría de los casos, un solo incidente no es suficiente para justificar el sacrificio del animal, especialmente si se pueden identificar y abordar las causas subyacentes del comportamiento.

Es fundamental que los dueños colaboren con profesionales del comportamiento animal para evaluar la situación y desarrollar un plan de manejo adecuado. En muchos casos, el comportamiento del perro puede ser modificado con entrenamiento y cambios en el entorno. Además, los dueños deben estar dispuestos a implementar medidas de seguridad adicionales, como el uso de bozales en público, para garantizar la seguridad de todos.

El comportamiento del perro antes, durante y después de la mordedura es un factor crucial. Imagen de Aberrant Realities en Pixabay

Prevención y manejo de conductas agresivas

Consultas a profesionales del comportamiento animal

Tras un incidente de mordedura, es altamente recomendable consultar a un profesional del comportamiento animal. Estos expertos pueden ayudar a identificar las causas subyacentes del comportamiento agresivo y trabajar con el dueño para implementar estrategias efectivas de modificación de conducta. Factores como el miedo, la territorialidad o los celos pueden estar detrás de la agresión, y un profesional puede ofrecer soluciones personalizadas para cada caso.

El proceso de consulta generalmente comienza con una evaluación exhaustiva del perro y su entorno. Esto incluye observar el comportamiento del animal en diferentes situaciones y recopilar información sobre su historial y rutina diaria. Con esta información, el profesional puede desarrollar un plan de intervención que aborde las causas específicas del comportamiento agresivo y ofrezca soluciones prácticas para prevenir futuros incidentes.

Es importante que los dueños sigan las recomendaciones del profesional y estén dispuestos a hacer cambios en la rutina del perro y en su propio comportamiento. La consistencia y el compromiso son clave para lograr resultados positivos, y los dueños deben estar preparados para invertir tiempo y esfuerzo en el proceso de modificación de conducta. Con el apoyo adecuado, muchos perros pueden superar comportamientos agresivos y vivir de manera segura y feliz.

Precauciones con el uso del bozal en público

El uso del bozal es una medida de precaución importante para prevenir incidentes de mordedura, especialmente en lugares públicos. Sin embargo, es crucial que el bozal se utilice de manera adecuada y que el perro esté acostumbrado a llevarlo. Forzar a un perro a usar un bozal sin la preparación adecuada puede aumentar su ansiedad y potencialmente agravar los problemas de comportamiento.

Para acostumbrar al perro al bozal, se recomienda introducirlo de manera gradual y asociarlo con experiencias positivas. Esto puede incluir ofrecer recompensas y elogios cuando el perro se muestra cómodo con el bozal. El objetivo es que el perro vea el bozal como un accesorio normal y no como un castigo. Este enfoque positivo puede ayudar a reducir la resistencia del perro y garantizar que el bozal se use de manera efectiva cuando sea necesario.

Es importante elegir el tipo de bozal adecuado para el perro, asegurándose de que sea cómodo y permita al animal respirar y beber agua sin dificultad. Los bozales de cesta son una opción popular, ya que proporcionan seguridad sin restringir excesivamente al perro. Los dueños deben consultar con un profesional del comportamiento animal o un veterinario para elegir el bozal más adecuado para su mascota y recibir orientación sobre su uso correcto.

Referencias

  • Desachy, F. (2016). Los trastornos del comportamiento en el perro. Parkstone International.
  • Rigatuso, G. (2020). Perro que ladra… muerde: El caso “Pitbull” a la luz de la Teoría del Delito.
  • Wehrle, M. (2024). Los perros siempre muerden a los buenos: Cómo ganarse el respeto, establecer límites y salir exitoso. EDAF.

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