Aunque se la considere un entorno hostil escasamente poblado, la península arábiga esconde bajo sus arenas un sofisticado y duradero sistema de ocupación humana. Tan sofisticado, de hecho, que ha conmocionado el mundo de la arqueología. Una investigación reciente publicada en la prestigiosa revista Antiquity ha revelado la existencia de una red de oasis amurallados en el noroeste de Arabia Saudí, que funcionaron como núcleos de asentamiento, producción agrícola, defensa y control territorial durante milenios. Esta estructura reticular, conocida como Walled oases complex o complejo de oasis amurallados, obliga a replantear las dinámicas de urbanización, movilidad y organización política en los contextos desérticos de la antigüedad.
El complejo de oasis amurallados: una transformación del paisaje árido
Un modelo de ocupación planificada
Combinando análisis satelitales, trabajos de campo y fotografía aérea, los arqueólogos han identificado un conjunto de oasis protegidos por murallas monumentales en el noroeste de Arabia Saudí. Esta red documenra un modelo de asentamiento planificado y sostenido a lo largo del tiempo en un entorno ecológicamente frágil. Las murallas, de varios kilómetros de longitud y hasta dos metros de espesor, englobaban en su interior tanto núcleos habitacionales como fuentes de agua, áreas de cultivo y recintos para el ganado.
El uso del término "oasis amurallado" no es nuevo en la arqueología. Ya a principios del siglo XX se aplicaba para describir modelos de ocupación territorial de ciertos contextos norteafricanos y del Próximo Oriente. Sin embargo, la sistematicidad y extensión de este modelo en Arabia noroccidental sugiere una complejidad inusitada.
Descubrimientos recientes y confirmaciones
Hasta la fecha, se han identificado seis oasis mayores como parte de este complejo: Tayma y Qurayyah (conocidos desde hace tiempo), junto con cuatro nuevos casos confirmados a través de imágenes satelitales y visitas de campo: Dumat al-Jandal, Hait, Huwayyit y Khaybar. A ellos se suman otros oasis potenciales como Al-Ayn, Shayb Suways y al-Wadi, cuyo análisis sigue en curso.
En el caso de Khaybar, por ejemplo, los muros se han fechado entre el 2250 y el 1950 a.C., lo que evidencia una temprana actividad constructiva activa en la región ya en la Edad del bronce. Además, se han documentado bastiones y estructuras internas de mampostería que apuntan a una sofisticada concepción defensiva y organizativa desde el inicio mismo de estos asentamientos.

Una red interconectada en evolución
Persistencia y adaptabilidad del modelo
Algo que el equipo de investigadores ha podido confirmar es que el modelo del oasis amurallado no se limita a una época específica. Desde la Edad del bronce hasta el siglo XXI, distintas versiones del mismo se han utilizado con variaciones locales. En Tayma y Qurayyah, las primeras murallas datan del tercer milenio a.C., influenciadas, quizás, por las formas urbanas propias de la región del Levante. Posteriormente, el modelo se extendió al área volcánica de Harrat Khaybar, con enclaves como al-Ayn, al-Tibq y tal vez al-Wadi.
Durante la Edad del hierro, por su parte, se fortalecieron enclaves como Dumat al-Jandal, cuya muralla oriental (de unos 2 km) se redescubrió gracias a las fotografías aéreas de 1964. Más tarde, ya en el siglo III a.C., el fenómeno se propagó hasta Thaj, en la Arabia oriental, un claro reflejo de la continua utilidad de este modelo en los cambiantes contextos geopolíticos.
Aunque algunas ciudades adoptaron estructuras defensivas más flexibles en épocas posteriores (como Hegra), muchas de estas murallas siguieron operativas en época moderna, bien a través de restauraciones o adaptaciones a nuevas realidades.

Variaciones locales y transformaciones recientes
No todos los oasis amurallados tenían el mismo tamaño o complejidad. En ciudades como Medina, por ejemplo, el plano del siglo XIX muestra amplias zonas agrícolas integradas en un esquema defensivo que puede considerarse una variante del modelo original. Lo mismo ocurre en lugares como al-Ula y Anaizah, donde las áreas agrícolas cercadas dan cuenta de una continuidad del sistema en épocas recientes.
Estos casos muestran que la idea de “urbanización” en el desierto no debe interpretarse como una mera copia de modelos urbanos clásicos, sino como una adaptación creativa y persistente a las condiciones específicas del entorno árido.

Significado socioeconómico y político
Mucho más que estructuras defensivas
Las murallas que rodeavan los oasis no solo funcionaban como barreras defensivas contra las incursiones o las fuerzas hostiles. Representaban también una afirmación del poder político y del control territorial sobre los recursos vitales. Su construcción requería de grandes inversiones de trabajo y coordinación, a menudo promovidas por poderes centralizados ya desde el Bronce antiguo. Las murallas simbolizaban, por tanto, un dominio sobre el paisaje productivo —tanto agrícola como ganadero— que permitía sostener a un volumen de población estable en medio del desierto.
Este sistema también jugó un papel central en el desarrollo de los reinos caravaneros del norte de Arabia, ya que propiciaba la articulación de las rutas comerciales, el almacenamiento de bienes y la protección de los recursos frente a las posibles amenazas externas. La red de oasis amurallados fue, en este sentido, la columna vertebral de una creciente complejidad social y económica regional.
Un modelo resiliente ante los desafíos
A lo largo de loa milenios, este sistema demostró una notable capacidad de resiliencia. Así, los cambios ambientales, las transformaciones tecnológicas y las alteraciones en las rutas caravaneras o en las estrategias defensivas no eliminaron el modelo: solo lo transformaron. El oasis amurallado funcionó como una solución adaptativa, eficaz tanto en contextos prehistóricos como históricos e incluso contemporáneos, frente a las recurrentes tensiones entre lo sedentario y lo nómada en el mundo árabe.

4000 años de urbanismo en el desierto
Los recientes hallazgos arqueológicos en Arabia noroccidental obligan a reconsiderar los modelos de asentamiento en las zonas desérticas. Lejos de tratarse de espacios marginales o transitorios, estos oasis amurallados revelan una ocupación sostenida, planificada y jerarquizada del territorio, capaz de articular dinámicas económicas, políticas y culturales de largo alcance.
Más aún, el complejo de los oasis amurallados constituye una forma de urbanismo adaptado al desierto, con profundas implicaciones para la comprensión de la evolución social en Arabia y otras regiones áridas del mundo antiguo. Su estudio, que aún se encuentra en su fase inicial, plantea nuevas preguntas sobre la relación entre paisaje, poder y supervivencia humana en condiciones extremas.
Referencias
- Charloux, G y Am. Alonazi. 2025. "The Walled Oases Complex in north-west Arabia: evidence for a long-term settlement model in the desert". Antiquity: 1-9. DOI: https://doi.org/10.15184/aqy.2025.10125