La identificación del agente etiológico que desencadenó la peste de Justiniano ha sido, durante mucho tiempo, uno de los enigmas más persistentes en la historia de las pandemias. Ahora, un equipo interdisciplinar ha aportado la evidencia genética directa que clarifica ese capítulo decisivo de la antigüedad tardía. El hallazgo conecta de forma concluyente la enfermedad descrita por las fuentes bizantinas con la bacteria Yersinia pestis y ofrece pruebas genéticas del primer gran brote pandémico documentado.
El escenario del brote
La peste de Justiniano, que engloba una serie de oleadas mortales datadas mediados del siglo VI y mediados del siglo VIII d.C., transformó demográfica y políticamente el Imperio bizantino. Aunque estudiada y debatida en profundidad, hasta el momento se carecía de pruebas biológicas directas de la pandemia que procedieran del corazón del imperio. La evidencia literaria y arqueológica sugería un origen en el Mediterráneo oriental, pero faltaba la confirmación definitiva con material genético procedente de las propias ciudades afectadas.

El yacimiento de Gerasa
Ese vacío documental pudo solventarse gracias a las muestras tomadas en el yacimiento de Gerasa, en la actual Jordania. Allí se excavaron varios enterramientos masivos bajo el antiguo hipódromo romano. En ese contexto arqueológico se recuperaron ocho dientes humanos que permitieron el análisis paleogenómico. Situada a unos 300 kilómetros de Pelusium —el primer lugar donde aparecen registros de la plaga—, Gerasa ofreció el contexto arqueológico ideal para buscar señales biológicas del brote.
Las técnicas de ADN antiguo y secuenciación
El equipo, formado por investigadores de la University of South Florida y la Florida Atlantic University, empleó técnicas dirigidas de ADN antiguo para recuperar y secuenciar el material genético de los dientes humanos. Gracias a estas técnicas, los investigadores pudieron reconstruir los genomas de Yersinia pestis a partir del material dental, lo que permitió establecer comparaciones filogenéticas sólidas.
Así, el análisis reveló la presencia de Yersinia pestis en las muestras de Gerasa. Demostró, además, que los individuos portaban cepas casi idénticas entre sí, lo que sugiere que se produjo un brote rápido y devastador de la enfermedad dentro del espacio urbano. Estos resultados constituyen la primera evidencia genética directa de Y. pestis dentro del Imperio bizantino en el periodo tradicionalmente asociado a la peste de Justiniano.

Fechas y cronología genética
Aunque la pandemia se enmarca historiográficamente entre los años 541 y 750, la datación asociada a las muestras de Gerasa sitúa la presencia bacteriana en un intervalo aproximado entre 550 y 660. Ofrece, así, una cronología molecular que complementa las fuentes escritas. La coincidencia entre los datos arqueológicos y la datación genética refuerza la atribución de este brote concreto a la serie de eventos conocidos como la plaga de Justiniano.
La dinámica de las pandemias de peste
Un estudio complementario que integra cientos de genomas antiguos y modernos de Y. pestis demuestra que las grandes pandemias no derivan de una única cepa ancestral capaz de perpetuarse a lo largo de los siglos. En lugar de una única línea continua, las pandemias históricas surgieron de manera repetida a partir de reservorios animales y variantes que emergieron en distintos momentos y lugares.
A diferencia de la dinámica del SARS-CoV-2, caracterizada por un origen y una expansión sostenida en humanos, las grandes plagas (incluidas la de Justiniano y la peste negra) muestran un patrón de reemergencias independientes desde reservorios zoonóticos. Esta evidencia subraya la naturaleza recurrente del riesgo pandémico asociado a los reservorios animales persistentes.

Colaboración científica y continuidad de la investigación
La investigación que ha dado lugar a estos resultados fue liderada por un equipo interdisciplinar de la University of South Florida (USF) y Florida Atlantic University (FAU). Contó con Rays H. Y. Jiang como investigador principal, así como con una serie de colaboradores especialistas en genómica antigua y arqueología. La estrecha colaboración entre antropólogos, genetistas y arqueólogos permitió unir las evidencias contextuales con las moleculares de forma decisiva.
Los trabajos contaron con el apoyo del USF Provost’s CREATE Award, el USF College of Public Health Research Award y el USF Microbiome Institute, además de colaboraciones internacionales en arqueología y genómica. El equipo ya planea ampliar los muestreos a sitios como Venecia y el Lazaretto Vecchio para abordar la evolución de la peste a lo largo de la Edad Media.

Reescribiendo la historia de las grandes pandemias de la humanidad
La identificación de Yersinia pestis en restos humanos del núcleo oriental del Imperio bizantino aporta la prueba biológica que faltaba para conectar la narrativa histórica con la evidencia microbiana. Por primera vez se ha podido observar la huella genética del agente que provocó la peste de Justiniano, lo que reescribe aspectos esenciales sobre la génesis y la recurrencia de las pandemias a lo largo de la historia. Este hallazgo, además de resolver una cuestión historiográfica, también ofrece datos clave sobre cómo los reservorios animales y la movilidad humana generan riesgos pandémicos que aún hoy siguen vigentes.
Referencias
- Adapa, Swamy R., Karen Hendrix, Aditya Upadhyay, Subhajeet Dutta, Andrea Vianello, Gregory O’Corry-Crowe, Jorge Monroy, Tatiana Ferrer, Elizabeth Remily-Wood, Gloria C. Ferreira et al. 2025. "Genetic Evidence of Yersinia pestis from the First Pandemic". Genes 16.8: 926. DOI: https://doi.org/10.3390/genes16080926
- Dutta, Subhajeet, Aditya Upadhyay, Swamy R. Adapa, Gregory O’Corry-Crowe, Sucheta Tripathy y Rays H. Y. Jiang. 2025. "Ancient Origins and Global Diversity of Plague: Genomic Evidence for Deep Eurasian Reservoirs and Recurrent Emergence". Pathogens 14.8: 797. DOI: https://doi.org/10.3390/pathogens14080797
- Hawley, Cody R. 2025. "USF, FAU researchers solve 1,500-year-old mystery: The bacterium behind the first pandemic". USF Health. URL: https://www.usf.edu/health/news/2025/usf-research-rewrites-origins-of-first-pandemic.aspx