Hallazgo jurásico en Inglaterra: un coleccionista de fósiles descubre al “dragón espada”, un ictiosaurio que podría resolver un misterio evolutivo olvidado

El descubrimiento de Xiphodracon goldencapensis, un ictiosaurio del Jurásico temprano con lesiones y un hocico afilado, permite reconstruir un momento clave de transición evolutiva marina poco documentado hasta ahora.
Fuente: ChatGPT + Papers in Palaeontology

Pocas personas que pasean por los acantilados de la Costa Jurásica del Reino Unido imaginan que, bajo sus pies, pueden estar los restos de criaturas que vivieron hace casi 190 millones de años. Fue precisamente en ese entorno, entre las localidades de Charmouth y Seatown, donde un coleccionista local llamado Chris Moore encontró, en 2001, un fósil casi completo que resultaría ser uno de los hallazgos más relevantes para entender un capítulo oscuro en la evolución de los reptiles marinos.

Ese fósil permaneció años en las colecciones del Royal Ontario Museum sin que se comprendiera su valor real. No fue hasta su estudio detallado, recientemente publicado en la revista Papers in Palaeontology, que se reveló su verdadera identidad: un nuevo género y especie de ictiosaurio bautizado como Xiphodracon goldencapensis. Este reptil marino de hocico alargado no solo amplía la diversidad conocida de estos animales, sino que ofrece pistas clave sobre un importante cambio de fauna ocurrido en el Jurásico temprano, del que hasta ahora apenas se tenían registros fósiles.

Una criatura nueva en un momento poco conocido

La mayoría de los ictiosaurios encontrados en Europa provienen de los primeros dos pisos del Jurásico: el Hettangiano y el Sinemuriano. Sin embargo, el nuevo espécimen pertenece al Pliensbachiano, una etapa posterior menos representada en el registro fósil. El artículo señala que Xiphodracon goldencapensis proviene del "Davoei Zone, Maculatum Subzone" de la Formación Charmouth Mudstone, lo que lo convierte en el ictiosaurio más completo conocido de esa etapa geológica.

Este nuevo animal se distingue por varios rasgos anatómicos únicos. Según los autores, presenta una combinación de caracteres que no se encuentra en ningún otro ictiosaurio del Jurásico temprano. Por ejemplo, tiene un “lacrimal con proyecciones similares a púas en su borde anterior” y un maxilar que forma casi todo el borde inferior de la narina externa. Estas características no solo lo hacen morfológicamente singular, sino que ayudan a clarificar su posición evolutiva dentro del grupo Leptonectidae.

Los análisis filogenéticos realizados por los investigadores sitúan a Xiphodracon como pariente cercano del género Hauffiopteryx, formando junto a él un nuevo clado denominado Hauffiopterygia. Esta relación sugiere que el animal se sitúa en un punto de transición clave entre las faunas marinas del Sinemuriano y las del Toarciano, dos momentos bien documentados pero separados por una laguna evolutiva que hasta ahora no se había podido rellenar.

Esqueleto casi completo de Xiphodracon goldencapensis encontrado en la Costa Jurásica de Inglaterra. Fuente: Papers in Palaeontology.

Una ventana a la vida y muerte en el Jurásico

Además de su valor taxonómico, el fósil aporta información directa sobre la vida del animal y las condiciones ecológicas que enfrentaba. El estudio describe la presencia de contenido gástrico fosilizado, lo que indica que la dieta de Xiphodracon incluía peces óseos. Pero quizás lo más llamativo sea el estado patológico de varios de sus huesos y dientes.

En el análisis anatómico, los investigadores detectaron deformaciones en las extremidades y malformaciones dentales. Algunas de estas lesiones podrían estar asociadas a enfermedades o lesiones traumáticas. En palabras del artículo, el espécimen muestra una “clavícula fracturada”, signos de “posible necrosis avascular en al menos tres cuartas partes de los propodios” y dientes con “una inflamación o ‘hinchazón’ distintiva en la raíz en la base de la corona” .

La causa de su muerte también parece haber quedado registrada en el fósil. El cráneo presenta fracturas que, según el análisis, fueron causadas por la mordida de un depredador más grande. Aunque no se han encontrado marcas de dientes definidas, el patrón de fractura sugiere un ataque en vida. Teniendo en cuenta el tamaño de Xiphodracon, el único candidato plausible como agresor sería un gran ejemplar del ictiosaurio Temnodontosaurus, uno de los principales depredadores marinos de su época.

Detalle del cráneo con las estructuras óseas únicas que distinguen a la especie. Fuente: Papers in Palaeontology.

Un momento de cambio profundo en la historia evolutiva

El valor más importante de este hallazgo reside en su capacidad para iluminar una etapa poco documentada en la evolución de los ictiosaurios. Hasta ahora, el Pliensbachiano había sido considerado una especie de “punto ciego” en el que los fósiles conocidos eran muy escasos y en su mayoría fragmentarios. Esta nueva especie permite, por primera vez, trazar un vínculo directo entre las faunas más antiguas y las que aparecerían en el Toarciano, apenas unos millones de años después.

El estudio afirma que Xiphodracon es “más estrechamente relacionado con especies del Jurásico temprano tardío que con géneros anteriores que continuaron en el Pliensbachiano” . Esto indica que el cambio faunístico que separa el Sinemuriano del Toarciano pudo haber comenzado antes de lo que se pensaba, concretamente en la parte media o final del Pliensbachiano.

Este tipo de transiciones, conocidas como turnovers faunísticos, marcan momentos de extinción, aparición de nuevos linajes y reconfiguración de ecosistemas. Comprender cuándo y cómo ocurrieron es clave para entender la historia evolutiva de la vida marina tras la gran extinción del final del Triásico. La contribución de Xiphodracon en este contexto es esencial: se trata de una de las pocas pruebas físicas que documentan este cambio evolutivo con precisión estratigráfica.

Dientes con malformaciones que podrían indicar enfermedad o lesión traumática en vida. Fuente: Papers in Palaeontology.

¿Por qué es tan raro encontrar fósiles como este?

Una de las grandes dificultades en el estudio de los ictiosaurios del Pliensbachiano es la escasa disponibilidad de fósiles bien conservados y con contexto geológico preciso. Muchos de los ejemplares hallados en la región de Lyme Regis y Charmouth provienen de colecciones antiguas sin información estratigráfica clara. En este caso, el fósil fue encontrado en una capa bien datada, lo que permite ubicarlo con precisión en el tiempo geológico.

Según explican los autores, el esqueleto fue hallado en la “Green Ammonite Member” de la Formación Charmouth Mudstone, concretamente en el estrato 122c, una localización que no había sido ampliamente explorada hasta ahora. Este tipo de hallazgos, bien contextualizados, pueden alterar significativamente la interpretación de la diversidad faunística en un periodo.

Además, el estudio sugiere que la falta de fósiles del Pliensbachiano podría deberse, en parte, a que las capas de esa edad no han sido recolectadas tan sistemáticamente como las del Hettangiano o el Sinemuriano. También es posible que las condiciones ambientales de esa época limitaran la diversidad de especies, lo que explicaría su aparente escasez.

Un eslabón inesperado

El hallazgo de Xiphodracon goldencapensis muestra cómo un fósil olvidado en una colección puede convertirse en la pieza clave de un rompecabezas evolutivo. Gracias a su excelente estado de conservación y su posición temporal única, este animal no solo enriquece la diversidad conocida de los ictiosaurios, sino que funciona como eslabón entre dos mundos: el mar del Jurásico temprano y el ecosistema que florecería en el Toarciano.

También demuestra el valor del trabajo conjunto entre coleccionistas y paleontólogos profesionales. Sin la iniciativa de Chris Moore, y sin el análisis posterior de los investigadores Dean Lomax, Judy Massare y Erin Maxwell, este “dragón espada” habría seguido durmiendo en el anonimato. Hoy, sin embargo, nos habla desde las entrañas del tiempo, ofreciendo nuevas claves sobre cómo evolucionaron los depredadores marinos tras una de las grandes crisis ecológicas de la historia de la Tierra.

Referencias

  • Dean R. Lomax, Judy A. Massare, Erin E. Maxwell. A new long and narrow-snouted ichthyosaur illuminates a complex faunal turnover during an undersampled Early Jurassic (Pliensbachian) interval. Papers in Palaeontology. Vol. 11, Part 5, 2025, e70038. https://doi.org/10.1002/spp2.70038.

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