La muerte del Sol aniquilará la vida en la Tierra, pero esto es lo que podría pasar después

Un nuevo estudio apunta a que no deberíamos descartar estrellas antiguas o incluso muertas, porque podrían aguardar una sorpresa muy interesante.
Curiosidades sobre el Sol que quizá no conocías

En nuestro planeta, la evolución de la vida ha venido marcada por un largo camino de varios miles de millones de años. Y cuando nos hemos planteado buscar vida en otros planetas, las estrellas jóvenes han sido las protagonistas de esta búsqueda. Sin embargo, una reciente investigación publicada en la revista The Astrophysical Journal Letters apunta a otros lugares menos predecibles donde podríamos encontrar vida: si los científicos buscan nuevos signos de vida en el universo, tal vez deberían comprobar algo muy antiguo. Como una vieja estrella, dicen los astrónomos.

La muerte del Sol aniquilará la vida en la Tierra, pero esto es lo que podría pasar después

Parece que las estrellas que experimentan su propia versión astronómica de una transición de mediana edad, e incluso aquellas que envejecen más allá de ella, pueden servir como lugares prometedores en la búsqueda de vida extraterrestre.

Nuestra propia estrella y muchas similares están destinadas a convertirse en gigantes rojas. Es el proceso que tiene lugar una vez que una estrella se ha quedado sin hidrógeno en su núcleo. Pasa por varias fases, primero se comprime, enciende el helio y luego se hincha. Cuando esto suceda, cuando llegue la muerte del Sol, dentro de varios miles de años, aniquilará por completo la vida que quede en la Tierra.

Las gigantes rojas se deshacen de sus capas y lo que queda es el núcleo degenerado comprimido. A esta estrella muerta la llamamos enana blanca. La muerte del Sol será, por tanto, en forma de enana blanca tras pasar una fase de gigante roja.

Sin embargo, no estaría todo perdido. Sin vientos estelares y con gran estabilidad durante miles de millones de años, las enanas blancas representarían un lugar perfecto para la vida, siempre y cuando los planetas sobrevivan a la fase de gigante roja y la vida evolucione después de que surgiera la enana blanca, apuntan los investigadores.

Estrellas muertas, un lugar de búsqueda inesperado - AIP/J. Fohlmeister

Las gigantes rojas se deshacen de sus capas y lo que queda es el núcleo degenerado comprimido. A esta estrella muerta la llamamos enana blanca. La muerte del Sol será, por tanto, en forma de enana blanca tras pasar una fase de gigante roja.

Sin embargo, no estaría todo perdido. Sin vientos estelares y con gran estabilidad durante miles de millones de años, las enanas blancas representarían un lugar perfecto para la vida, siempre y cuando los planetas sobrevivan a la fase de gigante roja y la vida evolucione después de que surgiera la enana blanca, apuntan los investigadores.

Nuevas observaciones

En 1995, los astrónomos suizos Didier Queloz y Michael Mayor anunciaron el primer descubrimiento de un exoplaneta que orbita alrededor de una estrella distante llamada 51 Pegasi. Desde entonces, se han encontrado más de 5.500 planetas fuera de nuestro sistema solar. Cuando nacen las estrellas, giran rápidamente y crean un fuerte campo magnético que puede estallar violentamente, bombardeando sus sistemas planetarios con radiación dañina y partículas cargadas. A lo largo de miles de millones de años, la rotación de las estrellas envejecidas se ralentiza gradualmente; es lo que se conoce como frenado magnético. Hasta ahora se pensaba que este proceso continuaba indefinidamente.

¿Qué edad tiene el universo? - M. Weiss / Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics.

"El frenado magnético debilitado también estrangula el viento estelar y hace que los eventos eruptivos devastadores sean menos probables", aclarra Klaus Strassmeier del Instituto Liebniz de Astrofísica.

Pero en el nuevo estudio, los científicos ofrecen nuevos datos sobre cómo la rotación y el magnetismo en las estrellas más antiguas cambian más allá de la mitad de su vida. Metcalfe cree que su investigación tiene importantes consecuencias para las estrellas con sistemas planetarios, así como para sus perspectivas de desarrollo de civilizaciones avanzadas.

El Sol es un inmenso reactor nuclear. Foto: IStock

Los resultados de sus observaciones revelaron que el frenado magnético cambia repentinamente en estrellas ligeramente más jóvenes que el Sol. Estos cuerpos estelares tienden a volverse 10 veces más débiles en ese momento y parecen disminuir aún más a medida que las estrellas continúan envejeciendo. Los expertos han atribuido estos cambios a una variación inesperada en la fuerza y complejidad del campo magnético, así como a la influencia de ese cambio en el viento estelar. Esto indica que las estrellas más antiguas podrían representar un entorno más estable para el desarrollo de la vida compleja.

La NASA estima que 51 Pegasi es un 23% más grande que nuestro sol. Su exoplaneta tiene aproximadamente la mitad del tamaño de Júpiter. Completa una órbita cada cuatro días y los astrónomos creen que se está moviendo lentamente hacia su estrella.

Universo. Foto: iStock

Referencias:

Weakened Magnetic Braking in the Exoplanet Host Star 51 Peg

Travis S. Metcalfe1, Klaus G. Strassmeier2, Ilya V. Ilyin2, Derek Buzasi3, Oleg Kochukhov4, Thomas R. Ayres5, Sarbani Basu6, Ashley Chontos7, Adam J. Finley8, Victor See9

Show full author list Published 2024 January 5 th • © 2024. The Author(s). Published by the American Astronomical Society. The Astrophysical Journal Letters, Volume 960, Number 1 Citation Travis S. Metcalfe et al 2024 ApJL 960 L6 DOI 10.3847/2041-8213/ad0a95

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