En el Parque Nacional de Doñana, Huelva, se descubrieron huellas fosilizadas de un jabalí prehistórico de 300 kilos, el Suidichnus galani, que vivió hace más de 100.000 años. Este hallazgo, liderado por Fernando Muñiz de la Universidad de Sevilla, aporta información valiosa sobre la evolución del cerdo ibérico y la biodiversidad del último período interglaciar. Las huellas, analizadas con modelación 3D, revelan un vínculo evolutivo con los cerdos actuales. El yacimiento del acantilado del Asperillo ha permitido reconstruir un ecosistema antiguo que albergó especies como neandertales, elefantes y leones europeos.

El jabalí prehistórico, más grande que sus descendientes modernos, se adaptó a cambios climáticos y presiones ambientales. Su domesticación hace 10.000 años coincidió con el surgimiento de comunidades sedentarias, transformando tanto la biología del cerdo como la sociedad humana. El jabalí euroasiático, Sus scrofa, se expandió desde Asia a Europa, dejando un legado genético en las especies actuales.
Huellas fosilizadas: un viaje al pasado en Huelva
Descubrimiento del Suidichnus galani
El hallazgo tuvo lugar en 2020, cuando un equipo de investigadores liderado por Fernando Muñiz de la Universidad de Sevilla identificó unas icnitas que pertenecían a un ejemplar de jabalí prehistórico. Estas huellas, analizadas con técnicas de modelación 3D, revelaron un nuevo icnogénero e icnoespecie: Suidichnus galani. La singularidad de estas huellas, que alcanzan los 125 milímetros de largo y 75 de ancho, sugiere un vínculo evolutivo directo con los cerdos ibéricos actuales. Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre la fauna del pleistoceno, sino que también proporciona una visión fascinante del linaje del cerdo ibérico.
Importancia del yacimiento en Doñana
El yacimiento del acantilado del Asperillo, en Doñana, se ha convertido en un punto caliente para la paleontología. Las huellas fosilizadas encontradas allí han permitido a los científicos reconstruir un ecosistema que sirvió como refugio del hielo para numerosas especies durante el último período interglaciar. Este enclave no solo albergó a los jabalís gigantes, sino también a los últimos neandertales y a una variedad de animales que hoy consideramos exóticos, como elefantes, lobos y leones europeos. La riqueza icnológica del yacimiento continúa proporcionando datos valiosos sobre cómo estas especies interactuaron y sobrevivieron en un entorno cambiante.
El jabalí prehistórico: un gigante de 300 kilos
Aspectos físicos y comparativa con el jabalí moderno
El jabalí prehistórico, con un peso estimado de 300 kilos, era significativamente más grande que sus descendientes modernos. Este tamaño impresionante se debía a la abundancia de recursos y la presión de depredadores en su entorno. En comparación, los jabalís actuales de la península ibérica, como el Sus scrofa baeticus, pesan entre 54 y 85 kilos. Las diferencias en tamaño reflejan no solo cambios en el hábitat y la disponibilidad de alimentos, sino también adaptaciones evolutivas a lo largo de milenios. La comparación entre estos gigantes del pasado y los jabalís modernos nos ayuda a entender cómo las especies se adaptan a las presiones ambientales.

Relación evolutiva con el cerdo ibérico actual
El jabalí prehistórico de Doñana representa un eslabón crucial en la evolución del cerdo ibérico. Las características físicas de las huellas sugieren que estos animales son los ancestros directos de las razas de cerdos que hoy conocemos. La evidencia fósil indica que el jabalí prehistórico y el cerdo ibérico comparten un linaje común, lo que subraya la importancia de estos hallazgos para entender la evolución de las especies domésticas. Este vínculo evolutivo se refleja en las características genéticas y morfológicas que todavía se observan en los cerdos ibéricos actuales.
Factores que moldearon al jabalí prehistórico
Impacto del cambio climático en su evolución
El cambio climático jugó un papel fundamental en la evolución del jabalí prehistórico. Durante el último período interglaciar, el clima más húmedo y la abundante vegetación permitieron que estos gigantes prosperaran. Sin embargo, las condiciones climáticas cambiaron drásticamente con la llegada de la última edad de hielo, hace entre 30.000 y 18.000 años. Este cambio, junto con la presión de caza de los homínidos, condujo a una reducción en el tamaño de los jabalís, adaptándose a un entorno de estepas y pastizales con menos recursos. Esta adaptación es evidente en las subespecies actuales que habitan la península ibérica.
Estructura social y dieta adaptable
El éxito evolutivo del jabalí prehistórico también puede atribuirse a su estructura social y dieta adaptable. Estos animales, conocidos por su capacidad para adaptarse a diferentes ambientes, desarrollaron una dieta omnívora que les permitió sobrevivir en condiciones cambiantes. Comían una amplia variedad de alimentos, desde raíces y frutas hasta pequeños animales, lo que les proporcionaba una ventaja competitiva en ecosistemas diversos. Su estructura social, posiblemente similar a la de los jabalís modernos, les permitió vivir en grupos que ofrecían protección contra depredadores y facilitaban la búsqueda de alimento.

La domesticación y su papel en la historia
El proceso de domesticación hace 10.000 años
La domesticación del cerdo, que comenzó hace unos 10.000 años, marcó un hito en la historia de la humanidad. Este proceso coincidió con el surgimiento de comunidades sedentarias que valoraban al cerdo como fuente de alimento y recursos. La transición de los cerdos salvajes a animales domesticados implicó una serie de cambios genéticos y de comportamiento que los hicieron más adecuados para la vida junto a los humanos. Este proceso no solo transformó la biología del cerdo, sino que también tuvo un profundo impacto en las sociedades humanas, que se beneficiaron de su carne, piel y otros productos.
Influencia de las comunidades sedentarias
Las comunidades sedentarias jugaron un papel crucial en la domesticación del cerdo. A medida que los humanos se establecían en asentamientos permanentes, la cría selectiva de cerdos permitió desarrollar razas que se adaptaban mejor a las necesidades humanas. Estos cambios incluyeron la selección de animales más dóciles y con características físicas deseables. La domesticación del cerdo no solo proporcionó una fuente confiable de alimento, sino que también contribuyó al desarrollo de la agricultura y al establecimiento de economías más complejas. Este proceso de domesticación refleja la interdependencia entre humanos y animales en la evolución de las civilizaciones.
El jabalí euroasiático: origen y expansión
Desde Asia a Europa: un recorrido de 4,2 millones de años
El jabalí euroasiático, conocido científicamente como Sus scrofa, tiene sus raíces en Asia hace aproximadamente 4,2 millones de años. Desde allí, este versátil animal se expandió por todo el continente asiático, el Medio Oriente y el norte de África, llegando a Europa hace al menos 1,1 millones de años. Esta expansión fue posible gracias a su notable capacidad de adaptación a diferentes climas y hábitats. Su dieta flexible y su habilidad para prosperar en diversos entornos le permitieron colonizar una amplia gama de regiones, convirtiéndolo en uno de los mamíferos más exitosos de su tiempo.

El legado del jabalí euroasiático en las especies actuales
El legado del jabalí euroasiático es evidente en las numerosas subespecies y variedades domésticas que existen hoy en día. La única especie existente, Sus scrofa, incluye tanto al jabalí salvaje como al cerdo doméstico, Sus scrofa domesticus. La domesticación y expansión del jabalí han dado lugar a una diversidad genética y morfológica que se refleja en las distintas razas de cerdos que se crían en todo el mundo. Esta diversidad ha sido clave para la adaptación de los cerdos a diferentes condiciones ambientales y prácticas agrícolas, asegurando su papel continuo como una de las principales fuentes de alimento para la humanidad.
Referencias:
Limón, R. 2021. El padre del pata negra. elpais.com.
Neto, C. et al. 2020. Paleoecological implications of large-sized wild boar tracks recorded during the last interglacial (mis 5) at Huelva (sw spain). Palaios 35, 12, 512-523. DOI: 10.2110/palo.2020.058.