La Vía Láctea contiene entre 100 mil y 400 mil millones de estrellas, dando vueltas alrededor de la región central. Algunas son auténticos gigantes, acumulando decenas de veces la masa del Sol y consumiendo su combustible en pocos millones de años, mientras que otras son apenas más grandes que Júpiter, agotando lentamente su hidrógeno durante billones de años. La grandísima mayoría de estas estrellas están a miles de años luz de distancia, demasiado lejos como para ser visibles, pero algunas se sitúan más cerca.
Se conocen a día de hoy 131 objetos estelares (aunque no exactamente estrellas), situados a menos de 20 años luz de distancia del Sol. De todos ellos, tan solo 22 resultan visibles a simple vista, siendo la mayoría de ellos estrellas enanas rojas y enanas marrones, demasiado tenues para ser visibles. También se conocen 6 enanas blancas y un objeto que, por lo que sabemos hasta ahora, parece demasiado pequeño incluso para ser una enana marrón y podría tratarse de un planeta errante.
De entre todos estos objetos el más masivo y luminoso es la estrella Sirio A, que además resulta ser la estrella más brillante del cielo nocturno. Su compañera, Sirio B, una enana blanca demasiado pequeña para resultar visible, es el objeto más caliente de estos 131. El más grande es la estrella Procyon, con un radio el doble que el del Sol. Veamos cuáles son las estrellas y astros más cercanos a nuestro sistema solar.

Explorando el vecindario estelar de la Vía Láctea
La Vía Láctea es nuestro hogar galáctico, un vasto disco de estrellas que gira alrededor de un núcleo central. En este vecindario cósmico, se han identificado 131 objetos estelares a menos de 20 años luz del Sol. A pesar de la inmensidad del espacio, solo 22 de estos objetos son visibles a simple vista. La mayoría son enanas rojas y enanas marrones, que por su baja luminosidad, escapan a nuestra visión sin la ayuda de telescopios.
Las enanas rojas son estrellas pequeñas y frías, que representan la mayoría de las estrellas en nuestra galaxia. Consumen su combustible de hidrógeno de manera lenta y eficiente, lo que les permite tener vidas extremadamente largas. Por otro lado, las enanas marrones son objetos que no tienen suficiente masa para iniciar la fusión nuclear en sus núcleos, por lo que no se consideran estrellas en el sentido tradicional. A pesar de su cercanía, muchos de estos objetos siguen siendo un misterio para los astrónomos.
Sirio A es una excepción a esta regla de baja luminosidad. Esta estrella es la más brillante del cielo nocturno, gracias a su masa y proximidad. Situada a solo 8.71 años luz, es un faro en el firmamento que ha fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Su compañera, Sirio B, es una enana blanca que, aunque no visible a simple vista, es un objeto de gran interés para los astrónomos debido a su alta temperatura.
Próxima Centauri: La estrella más cercana al Sol
Próxima Centauri, una enana roja, es la estrella más cercana al Sol, ubicada a solo 4.25 años luz de distancia. Forma parte del sistema estelar triple de Alfa Centauri, junto con Alfa Centauri A y B. Con apenas un 12 % de la masa del Sol, Próxima Centauri es una estrella pequeña pero fascinante, rodeada por al menos dos planetas rocosos, Próxima b y un segundo planeta más masivo que Marte.
Próxima b, uno de los exoplanetas más estudiados, tiene una masa ligeramente superior a la de la Tierra y orbita en la zona habitable de su estrella. Esto ha despertado el interés de los científicos sobre la posibilidad de que pueda albergar agua líquida, y por ende, vida. Próxima Centauri se mueve en una órbita amplia alrededor de sus compañeras estelares, a una distancia de 13,000 unidades astronómicas, aunque en el futuro se acercará aún más.
La cercanía de Próxima Centauri la convierte en un objetivo prioritario para futuras misiones de exploración interestelar. Las tecnologías en desarrollo, como las velas solares, podrían permitir el envío de sondas a este sistema en un futuro no tan lejano, abriendo una nueva era en la exploración espacial.
Alfa Centauri A y B: Un par estelar cercano
Alfa Centauri A y B son un par de estrellas situadas a 4.34 años luz del Sol, siendo el sistema estelar más cercano a nosotros después de Próxima Centauri. Alfa Centauri A, también conocida como Rigil Kentaurus, es ligeramente más masiva que el Sol, mientras que Alfa Centauri B es un poco menos masiva. Este sistema binario ha sido objeto de numerosos estudios en busca de planetas, aunque hasta ahora no se han confirmado candidatos.
Las estrellas del sistema Alfa Centauri orbitan entre sí a una distancia mínima de 11 unidades astronómicas, similar a la distancia entre el Sol y Saturno. Este movimiento orbital ha sido estudiado en detalle, proporcionando valiosa información sobre las dinámicas de los sistemas estelares binarios. Aunque no se han detectado planetas alrededor de Alfa Centauri A y B, la posibilidad sigue siendo un área activa de investigación.
El sistema Alfa Centauri se está acercando gradualmente a la Tierra y, en unos 30,000 años, será aún más cercano, situándose a aproximadamente 3 años luz de distancia. Este acercamiento podría facilitar la detección de planetas o cuerpos subestelares que puedan haberse formado alrededor de estas estrellas.

La estrella de Barnard: Un enigma sin planetas confirmados
La estrella de Barnard, una enana roja situada a 5.96 años luz de distancia, es una de las estrellas más cercanas a nuestro sistema solar. Con una masa apenas superior a 150 veces la de Júpiter, es una estrella pequeña y tenue, invisible a simple vista. A pesar de su cercanía, la estrella de Barnard ha sido un enigma en términos de detección de planetas.
Durante años, se pensó que la estrella de Barnard albergaba una supertierra en su órbita, pero estudios recientes han desmentido esta teoría. La señal que se creía provenía de un planeta resultó ser el resultado de la intensa actividad estelar de Barnard. Esta actividad, común en las enanas rojas, complica la detección de planetas, ya que las variaciones en la luminosidad pueden imitar la presencia de cuerpos planetarios.
A pesar de la falta de planetas confirmados, la estrella de Barnard sigue siendo un objeto de gran interés para los astrónomos. Su proximidad y características únicas la convierten en un laboratorio natural para estudiar la física de las enanas rojas y su evolución.
Luhman 16 A y B: Enanas marrones en nuestro sistema solar
Luhman 16 A y B son un par de enanas marrones situadas a unos 6.5 años luz del Sol. Descubiertas en el siglo XXI, son los objetos más cercanos a nuestro sistema solar desde el descubrimiento de la estrella de Barnard en 1916. Con masas de 34 y 29 veces la de Júpiter, respectivamente, estas enanas marrones no tienen suficiente masa para iniciar la fusión nuclear del hidrógeno, lo que las excluye de la categoría de estrellas.
Estas enanas marrones orbitan entre sí a una distancia de apenas 3 unidades astronómicas y completan una órbita en 27 años. A pesar de su cercanía, su baja luminosidad hace que sean difíciles de observar sin telescopios potentes. Sin embargo, su proximidad las convierte en un objetivo ideal para estudiar las características de estos objetos subestelares.
El estudio de Luhman 16 A y B ha proporcionado información valiosa sobre la formación y evolución de las enanas marrones. Estos objetos son fundamentales para comprender los procesos que ocurren en los límites entre los planetas gigantes y las estrellas.

WISE 0855−0714: Un objeto potencialmente errante
WISE 0855−0714 es un objeto intrigante situado a aproximadamente 7.4 años luz del Sol. Descubierto en 2014, su masa se estima entre 3 y 10 veces la de Júpiter, lo cual no permite clasificarlo ni siquiera como una enana marrón. Esta característica sugiere que podría tratarse de un planeta errante, un cuerpo que fue expulsado de su sistema estelar original y ahora se mueve libremente por la galaxia.
A pesar de su relativa cercanía, se sabe muy poco sobre WISE 0855−0714. Su baja temperatura y luminosidad hacen que sea un desafío para los astrónomos obtener datos detallados. Sin embargo, su estudio es crucial para comprender la diversidad de objetos que existen en el universo y los procesos que llevan a la formación de planetas errantes.
El descubrimiento de WISE 0855−0714 ha abierto nuevas preguntas sobre la naturaleza de estos objetos y su frecuencia en la galaxia. A medida que la tecnología avanza, es probable que se descubran más planetas errantes, proporcionando una visión más completa de la dinámica estelar y planetaria.
Wolf 359: Una de las estrellas menos masivas
Wolf 359 es una enana roja situada a 7.86 años luz del Sol, conocida por ser una de las estrellas menos masivas y menos luminosas. Con una masa inferior a 100 veces la de Júpiter, su temperatura superficial es lo suficientemente baja como para permitir la formación de compuestos químicos como vapor de agua y óxido de titanio en su atmósfera.
A pesar de su baja luminosidad, Wolf 359 ha sido objeto de numerosos estudios debido a su proximidad y características únicas. Su atmósfera rica en compuestos químicos ofrece una oportunidad para estudiar la física de las enanas rojas y los procesos que ocurren en sus atmósferas.
La cercanía de Wolf 359 a nuestro sistema solar también la convierte en un objetivo potencial para la búsqueda de planetas. Aunque no se han confirmado planetas hasta la fecha, su estudio continúa siendo una prioridad para los astrónomos que buscan comprender mejor la diversidad de sistemas estelares en la galaxia.
Gliese 411: Una enana roja con planetas conocidos
Gliese 411, también conocida como Lalande 21185, es una enana roja situada a 8.3 años luz del Sol. Con una masa unas 400 veces superior a la de Júpiter, es una de las enanas rojas más luminosas conocidas. Su magnitud aparente de 7.5 hace que sea visible con binoculares modestos, lo que la convierte en un objeto accesible para los astrónomos aficionados.
Se han identificado dos planetas orbitando alrededor de Gliese 411, con la posibilidad de un tercero. Estos planetas son más masivos que la Tierra, con masas comprendidas entre la terrestre y la de Urano, y se encuentran fuera de la zona habitable de la estrella. A pesar de ello, su estudio proporciona información valiosa sobre la formación y evolución de los sistemas planetarios alrededor de enanas rojas.
La cercanía de Gliese 411 y la presencia de planetas la convierten en un objetivo interesante para futuras misiones de exploración. La investigación continua de este sistema podría revelar más detalles sobre la habitabilidad potencial de los planetas que orbitan enanas rojas.

Sirio A y B: Un sistema estelar masivo y brillante
Estas estrellas son con diferencia las más masivas y brillantes de la lista. Sirio A acumula el doble de masa que el Sol y es la estrella más brillante del cielo nocturno, ayudada sin duda por su distancia de tan solo 8’71 años luz. A su alrededor orbita una enana blanca con una masa similar a la de nuestra estrella pero del tamaño del planeta Tierra, lo que la hace mucho menos brillante, y por eso no fue descubierta hasta 1862, siendo la estrella principal conocida desde la antigüedad.
No se han detectado planetas alrededor del sistema Sirio, aunque dada la masa que acumula el sistema, se cree que podrían haberse formado cuerpos subestelares. La posibilidad de que estos cuerpos hayan sobrevivido hasta nuestros días sigue siendo un área activa de investigación, y futuras observaciones podrían arrojar más luz sobre este fascinante sistema.
Referencias:
- Kervella, P.; Thévenin, F.; Lovis, C. (2017). "Proxima's orbit around α Centauri". Astronomy & Astrophysics. 598: L7. doi:10.1051/0004-6361/201629930
- Luhman, K. L. (2013). "Discovery of a Binary Brown Dwarf at 2 pc from the Sun". The Astrophysical Journal Letters. 767 (1): L1. doi:10.1088/2041-8205/767/1/L1
- Golovin, Alex; et al (November 2022). "The Fifth Catalogue of Nearby Stars (CNS5)". Astronomy & Astrophysics. 670: A19. doi:10.1051/0004-6361/202244250
- Luhman, Kevin L. (2014). "Discovery of a ~250 K Brown Dwarf at 2 pc from the Sun". The Astrophysical Journal Letters. 786 (2): L18. doi:10.1088/2041-8205/786/2/L18