La entrada hipersónica más especial de la historia

La reentrada de la cápsula de OSIRIS-REx no solo trajo consigo fragmentos de un asteroide distante, sino que también proporcionó una rica fuente de datos sobre la reentrada hipersónica.
Preparando la sonda OSIRIS.REx

El 24 de septiembre de 2023, la comunidad científica y los entusiastas de la exploración espacial tuvieron la oportunidad de presenciar un evento extraordinario: el regreso de la cápsula de OSIRIS-REx, portadora de fragmentos de un asteroide lejano. Este acontecimiento no solo marcó el quinto retorno de muestras no lunares de la NASA, sino que también ofreció una ventana única para desentrañar los misterios del Sistema Solar y explorar las posibles conexiones entre los asteroides y los ingredientes clave para la aparición de la vida en la Tierra.

Más allá de una misión

Desde su lanzamiento en septiembre de 2016, OSIRIS-REx tenía un objetivo claro: estudiar el asteroide Bennu. Este asteroide, con sus 490 metros de ancho, se convirtió en objeto de estudio para la NASA por su potencial para proporcionar inestimable información sobre los orígenes del Sistema Solar. Bennu, clasificado como un asteroide de tipo B debido a su superficie oscura y composición carbonácea, es una especie de cápsula del tiempo, pues conserva detalles prístinos de la formación del sistema solar.

Recreación de la llegada de Osiris a Bennu. Foto: NASA

El administrador de la NASA, Bill Nelson, reveló que las rocas y el polvo recopilados por OSIRIS-REx contienen un tesoro cósmico: agua y una cantidad significativa de carbono. Con una concentración de carbono cercana al 5%, estas muestras destacan como una de las mayores concentraciones de carbono estudiadas en un asteroide. Este hallazgo no solo revela el éxito de la misión, superando con creces el objetivo de traer 60 gramos de arena y piedras (la cápsula llegó con 250 gramos), sino que también sugiere que los asteroides como Bennu podrían haber desempeñado un papel crucial al depositar en nuestro planeta los ingredientes fundamentales para la vida en la Tierra.

Regreso triunfal e hipersónico

El momento clave fue la reentrada de la cápsula en la atmósfera terrestre sobre el oeste de los Estados Unidos. La física Jennifer Inman y su equipo en el Centro de Investigación Langley de la NASA jugaron un papel crucial en una operación que se ha convertido en el evento hipersónico más instrumentado de la historia, con aviones, globos, sismómetros y otros equipos alineados a lo largo de la trayectoria, incluyendo aquellos que se dedican a capturar datos vitales sobre los fenómenos que acompañan a los meteoritos cuando chocan con la atmósfera.

Los datos recopilados durante la reentrada han ofrecido una visión sin precedentes de la aerodinámica de las cápsulas espaciales y la eficacia de los escudos térmicos. La información resultante podría ser fundamental para futuras misiones espaciales, proporcionando valiosos conocimientos sobre las condiciones en las que las misiones de alta velocidad regresan del espacio.

Preparando la sonda OSIRIS.REx. Foto: NASA

OSIRIS-REx y su odisea en Bennu

La misión OSIRIS-REx se lanzó el 8 de septiembre de 2016 y llegó a Bennu el 3 de diciembre de 2018. Durante los dos años siguientes, la sonda analizó la superficie del asteroide para seleccionar el sitio más adecuado para la extracción de muestras.

Recogida de muestras de Bennu. Foto: NASA

La maniobra de muestreo, realizada en octubre de 2020, fue un momento crucial de la misión. La nave extendió su mecanismo de recogida de muestras, conocido como TAGSAM, hacia la superficie de Bennu y disparó un chorro de gas nitrógeno. Esto levantó rocas y polvo desde medio metro por debajo de la superficie del asteroide, y esta mezcla se dirigió hacia el cabezal del TAGSAM. La muestra recogida, que superó significativamente el objetivo de 60 gramos, se espera que proporcione información crucial sobre la composición y evolución de Bennu.

Bennu: una joya cósmica

Bennu fue seleccionado como el objetivo de estudio debido a su clasificación como un "asteroide tipo B" y su potencial como una cápsula del tiempo cósmica. Este asteroide oscuro y carbonáceo es considerado primitivo, habiendo experimentado cambios geológicos mínimos desde su formación. Su superficie alberga materiales carbonáceos que son esenciales para las moléculas orgánicas y la vida tal como la conocemos.

Osiris acercándose a Bennu. Foto: NASA

El valor de Bennu como objeto de estudio radica en su potencial para arrojar luz sobre el origen del Sistema Solar y de los elementos que dieron lugar a la vida en la Tierra. Así, moléculas orgánicas como los aminoácidos, que han sido identificadas en muestras de meteoritos y cometas, sugieren que los bloques básicos para la vida pueden sintetizarse de manera natural en el espacio exterior.

El impacto de OSIRIS-REx

El costo de la misión OSIRIS-REx se estima en aproximadamente 800 millones de dólares, excluyendo el lanzador Atlas V, que representa alrededor de 183,5 millones de dólares adicionales. Esta misión forma parte del programa New Frontiers de la NASA y sigue los pasos de otras misiones planetarias notables como Juno y New Horizons.

La misión OSIRIS-REx no solo marca un hito como la primera nave espacial de los Estados Unidos en regresar con muestras de un asteroide, sino que también contribuye al entendimiento de la seguridad planetaria. La posibilidad, aunque pequeña, de que Bennu impacte la Tierra en el próximo siglo fue lo que llevó a la NASA a considerar este asteroide como objetivo crucial para la misión OSIRIS-REx.

Más allá de Bennu: la misión OSIRIS-APEX

El éxito de OSIRIS-REx no significa el fin de la exploración. La cápsula, lejos de descansar, se prepara para embarcarse en una nueva misión llamada OSIRIS-APEX. Esta siguiente fase llevará la sonda hacia el asteroide Apophis, otro objeto cercano a la Tierra. Aunque no se espera que Apofis colisione con nuestro planeta, su estudio ofrece una oportunidad única para comprender la diversidad de los objetos cercanos a la Tierra y su impacto potencial en la seguridad planetaria.

Hay asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra. Foto: Istock

La misión OSIRIS-APEX está diseñada para extender el éxito de OSIRIS-REx a otro objeto del cinturón de asteroides. Apofis, conocido por su órbita cercana a la Tierra, será sometido a un análisis detallado para comprender su composición y estructura. Este paso adicional en la exploración espacial no solo enriquecerá nuestro conocimiento del sistema solar, sino que también podría ofrecer ideas sobre la evolución y formación de otros cuerpos celestes.

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