Venus: curiosidades del planeta más caluroso del sistema solar

Las temperaturas extremas de Venus y las nubes ácidas lo convierten en un lugar poco probable para la vida tal y como la conocemos. Pero, ¿qué sabemos de él?
Planeta Venus

Venus es el segundo planeta desde el Sol y nuestro vecino planetario más cercano. Se trata de un mundo muy similar a la Tierra, al menos en estructura y tamaño. Venus gira lentamente en la dirección opuesta a la mayoría de los planetas y su nombre se debe a la antigua diosa romana del amor y la belleza, que podía provocar tanto a dioses como a hombres y conocida como Afrodita por los antiguos griegos.

¿Por qué Venus es el planeta más caluroso del sistema solar?

Desde una distancia promedio de 108 millones de kilómetros, Venus está a 0,7 unidades astronómicas del Sol, por lo que la luz solar tarda 6 minutos en viajar del Sol a Venus (en la Tierra son 8 minutos y 19 segundos). En la Tierra, el efecto invernadero es crucial para mantener temperaturas que permitan la vida, pero en Venus, este fenómeno ha llevado a un calentamiento descontrolado. La atmósfera densa y rica en dióxido de carbono actúa como una manta térmica, atrapando el calor de manera eficiente.

Entre el intenso calor 480 grados Celsius, las corrosivas nubes sulfúricas y una atmósfera aplastante que es 90 veces más densa que la de la Tierra, aterrizar una nave espacial allí es increíblemente desafiante. De las nueve sondas soviéticas que lograron la hazaña, ninguna duró más de 127 minutos. Las temperaturas en la superficie son tan altas que no solo hacen imposible la existencia de agua líquida, sino que también cualquier material común se desintegraría rápidamente. Esto ha llevado a que Venus sea un lugar inhóspito para la vida tal como la conocemos.

Los científicos creen que Venus pudo haber tenido condiciones más templadas en el pasado, con agua en su superficie. Sin embargo, un cambio masivo en su atmósfera, posiblemente debido a actividad volcánica intensa, podría haber desencadenado el efecto invernadero descontrolado que vemos hoy. Este cambio climático radical es un recordatorio de cómo los gases de efecto invernadero pueden transformar un planeta.

Aproximación con IA de cómo las sondas soviéticas pudieron acercarse a Venus. Foto: DALL-E/Daniel Gómez.

El tamaño y estructura de Venus comparado con la Tierra

Venus es un poco más pequeño que la Tierra; tiene un radio de 6.052 kilómetros y su espesa atmósfera atrapa el calor en un efecto invernadero colosal con temperaturas superficiales lo suficientemente altas como para derretir incluso el plomo. A pesar de no ser el planeta más cercano a nuestra estrella, es el más caluroso de nuestro sistema solar.

La estructura interna de Venus es similar a la de la Tierra, con un núcleo metálico, un manto rocoso y una corteza sólida. Sin embargo, la superficie de Venus está cubierta de volcanes y formaciones geológicas que sugieren una actividad volcánica significativa. Se estima que hay más de 1.600 volcanes en Venus, aunque muchos son demasiado pequeños para ser detectados desde la Tierra.

A pesar de estas similitudes estructurales, la atmósfera de Venus y su rotación lo distinguen de la Tierra. La densa atmósfera de dióxido de carbono y la presión extrema en la superficie crean un ambiente que es completamente inhóspito para la vida como la conocemos. Esto hace que Venus sea un objeto de estudio fascinante para los científicos que buscan entender cómo los planetas pueden evolucionar de maneras tan diferentes.

Planeta Venus. Foto: iStock.

Un radio similar y una rotación única

El radio de Venus es similar al de la Tierra, lo que ha llevado a muchos a considerarlo su gemelo planetario. Sin embargo, la rotación de Venus es única entre los planetas del sistema solar. Mientras que la mayoría de los planetas giran en sentido antihorario, Venus gira lentamente en sentido horario, una característica conocida como rotación retrógrada.

Este movimiento inusual ha intrigado a los astrónomos durante décadas. Se cree que un evento catastrófico, como una colisión con un gran cuerpo celeste, podría haber invertido su rotación. Como resultado, un día en Venus dura 243 días terrestres, más tiempo del que tarda en completar una órbita alrededor del Sol, que es de 224,7 días terrestres.

La rotación retrógrada de Venus también significa que el Sol sale por el oeste y se pone por el este, al contrario de lo que ocurre en la Tierra. Esta característica, junto con su atmósfera densa y su efecto invernadero extremo, hace que Venus sea un mundo fascinante y complejo que sigue desafiando nuestra comprensión de los planetas.

Venus en el cielo: ¿Por qué se confundió con dos estrellas diferentes?

Venus ha sido observado por los humanos desde tiempos antiguos, y su brillantez en el cielo ha llevado a muchas civilizaciones a confundirlo con dos estrellas diferentes. Esto se debe a que Venus es visible tanto al amanecer como al atardecer, lo que llevó a los antiguos a llamarlo "Lucifer" cuando aparecía en la mañana y "Vesper" cuando se veía al caer la noche. Esta dualidad en su aparición hizo que muchos pensaran que eran dos cuerpos celestes distintos.

La confusión se aclaró con el tiempo, pero la fascinación por Venus como una de las "estrellas" más brillantes en el cielo nocturno ha persistido. De hecho, Venus es el tercer objeto más brillante en el cielo después del Sol y la Luna, lo que lo convierte en un punto de referencia importante para la navegación y la observación astronómica. Su brillo se debe a la reflexión de la luz solar por sus densas nubes de ácido sulfúrico.

Venus brillando en el firmamento. Foto: Frank Cone/Pexels.

A lo largo de la historia, Venus ha jugado un papel importante en la mitología y la astronomía. Los antiguos griegos lo llamaban "Fósforo" y "Héspero" dependiendo de su aparición matutina o vespertina. Esta fascinación por Venus ha continuado hasta nuestros días, con astrónomos modernos estudiando su atmósfera, su rotación única y su historia geológica para entender mejor este enigmático planeta.

Lucifer y Vesper: la dualidad de Venus

Ha habido formas más curiosas de referirse al astro. La dualidad de Venus como "Lucifer" y "Vesper" es un reflejo de su comportamiento en el cielo. En la antigüedad, la aparición de Venus como una estrella matutina y vespertina llevó a diferentes culturas a darle nombres distintos. "Lucifer", que significa portador de luz, se usaba para describir a Venus cuando aparecía en la mañana, mientras que "Vesper" se refería a su aparición al atardecer.

Esta dualidad fue un misterio para los antiguos astrónomos, quienes no comprendían que ambos nombres se referían al mismo objeto celestial. La confusión se debió en parte a la falta de telescopios y herramientas avanzadas para observar el cielo. Sin embargo, a medida que la astronomía avanzó, se hizo evidente que Venus era un planeta y no dos estrellas diferentes. Esta comprensión ha enriquecido nuestro conocimiento del sistema solar y ha inspirado a generaciones de astrónomos a seguir explorando los misterios del universo.

El planeta de los volcanes: ¿Cuántos volcanes tiene Venus?

Muchos, está plagado de ellos. Venus tiene montañas, valles y decenas de miles de volcanes. La montaña más alta de Venus se llama Maxwell Montes, tiene 8,8 kilómetros de latura, similar a la montaña más alta de la Tierra, el Monte Everest. El paisaje es polvoriento, y las temperaturas de la superficie alcanzan un escaldado de 471 grados Celsius, según la NASA. Hay más volcanes en Venus que en cualquier otro planeta del sistema solar. Los astrónomos conocen más de 1.600 volcanes en su superficie, pero es probable que haya muchos más, demasiado pequeños para que podamos verlos. ¿Estarán algunos activos? Un nuevo estudio publicado en julio de 2020 en la revista Nature Geoscience apunta a que nuestro vecino cósmico aún posee actividad geológica en su interior, al identificar varias formaciones que parecen haber sido creadas por vulcanismo reciente.

Según dicho estudio, el calor interno de Venus juega un papel crucial en la formación de estos volcanes. La actividad volcánica podría haber contribuido al efecto invernadero extremo del planeta al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono en la atmósfera. Estudiar los volcanes de Venus nos ayuda a entender mejor la evolución de los planetas rocosos y los procesos geológicos que los moldean.

Simulación de Venus visto desde el espacio. Foto: Pexels.

¿Tiene anillos? ¿Lunas?

Ni lo uno ni lo otro. No posee ningún satélite natural ni tampoco anillos como los planetas gigantes gaseosos Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. El que cuenta con el sistema de anillo más grande es, sin duda, Saturno. Los anillos de los planetas gaseosos están compuestos principalmente de partículas de hielo y polvo, y su formación está relacionada con la presencia de lunas y la dinámica gravitacional del planeta. La ausencia de anillos en Venus concuerda con su naturaleza como planeta rocoso, pero sigue siendo un área de interés para los astrónomos que estudian la formación y evolución de los sistemas planetarios.

A diferencia de los planetas gigantes, Venus no tiene anillos. Foto: Pexels.

¿Cuándo es el próximo tránsito de Venus?

Este evento astronómico tiene lugar cuando Venus pasa directamente entre el Sol y la Tierra; pero la distancia y el tamaño aparente de Venus hacen que solo pueda verse como un pequeño punto negro que atraviesa la cara visible del Sol durante un tiempo de entre 5 y 8 horas. Ver tránsitos de Venus es un fenómeno bastante raro pues, mientras Mercurio cruza el sol cada 13 a 14 años, los tránsitos de Venus menos frecuentes.

La órbita del planeta es casi un círculo perfecto, pero está ligeramente inclinada en relación con el camino de la Tierra alrededor de nuestra estrella. Esto significa que es increíblemente difícil para el Sol, Venus y la Tierra alinearse de la manera correcta. La última vez que ocurrió un tránsito de Venus fue en 2012, y no volverá a suceder hasta 2117.

¿Hay agua en Venus?

Muchos científicos creen que alguna vez existió agua en la superficie de este tórrido planeta. Un cambio masivo en la superficie del planeta, hace unos 700 millones de años, causó un efecto invernadero. Los futuros exploradores de Venus buscarán evidencia de un antiguo océano. ¿Cuándo será eso? La NASA está estudiando precisamente dos misiones a Venus aparte de una visita a las lunas heladas del sistema solar. Se trata de una iniciativa, el programa Discovery, encaminado a visitar lugares poco conocidos y repletos de enigmas.

Renderización de un robot de la NASA. Foto: Pixabay.

La búsqueda de evidencia de agua pasada en Venus continúa, y futuras misiones espaciales podrían arrojar más luz sobre este misterio. Comprender la historia climática de Venus no solo nos ayuda a conocer mejor nuestro vecino planetario, sino que también ofrece lecciones valiosas sobre el clima y la habitabilidad de los planetas en general.

La transformación de Venus y el efecto invernadero

La transformación de Venus de un planeta potencialmente habitable a uno inhóspito es un ejemplo dramático de los efectos del cambio climático a escala planetaria. Originalmente, Venus pudo haber tenido condiciones similares a las de la Tierra, con agua líquida en su superficie. Sin embargo, un cambio en su atmósfera, posiblemente impulsado por la actividad volcánica, llevó a un efecto invernadero descontrolado.

Este efecto invernadero extremo es el resultado de una atmósfera rica en dióxido de carbono que atrapa el calor solar. Las temperaturas en la superficie de Venus son ahora lo suficientemente altas como para derretir plomo, y la presión atmosférica es 90 veces mayor que la de la Tierra. Estos cambios han hecho que Venus sea un lugar inhóspito para la vida tal como la conocemos.

Exploración espacial: ¿Cuántas visitas ha recibido Venus?

A lo largo de la historia de la exploración espacial, Venus ha sido un objetivo importante para las misiones de varias agencias espaciales. Más de 40 naves espaciales han visitado Venus, proporcionando una gran cantidad de información sobre su atmósfera, superficie y características geológicas. Sin embargo, las condiciones extremas del planeta han hecho que estas misiones sean desafiantes.

Las misiones soviéticas Venera fueron las primeras en aterrizar con éxito en la superficie de Venus y transmitir datos. Aunque estas sondas solo pudieron operar durante un tiempo limitado debido al calor y la presión, proporcionaron imágenes y mediciones valiosas. La misión Magallanes de la NASA, lanzada en los años 90, cartografió la superficie de Venus utilizando radar, revelando detalles sobre su topografía y actividad volcánica.

Modelo 3D del volcán Sif Mons de la NASA. Foto: NASA/JPL

Actualmente, la misión Akatsuki de la Agencia Espacial Japonesa está orbitando Venus, estudiando su atmósfera y clima. A pesar de los desafíos, el interés en la exploración de Venus sigue siendo fuerte, y futuras misiones podrían proporcionar información crucial sobre el pasado y el presente de este planeta fascinante.

¿Venusiano o veneriano?

Estamos habituados a utilizar la palabra venusiano para referirnos a todo lo que tenga relación el planeta Venus o al mismo planeta. Sin embargo, siguiendo las normas del latín (del latín "venereus, venerius", "relacionado con la diosa Venus") , deberíamos decir "veneriano" como adjetivo para describir a todo lo relacionado con Venus. Sin embargo, debido a su cercanía con la palabra "venéreo" en nuestro idioma que hace alusión a una enfermedad que se transmite por contacto sexual, se utiliza masivamente el término "venusiano".

Las nubes de Venus: ¿Por qué son tan densas y peligrosas?

Las nubes de Venus tienen gotas de ácido sulfúrico y son muy densas, de ahí que no podamos ver la superficie del planeta. Sus espesas nubes también evitan que la luz del sol llegue a la superficie del planeta. Esto significa que el suelo de la Tierra recibe más luz solar que el suelo de Venus a pesar de que la Tierra está más lejos del Sol. Su densa atmósfera también ralentiza tanto la entrada de objetos como meteoros o asteroides que se queman o se descomponen en la atmósfera antes de llegar al suelo.

La comprensión de las nubes de Venus es crucial para los científicos que estudian la dinámica atmosférica y el clima planetario. Estas nubes ofrecen una oportunidad única para investigar cómo los procesos químicos y físicos interactúan en condiciones extremas. Además, el estudio de las nubes de Venus podría proporcionar información valiosa para la búsqueda de vida en otros planetas con atmósferas densas y nubladas.

Refrencias:

  • Brasser, R. Clues to late accretion from Venus’s atmosphere. Nat. Geosci. 13, 258–259 (2020). https://doi.org/10.1038/s41561-020-0564-7
  • Titov, D.V., Ignatiev, N.I., McGouldrick, K. et al. Clouds and Hazes of Venus. Space Sci Rev 214, 126 (2018). https://doi.org/10.1007/s11214-018-0552-z

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