"Somos nuestro cerebro, por eso nos cuesta tanto hablar de sus enfermedades": dos referentes de la ciencia en España exploran el vínculo entre neurociencia y cáncer

En el marco del ciclo ‘Conversaciones con ciencia’ de la Fundación Banco Sabadell, el Dr. Joan Seoane y el Dr. Óscar Marín comparten su visión sobre la conexión entre desarrollo cerebral, enfermedades oncológicas y el poder de la ciencia.
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La ciencia no avanza en línea recta. Lo hace en zigzag, entre laboratorios y hospitales, entre hipótesis y hallazgos inesperados. Y también entre personas: investigadores que cruzan caminos, comparten dudas, y terminan descubriendo que sus disciplinas, por distintas que parezcan, están unidas por una misma pregunta esencial: ¿cómo entendemos lo que somos para poder curar lo que nos duele?

Esa es la impresión que deja el encuentro entre el Dr. Joan Seoane, experto en oncología molecular, e investigador ICREA en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), y el Dr. Óscar Marín, profesor de Neurociencia en el King's College de Londres y director del MRC Centre for Neurodevelopmental Disorders. Ambos galardonados con el Premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Biomédica -Seoane en 2009, Marín en 2008- se reunieron para conversar sobre cómo la ciencia está ganando terreno al cáncer, pero también sobre vocación, retorno del talento, mentoría y el valor de creer en el largo plazo.

Cuando la ciencia empieza con una vocación

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Dr. Joan Seoane.

Desde pequeño, Joan Seoane sentía fascinación por entender los mecanismos invisibles del cuerpo humano. "Me preguntaba por qué los músculos se contraen o cómo vemos. La ciencia era eso: descubrir lo que no se ve", cuenta. Su trayectoria lo llevó desde un doctorado centrado en la diabetes hasta Nueva York, al prestigioso Memorial Sloan Kettering, donde descubrió su vocación definitiva: investigar los mecanismos moleculares del cáncer.

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Dr. Óscar Marín.

Óscar Marín también salió fuera: San Francisco fue su destino postdoctoral. De esa etapa rescata no solo el rigor, sino la cultura científica: "Ver cómo se hace ciencia en diferentes partes del mundo te enriquece y te ayuda a decidir qué tipo de científico quieres ser", declara. Coinciden en que volver a España supuso un reto de adaptación, pero también un acto de compromiso con la ciencia hecha aquí, y con su potencial.

Una charla inspiradora dentro de la serie 'Conversaciones con ciencia'

Este encuentro forma parte de la serie de entrevistas organizadas por la Fundación Banco Sabadell con motivo del 20º aniversario de sus Premios a la Investigación Biomédica. Bajo el título “Cómo la ciencia le está ganando terreno al cáncer”, el Dr. Joan Seoane y el Dr. Óscar Marín comparten su visión sobre el futuro de la ciencia, el valor de la mentoría y la importancia de una sociedad que entienda y apoye la investigación. Su conversación se suma a otras seis entrevistas donde distintos galardonados reflexionan sobre sus trayectorias y el impacto social de su trabajo. Puedes ver esta charla completa aquí:

El reto de investigar un enemigo que no deja de cambiar

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Dr. Joan Seoane.

Joan Seoane subraya que el cáncer es una enfermedad difícil de tratar precisamente porque no es estática. Explica que

“El cáncer es un proceso evolutivo. Está constantemente adaptándose al ambiente, incluyendo los tratamientos. Y la célula que mejor se adapta, sobrevive”.

Esa plasticidad lo convierte en un adversario escurridizo, capaz de resistir incluso las terapias más avanzadas.

Además, este comportamiento tiene un paralelismo con la forma en que se desarrolla el cerebro. “Ambos sistemas son dinámicos, moldeables y responden a su entorno. Eso hace que pequeños cambios tengan consecuencias enormes”, señala Seoane. En su trabajo, esa visión evolutiva es clave para diseñar nuevas estrategias, como la inmunoterapia, que intenta activar las propias defensas del cuerpo para combatir el tumor.

La complejidad del cerebro y su impacto en la investigación

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Dr. Óscar Marín.

Óscar Marín insiste en que las enfermedades neurológicas siguen siendo una gran desconocida tanto para la medicina como para la sociedad.

“Somos nuestro cerebro. Por eso, cuando hablamos de sus enfermedades, nos cuesta más. Es como hablar de quiénes somos”.

Esta conexión íntima entre mente y salud cerebral añade un componente emocional al abordaje clínico, y también complica su visibilidad social.

Desde su experiencia como neurocientífico, Marín investiga cómo pequeñas alteraciones en el desarrollo cerebral pueden derivar en trastornos como el autismo o la esquizofrenia. Comenta que:

“El cerebro está diseñado para adaptarse, aprender, olvidar. Esa plasticidad, que nos hace únicos, también es lo que hace tan difícil entender sus fallos”.

A esta dificultad se suma un reto adicional: la falta de comprensión pública y de recursos adecuados para avanzar con la misma velocidad que en otros campos, como la oncología.

La ciencia como proyecto colectivo (y emocional)

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Dr. Óscar Marín (izquierda) y Dr. Joan Seoane (derecha).

Además de investigadores de referencia, Seoane y Marín son mentores de nuevas generaciones. Ambos recuerdan con emoción a sus primeros maestros -Seoane, al Dr. Joan Massagué; Marín, a figuras como Ángela Nieto o John Rubenstein- y reivindican la importancia de transmitir no solo conocimiento, sino valores: pensamiento crítico, humildad intelectual, curiosidad sin límite.

Para Seoane, el impulso emprendedor también forma parte de esa misión. Su experiencia liderando la empresa Mosaic Biomedicals refleja su apuesta por trasladar la ciencia al paciente lo antes posible. Este asegura que

"No es solo descubrir, es transformar".

Y Marín lo resume con una imagen poderosa:

"Este trabajo nunca envejece, porque cada año llegan jóvenes al laboratorio que te enseñan tanto como tú a ellos".

Una llamada al compromiso social

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Dr. Joan Seoane (izquierda) y Dr. Óscar Marín (derecha).

El encuentro muestra algo más que el estado de la ciencia biomédica en España: revela un compromiso profundo con la sociedad. Ambos investigadores subrayan la necesidad de un ecosistema donde el conocimiento, la filantropía y la participación ciudadana trabajen juntos. Como recuerda Marín:

"La sociedad debe entender que lo que hacemos es para ellos, y exigir que se apoye la investigación".

Con motivo del 20 aniversario de los Premios a la Investigación Biomédica, esta conversación entre dos referentes ofrece una lección de ciencia viva: rigurosa, transversal, cargada de preguntas aún sin respuesta. Pero también deja un mensaje claro: la investigación no es solo técnica, es profundamente humana.

Porque, como ellos mismos reconocen, “somos esencialmente nuestro cerebro”. Y cuidarlo, conocerlo, protegerlo -desde la biología, desde la clínica, desde la ética- es una tarea colectiva que apenas empieza.

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