El libro de Alan Turing que estabas esperando: desde la teoría de juegos hasta el nacimiento de la inteligencia artificial

Un homenaje imprescindible a la mente brillante de Alan Turing, donde los juegos, la lógica y la intuición se entrelazan para dar forma al nacimiento de la inteligencia artificial.
El libro de Alan Turing que estabas esperando: desde la teoría de juegos hasta el nacimiento de la inteligencia artificial. Fuente: ChatGPT / E. F.

Alan Turing es uno de esos nombres que brillan con luz propia en la historia de la ciencia y la tecnología. Matemático brillante, héroe de guerra y víctima de una injusticia histórica, Turing no solo ayudó a descifrar los códigos nazis durante la Segunda Guerra Mundial: sentó las bases de la computación moderna y de lo que hoy conocemos como inteligencia artificial. Su vida, marcada por la genialidad y la tragedia, sigue inspirando a generaciones de científicos y pensadores.

Ahora, bajo la coordinación del divulgador científico Daniel Torregrosa, se publica un volumen que rinde homenaje a este genio irrepetible: Alan Turing: el legado de un genio. Esta obra recorre la vida y el legado de Turing, combinando rigor y accesibilidad para ofrecernos un retrato cercano y vibrante. Un libro que no solo reivindica su figura, sino que nos invita a descubrir cómo su mente visionaria sigue modelando nuestro presente y futuro tecnológico. Y puedes leer un capítulo completamente gratis aquí. También una entrevista en exclusiva al coordinador.

Turing y los juegos: mucho más que entretenimiento

Alan Turing no veía los juegos como meros pasatiempos. Para él, eran una vía de exploración profunda sobre el pensamiento lógico, la estrategia y la inteligencia. En su mundo, jugar era también investigar. ¿Qué patrones siguen los jugadores? ¿Puede una máquina aprender a jugar como un humano? Estas preguntas, que podrían sonar a simple curiosidad, escondían una revolución en ciernes.

Desde joven, Turing se interesó en los juegos de estrategia. El ajedrez fue uno de sus favoritos. No por la competición, sino por su capacidad para representar procesos de decisión complejos. Cada jugada era un pequeño experimento mental sobre cómo resolver problemas y anticiparse a lo inesperado.

Alan Turing. Fuente: Wikipedia

El primer programa de ajedrez… sin computadora

Entre 1945 y 1948, Turing empezó a trabajar en uno de sus proyectos más visionarios: escribir un programa de ajedrez que pudiera ser ejecutado por una máquina. Pero había un pequeño problema: todavía no existía ningún ordenador suficientemente potente para correrlo. Así que, en un acto de pura fe en el futuro, Turing diseñó el programa en papel.

Imaginó cada movimiento, cada regla y cada posible respuesta del oponente. Era como si jugara una partida simultánea contra sí mismo, siguiendo las instrucciones de un algoritmo invisible. Aunque su programa nunca llegó a ejecutarse en su época, sembró la semilla de lo que décadas después sería el ajedrez informático.

Esta apuesta por anticipar lo que todavía no existía es uno de los rasgos más fascinantes de la mente de Turing.

Juegos de imitación: ¿pueden pensar las máquinas?

Uno de los experimentos mentales más famosos de Turing fue el "juego de imitación", que propuso en su célebre artículo de 1950 "Computing Machinery and Intelligence". La idea era sencilla, pero revolucionaria: si una máquina podía conversar de manera indistinguible de un ser humano, ¿no deberíamos considerarla inteligente?

En este "juego", un interrogador debía adivinar cuál de dos participantes era una máquina y cuál un humano, basándose únicamente en sus respuestas escritas. Si no podía diferenciarlos con certeza, entonces la máquina habría "ganado".

Este planteamiento sentó las bases de lo que hoy llamamos el Test de Turing y sigue siendo una referencia clave en los debates actuales sobre inteligencia artificial.

Fuente: ChatGPT / E. F.

La fascinación por el azar y los patrones

Turing también se interesó profundamente por el azar en los juegos. Sabía que no todo era lógica pura: el factor sorpresa, el caos aparente, eran esenciales en muchas estrategias. Analizó juegos como el póker o el bridge, donde el azar y la psicología juegan un papel fundamental.

Se preguntaba si una máquina podía aprender a lidiar con la incertidumbre, a adaptarse cuando las reglas no eran completamente claras o la información era incompleta. Estas preguntas, adelantadas a su tiempo, anticipan los retos actuales de la inteligencia artificial, desde los algoritmos de aprendizaje automático hasta los sistemas de toma de decisiones bajo incertidumbre.

¿Puede un ordenador ganar siempre?

Turing no era ingenuo: sabía que, en muchos juegos, ganar siempre no es una opción realista, ni siquiera para una máquina. Lo interesante, pensaba, era otra cosa: diseñar programas capaces de mejorar con la experiencia, que aprendieran de sus errores.

Hoy en día, conceptos como el "machine learning" y las "redes neuronales" nos parecen familiares, pero en los años 40 y 50, Turing estaba plantando las primeras semillas de estas ideas. Su visión de una máquina que no solo ejecuta órdenes, sino que evoluciona, fue una intuición brillante que tardaría décadas en ser plenamente desarrollada.

De los juegos al futuro de la inteligencia artificial

Para Turing, los juegos eran mucho más que entretenimiento: eran modelos simplificados del mundo real. Espacios controlados donde poner a prueba la lógica, la intuición y la creatividad. Cada partida era un laboratorio en miniatura.

Al analizar cómo pensamos y decidimos en los juegos, Turing vislumbró las posibilidades —y los desafíos— de crear máquinas verdaderamente inteligentes. No se trataba solo de calcular más rápido que un humano, sino de imitar procesos tan complejos como la intuición, la creatividad o incluso el sentido común.

Ese enfoque visionario sigue siendo la piedra angular de la inteligencia artificial moderna.

Un legado que sigue creciendo

Hoy, cuando sistemas de inteligencia artificial ganan campeonatos de ajedrez o de Go, o cuando interactuamos con asistentes virtuales capaces de mantener conversaciones naturales, es imposible no pensar en Alan Turing.

Su trabajo pionero nos recuerda que la inteligencia —ya sea humana o artificial— no se mide solo en términos de respuestas correctas, sino en la capacidad de adaptarse, aprender y sorprender. Y todo eso, Turing empezó a explorarlo jugando.

Este nuevo libro coordinado por Daniel Torregrosa no solo celebra la vida de un genio, sino que también invita a descubrir cómo, en la sencillez de un juego, Alan Turing encontró las claves para descifrar el futuro.

Alan Turing

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