Unas 14 horas después de la última comida, el cerebro dispara el hambre, una sensación que a veces viene acompañada de una impresión de estiramiento o torsión en la boca del estómago que se conoce como punzadas de hambre. Están causadas por los llamados movimientos peristálticos gástricos, cuya función principal es facilitar el tránsito de los alimentos por el aparato digestivo y ayudar a mezclarlos en el estómago. Estos movimientos de vaivén se alteran cuando el estómago permanece varias horas vacío. Aparecen unas contracciones intensas y rítmicas, llamadas contracciones del hambre, que se vuelven extremadamente potentes hasta fusionarse para provocar una contracción continua y dolorosa que suele durar de 2 a 3 minutos.
Para ser exhaustivo, la sensación de dolor de estómago cuando tienes hambre no es directamente causada por la falta de comida, sino por la liberación de ciertas sustancias en el estómago que ocurren cuando el sistema digestivo se encuentra vacío. Cuando pasa un tiempo considerable sin ingerir alimentos, el cuerpo comienza a liberar hormonas como la grelina, conocida como la "hormona del hambre". Esta hormona estimula la sensación de hambre y también puede aumentar la acidez gástrica, lo que puede contribuir a la sensación de malestar o dolor en el estómago.