¿Hay lagartos venenosos?

Solamente existen dos especies de lagartos venenosos y ambas pertenecen al género Heloderma: el monstruo de Gila (H. suspectum), de los desiertos de Sonora y Arizona, en EE UU, y particularmente común en la cuenca del río que lleva su nombre, en México; y la lagartija de cuentas (H. horridum), que habita más hacia el […]
¿Hay lagartos venenosos?

Solamente existen dos especies de lagartos venenosos y ambas pertenecen al género Heloderma: el monstruo de Gila (H. suspectum), de los desiertos de Sonora y Arizona, en EE UU, y particularmente común en la cuenca del río que lleva su nombre, en México; y la lagartija de cuentas (H. horridum), que habita más hacia el sur en los desiertos del oeste mexicano. Poseen un veneno que segregan por las glándulas situadas en la mandíbula inferior y que fluye al exterior a través de unos surcos presentes en los dientes. La mordedura es letal para sus presas y peligrosa e incluso mortal para el ser humano.

¿Existen lagartos venenosos? Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz. - ChatGPT / Eugenio Fdz.

El monstruo de Gila

El monstruo de Gila es una especie de lagarto venenoso que se encuentra principalmente en los desiertos de Sonora y Arizona, en el suroeste de los Estados Unidos. Es particularmente común en la cuenca del río Gila, de donde recibe su nombre. Este lagarto prefiere ambientes áridos y semiáridos, habitando áreas con matorrales desérticos, cactus, y formaciones rocosas. Se siente cómodo en zonas con temperaturas extremas, pero es más activo durante las estaciones más templadas del año, cuando las condiciones son menos severas.

Imagen artística e irreal de un monstruo de Gila. Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz. - ChatGPT / Eugenio Fdz.

El monstruo de Gila es un lagarto robusto que puede alcanzar longitudes de hasta 60 centímetros y pesar más de 1 kilogramo. Su cuerpo está cubierto de escamas gruesas y granuladas de coloración variada, que va desde el negro hasta tonos anaranjados y rosados, formando patrones que le permiten camuflarse en su entorno desértico. Estas escamas están compuestas por osteodermos, pequeñas placas óseas que le brindan una protección adicional frente a depredadores y el entorno hostil del desierto.

Este lagarto es de hábitos crepusculares y nocturnos, lo que significa que está más activo durante el amanecer y el atardecer, así como durante la noche. Durante el día, suele refugiarse en madrigueras o bajo las rocas para evitar las altas temperaturas del desierto. Su dieta se compone principalmente de pequeños mamíferos, aves, huevos, y otros reptiles. El monstruo de Gila utiliza su agudo sentido del olfato para localizar a sus presas, y una vez que las encuentra, las inmoviliza con su poderosa mordedura venenosa.

El monstruo de Gila posee glándulas venenosas en su mandíbula inferior, que segregan veneno a través de surcos en sus dientes. Este veneno es una mezcla de proteínas que afecta el sistema nervioso y circulatorio de sus presas, provocando parálisis y muerte en poco tiempo. Aunque no suele atacar a los humanos, una mordedura puede ser extremadamente dolorosa e incluso potencialmente mortal si no se recibe tratamiento adecuado.

La lagartija de cuentas

La lagartija de cuentas, conocida científicamente como Heloderma horridum, habita en las regiones más al sur de los desiertos del oeste de México. Su distribución incluye estados como Sinaloa, Jalisco, Colima y Guerrero, donde se adapta a ambientes secos y semiáridos. A diferencia del monstruo de Gila, la lagartija de cuentas también puede encontrarse en zonas más húmedas dentro de los bosques secos tropicales, lo que demuestra su capacidad de adaptarse a diferentes tipos de hábitat.

magen artística e irreal de una lagartija de cuentas. Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz.

La lagartija de cuentas es similar en tamaño y forma al monstruo de Gila, pues alcanza longitudes de hasta 80 centímetros. Su nombre proviene de las escamas en forma de cuentas que cubren su cuerpo, que varían en color desde el negro hasta el amarillo, formando patrones distintivos que le permiten camuflarse en su entorno natural. Estas escamas, al igual que las del monstruo de Gila, están compuestas por osteodermos, lo cual proporciona una capa de protección contra los depredadores y el ambiente hostil.

Al igual que el monstruo de Gila, la lagartija de cuentas es de hábitos nocturnos y crepusculares. Durante el día, también se refugia en madrigueras o bajo las rocas para evitar el calor extremo. Su dieta es similar, compuesta por pequeños mamíferos, aves, huevos, y otros reptiles. Este lagarto es un cazador oportunista y utiliza su veneno para inmovilizar a sus presas antes de devorarlas. Aunque puede parecer lento y torpe, es un cazador eficiente que rara vez falla en capturar a su presa.

La lagartija de cuentas también posee un veneno potente, secretado por glándulas en su mandíbula inferior. Este veneno es similar al del monstruo de Gila y es utilizado principalmente para cazar y defenderse. Aunque las mordeduras de este lagarto son raras, pueden ser muy peligrosas para los humanos, y causa dolor intenso, hinchazón, y, en casos extremos, pueden ser mortales si no se tratan de inmediato.

Conservación

A pesar del miedo que nos pueda ocasionar la existencia de lagartos venenosos, tanto el monstruo de Gila como la lagartija de cuentas están catalogados como especies amenazadas debido a la pérdida de hábitat y la captura ilegal para el comercio de mascotas. La conservación de estos lagartos es crucial no solo por su rareza y valor ecológico, sino también por su papel en los ecosistemas desérticos. Son depredadores que ayudan a controlar las poblaciones de roedores y otros pequeños animales, por lo que mantienen el equilibrio natural en sus hábitats.

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