Aunque en los países del Mediterráneo las vemos como una plaga, las medusas (al menos, algunas especies) son consideradas un manjar por la cocina oriental: China, Japón, Corea, Tailandia, India, Indonesia y Malasia son grandes consumidores de estos cnidarios, en guisos o en ensaladas. Se come sólo la umbrela (la cabeza), que se deja secar hasta que toma un color amarillo traslúcido. Luego se corta en tiras, que se sirven en diferentes maceraciones y salsas. Algo muy conveniente, porque no tienen demasiado sabor.

Una de las especies más consumidas es Rhopilema esculentum., aunque también la medusa bola de cañón (Stomolophus meleagris) y la medusa mosaico (Catostylus mosaicus)
En 2013, Josep Maria Gili, investigador del CSIC y miembro del Instituto de Ciencias del Mar, destacó la recomendación de incorporar las medusas al menú en el Mediterráneo. No obstante, la única especie de medusa comestible en la zona es la medusa huevo frito (Cotylorhiza tuberculata), que además es muy estacional. Así que, de momento en nuestro país, sería cuanto menos raro encontrarnos medusas en la carta de cualquier chiringuito de playa.