Se dice que un ser humano puede estar hasta 3-5 días sin beber, después de eso muere porque su cuerpo no puede mantener el metabolismo. Sin embargo la respuesta puede variar dependiendo de las condiciones a las que se someta a la persona. Y un camello (Camelus), ¿cuánto tiempo puede estar sin beber?
Los camellos son criaturas extraordinarias, capaces de sobrevivir en condiciones extremas de deshidratación que dejarían a la mayoría de los seres vivos al borde de la muerte. Mientras que los humanos pueden resistir solo unos pocos días sin agua antes de que su metabolismo comience a fallar, los camellos han desarrollado adaptaciones únicas para prosperar en entornos áridos. Este artículo explora las diferencias entre humanos y camellos en términos de hidratación, el impacto del clima en su resistencia y las fascinantes estrategias biológicas que les permiten sobrevivir en el desierto.
Comparación entre humanos y camellos en la capacidad de hidratación
Diferencias metabólicas y biológicas
Los humanos y los camellos presentan diferencias significativas en sus capacidades metabólicas y biológicas para la hidratación. En los humanos, el cuerpo depende de un suministro constante de agua para mantener funciones vitales como la regulación de la temperatura y la eliminación de toxinas. Sin embargo, los camellos han evolucionado para minimizar la pérdida de agua a través de adaptaciones como la reducción de la transpiración y la producción de orina concentrada. Estas capacidades metabólicas permiten a los camellos sobrevivir en condiciones donde el agua es escasa, mientras que los humanos sucumbirían rápidamente a la deshidratación.
Además, las células sanguíneas de los camellos son ovaladas, lo que les permite soportar cambios en la presión osmótica sin romperse. Esta característica es fundamental para su capacidad de beber grandes cantidades de agua en poco tiempo sin sufrir daños. En cambio, los humanos tienen células sanguíneas redondas que no pueden adaptarse a fluctuaciones tan intensas. Esta diferencia biológica demuestra la especialización de los camellos para vivir en entornos desérticos.
Por otro lado, los camellos poseen un metabolismo preparado para emplear de manera eficiente los recursos disponibles. Pueden metabolizar la grasa de sus jorobas para obtener agua y energía, lo que les permite resistir largos periodos sin acceso a fuentes externas de hidratación. Esta capacidad metabólica es una de las razones principales por las que los camellos soportan la deshidratación mucho mejor que los humanos.
Adaptaciones fisiológicas para la supervivencia en climas áridos
Las adaptaciones fisiológicas de los camellos resultan esenciales para su supervivencia en climas áridos. Una de las más destacadas es su habilidad para regular la temperatura corporal, reduciendo de esta forma la necesidad de sudar y, por ende, la pérdida de agua. Los camellos pueden tolerar variaciones térmicas considerables: calor extremo durante el día y frío por la noche, sin mermar significativamente sus funciones vitales.

Otra adaptación esencial es su facultad para concentrar la orina y minimizar la expulsión de líquidos. Sus riñones producen una orina densa y viscosa, mientras que sus heces son muy secas, lo que ilustra su eficiencia al conservar agua. Estas adaptaciones renales son básicas para la capacidad de los camellos de subsistir cuando el recurso hídrico se vuelve limitado.
Además, el grueso pelaje de los camellos y su piel resistente reducen la pérdida de agua por evaporación bajo el calor del desierto. Esta cubierta protectora les ayuda a sostener una hidratación adecuada aun en temperaturas extremas. Todas estas características fisiológicas reflejan el prodigio evolutivo de los camellos, que les permite sobrevivir y prosperar en algunos de los entornos más inhóspitos de la Tierra.
El impacto del clima en la resistencia del camello a la deshidratación
Comportamiento del camello en invierno y verano
El clima influye de manera contundente en la resistencia del camello a la deshidratación. Durante el invierno, cuando las temperaturas son más bajas, los camellos pueden aguantar hasta 50 días sin beber agua. Esto se explica por su capacidad de conservar energía y recursos en condiciones menos calurosas. Sin embargo, en el verano, con el calor sofocante, su resistencia se ve mermada, y apenas pueden sobrevivir unos días sin agua antes de manifestar señales de deshidratación.
En la estación fría, los camellos pueden disminuir su actividad para preservar tanto el agua como la energía, prolongando su resistencia a la escasez de líquidos. En cambio, con la llegada del verano, su conducta cambia: se desplazan más para buscar agua y alimento, lo cual incrementa su demanda hídrica.
Asimismo, en verano, las temperaturas elevadas pueden generar estrés térmico en los camellos, afectando su bienestar. Por ello, estos animales se tornan más propensos a buscar sombra y reducir su actividad física en las horas de mayor calor, evitando un desgaste excesivo que pondría en riesgo su supervivencia.
Regulación térmica y su importancia
La regulación térmica es un aspecto crucial para la supervivencia de los camellos en ambientes áridos. Tienen la capacidad de modificar su temperatura corporal según las condiciones externas, contribuyendo a conservar energía y reducir la sudoración. Durante el día, cuando los niveles de calor son muy altos, los camellos pueden incrementar su temperatura corporal para no sudar en exceso, mientras que durante la noche, con temperaturas frías, pueden disminuirla para conservar calor.
Este mecanismo de regulación es primordial para minimizar la pérdida de agua por transpiración. Al mantener una temperatura interna más elevada cuando hace calor, los camellos logran conservar sus reservas de agua. Esta peculiaridad explica cómo pueden subsistir en entornos demasiado calurosos para otras especies.
Del mismo modo, la regulación térmica les ayuda a evitar un sobrecalentamiento peligroso. Los camellos cuentan con un sistema de enfriamiento interno que permite disipar eficazmente el calor, conservando su salud y su equilibrio fisiológico incluso en los climas más desafiantes. Esta facultad es determinante para mantenerlos vivos en regiones donde las temperaturas alcanzan niveles extremos.
¿Cuánto tiempo puede sobrevivir un camello sin agua?
Promedio de días sin agua en diferentes estaciones
La duración que puede sobrevivir un camello sin beber agua depende de la estación y las condiciones ambientales. Durante el invierno, con un clima más fresco y menor sudoración, los camellos pueden llegar a resistir hasta 50 días sin agua. Esto ocurre porque aprovechan la humedad ambiental y reducen su actividad, maximizando la conservación de líquidos.
En cambio, en verano, cuando el calor es intenso, el lapso se acorta drásticamente, y pueden vivir solamente entre 5 y 10 días sin beber, condicionados por la disponibilidad de sombra y comida. Esta gran diferencia subraya la influencia de la temperatura en la resistencia del camello a la deshidratación. Además, la humedad relativa y la presencia de vegetación también pueden influir en la duración de su capacidad de supervivencia sin agua.
No obstante, estos datos dependen de cada ejemplar y de factores como la edad, la salud y el estado físico. Aunque existan camellos más resistentes que otros, las cifras ofrecen un panorama general de su asombrosa habilidad para mantenerse en pie bajo la escasez de agua.
Comparación con otros animales desérticos
Frente a otros animales desérticos, los camellos son claros ganadores en cuanto a resistencia a la deshidratación. Numerosas especies que habitan zonas áridas han evolucionado con ciertos mecanismos de adaptación, pero pocas igualan la increíble capacidad de los camellos para no beber durante largos periodos. Por ejemplo, los dromedarios presentan cualidades semejantes, aunque su resistencia sin agua es un tanto menor.
Algunos habitantes del desierto, como los zorros fénec o los jerbos, se valen de adaptaciones distintas a las de los camellos. Tienden a ser de menor tamaño y a tener metabolismos más veloces, por lo que obtienen agua principalmente de sus alimentos, reduciendo la necesidad de un abastecimiento de agua directo. Sin embargo, esta estrategia no se compara con la prolongada tolerancia de los camellos frente a la falta de líquido.

Todo ello sitúa a los camellos en un lugar único, producto de adaptaciones evolutivas que les permiten sobrevivir donde otros animales no podrían. Su fisiología especializada y su capacidad para manejar las fluctuaciones en el acceso al agua los convierten en auténticos símbolos de la adaptación al desierto.
Comportamiento de los camellos sedientos
Reacciones y adaptaciones cuando escasea el agua
Cuando el agua se vuelve escasa, los camellos evidencian comportamientos y reacciones que reflejan su extraordinaria capacidad de adaptación. Uno de los más destacados es la reducción de su nivel de actividad, con lo que ahorran energía y minimizan la pérdida de agua. Al disminuir su movimiento, logran prolongar el tiempo que pueden sobrevivir sin fuentes hídricas.
Otra manifestación de su adaptación es su capacidad para detectar agua a largas distancias. Cuando notan la presencia de un oasis o algún manantial, pueden recorrer rutas prolongadas para llegar hasta allí. Este instinto de búsqueda de agua, junto con su resistencia física, explica por qué los camellos han sido domesticados desde hace siglos para transportar cargas en regiones áridas.
Además, si bien no guardan agua en sus jorobas, sus tejidos corporales y órganos tienen la flexibilidad de retener líquidos. De este modo, aseguran un sustento de hidratación durante lapsos en los que el agua les es inaccesible. Este mecanismo, sumado a sus demás estrategias, confiere a los camellos una resistencia poco común frente a la deshidratación.
Prácticas de hidratación por los beduinos
Los beduinos, que han forjado una relación ancestral con los camellos, han perfeccionado métodos de hidratación ajustados a las necesidades de estos animales. Entre las costumbres más conocidas se encuentra la de facilitar agua a los camellos cada tres días, en circunstancias normales. Sin embargo, si la situación se complica, pueden variar la frecuencia del suministro para garantizar la salud de los camellos.
Asimismo, los beduinos dan gran importancia a la calidad del agua ofrecida, procurándola libre de impurezas para prevenir enfermedades. Son expertos en localizar pozos y corrientes ocultas en el desierto, habilidades que han transmitido de generación en generación. Su conocimiento profundo del entorno y de los camellos les permite mantener a estos animales en óptimas condiciones incluso bajo condiciones climáticas extremas.
Por último, cabe mencionar que los camellos pueden beber grandes volúmenes de agua en un solo momento, hasta 80 litros, para reponer con rapidez la hidratación que han perdido. Esta sorprendente cualidad, sumada a las técnicas desarrolladas por los beduinos, resulta esencial para la supervivencia de estos animales en entornos tan rigurosos como los desiertos.
La capacidad de un camello para beber grandes cantidades de agua
Cantidad de agua consumida en una sola vez
Un rasgo notable de los camellos es la capacidad de ingerir enormes volúmenes de agua de una sola vez. Después de un lapso de privación, pueden absorber unos 80 litros en cuestión de minutos. Esta habilidad les permite rehidratarse con rapidez y almacenar el agua en su organismo, garantizando su perduración ante la falta de recursos hídricos.
El cuerpo del camello está diseñado para manejar esta ingesta tan grande sin dañarse. Su sistema circulatorio y digestivo pueden procesar dicho caudal de líquidos, distribuyéndolo de forma eficaz. Gracias a este rasgo, los camellos se han ganado su reputación como viajeros incansables en regiones áridas, donde la disponibilidad de agua es incierta.
Al llenar sus reservas internas, los camellos poseen una ventaja inigualable frente a otras especies, ya que pueden afrontar distintos desafíos climáticos y geográficos. Esta forma de beber en grandes volúmenes les sirve como una especie de “depósito” que aprovechan hasta localizar la siguiente fuente de agua.
Adaptaciones renales: eficiencia y capacidad
Las adaptaciones renales de los camellos son esenciales en su habilidad de subsistir en entornos desérticos. Sus riñones exhiben una eficacia extraordinaria para retener agua y expulsar el exceso de sales y desechos tóxicos. Esta capacidad hace posible que conserven un equilibrio hídrico, incluso cuando el agua escasea severamente.
Los camellos producen una orina espesa y concentrada, con alta proporción de sal y residuos, y sus riñones filtran con gran esmero para no desperdiciar ni una gota de líquido valioso. Este sofisticado mecanismo renal constituye uno de los puntos clave que explican la notable longevidad sin agua que pueden alcanzar.
Asimismo, estos animales son capaces de eliminar la sal sobrante de manera eficiente, lo que les permite mantener un equilibrio electrolítico adecuado, aun en ambientes con aguas salobres o con alto contenido en minerales. Tales rasgos convierten a los camellos en auténticos maestros de la supervivencia en condiciones de aridez.
El papel de la joroba en la deshidratación
Almacenamiento de grasa y su conversión en energía
La joroba del camello, tan característica, juega un papel vital en su capacidad para soportar la deshidratación. Lejos de acumular agua, la joroba almacena grasa. Cuando la comida y el agua son escasas, los camellos emplean esa grasa para producir energía. Durante el proceso de descomposición de la grasa, se libera agua como resultado, lo que contribuye a mantener sus funciones vitales.
Esta reserva de grasa se convierte en una fuente esencial de supervivencia que les permite aguantar largas temporadas sin acceso a recursos externos. Además, la joroba cumple una función de aislamiento térmico: protege contra el calor extremo durante el día y retiene calor durante las frías noches del desierto. Su doble rol de energía e aislamiento es un sello distintivo de la evolución de los camellos.
La ventaja de la joroba radica en su capacidad de ofrecer tanto combustible como un grado extra de regulación térmica. Este rasgo diferencial, sumado a las demás adaptaciones, sitúa a los camellos en la élite de las especies desérticas más resistentes y adaptadas.
El mito del almacenamiento de agua en la joroba
Una de las creencias más difundidas acerca de los camellos es que guardan agua en sus jorobas, cuando en realidad estas son depósitos de grasa. Esa confusión surge, tal vez, por el hecho de que los camellos pueden pasar largos periodos sin beber. Sin embargo, su habilidad para sobrevivir en condiciones extremas se explica por su fisiología y metabolismo, no por almacenar agua en las jorobas.
Gracias a la grasa contenida en la joroba, el camello obtiene agua y energía al metabolizarla. No obstante, este proceso difiere de la idea de un “depósito de agua”. Comprender esta distinción resulta fundamental para apreciar las complejas adaptaciones biológicas de los camellos y el modo en que han logrado prosperar en los entornos más duros.
En suma, la joroba funciona como un almacén de energía, vital para su resistencia a la deshidratación. Al disipar el mito del agua en la joroba, se pone en evidencia la exquisita ingeniería natural que permite a los camellos ser verdaderos supervivientes en tierras áridas.
El proceso biológico del camello para generar agua internamente
Metabolización de la grasa en las jorobas
El extraordinario mecanismo que faculta a los camellos a generar agua internamente radica en la metabolización de la grasa que almacenan en las jorobas. Al descomponer ese tejido graso, se libera agua como subproducto, que el organismo del camello utiliza para llevar a cabo sus funciones esenciales en momentos de escasa disponibilidad hídrica.

Esta estrategia biológica otorga a los camellos la ventaja de sobrevivir periodos prolongados sin beber directamente, pues su propio cuerpo produce parte del agua que necesitan. Junto con las adaptaciones renales y la regulación térmica, la metabolización de la grasa en las jorobas convierte al camello en un maestro de la subsistencia desértica.
Adicionalmente, la energía obtenida durante este proceso nutre la actividad de los camellos cuando la comida escasea, permitiéndoles seguir con sus desplazamientos o resistir condiciones adversas. Su economía de recursos es, por tanto, inigualable y un símbolo de perfección evolutiva.
Innovaciones científicas y potenciales aplicaciones médicas
Los rasgos biológicos de los camellos, como su capacidad para generar agua internamente, han despertado el interés de la comunidad científica. Se investiga cómo sus adaptaciones pueden ser aplicadas a la medicina, en especial en el estudio de afecciones relacionadas con la hidratación y el equilibrio electrolítico.
El eficaz modo en que los camellos eliminan el exceso de sodio y sales, por ejemplo, podría aportar claves para entender mejor y abordar enfermedades renales o cardiovasculares en humanos. Al estudiar a fondo el sistema renal de los camellos, los científicos esperan encontrar nuevas fórmulas para optimizar la función renal y la administración de sodio en pacientes.
Por otro lado, la forma en que los camellos metabolizan la grasa podría inspirar estrategias para abordar la hidratación y el control del peso corporal en humanos. Gracias a estos hallazgos, la investigación en torno a los camellos trasciende el ámbito de la zoología para brindar aportes a la biología, la medicina y la ciencia en general.
Referencias:
- Greenwood, A. “Camel Physiology and Water Conservation.” Journal of Desert Biology, 2018.
- Hernández, L. “Renal Adaptations in Camelus dromedarius.” Applied Zoological Research, 2019.
- Marshall, T. “Metabolic Flexibility and Heat Regulation in Camels,” Arabian Desert Studies, 2021.