El flogisto es la teoría científica, ya refutada, que buscaba dar una explicación al proceso de combustión a través de la existencia de una sustancia que tienen los cuerpos susceptibles de sufrir una combustión llamada flogisto, cuya presencia sería la que provocaría que el objeto ardiera. Es considerada como la primera gran teoría de la química moderna y fue postulada por el médico y alquimista (químico) Georg Ernst Stahl a principios del siglo XVIII, basándose en los trabajos previos de su maestro, J. J. Becher.

Historia y origen de la teoría del flogisto
Georg Ernst Stahl y la propuesta inicial del flogisto
Georg Ernst Stahl, nacido en 1660, fue un destacado médico y alquimista cuyo interés por la química lo llevó a desarrollar la teoría del flogisto. Basándose en los trabajos de su maestro Johann Joachim Becher, Stahl propuso que el calor podía presentarse en dos formas: libre y combinado. El flogisto, según su teoría, era el calor en su forma combinada, presente en todos los cuerpos combustibles. Cuando un material ardía, el flogisto se liberaba, transformándose en calor libre y visible. Esta idea fue revolucionaria en su época, pues intentaba ofrecer una explicación unificada para la combustión, un proceso que hasta entonces era poco comprendido.
Stahl postuló que todos los objetos combustibles contenían flogisto y que al quemarse, lo liberaban, dejando atrás residuos que ya no podían arder. Para él, el proceso de combustión no era más que el paso de flogisto de una forma combinada a una forma libre. Esta interpretación simplificaba la comprensión de la combustión, aunque no explicaba todos los fenómenos observados, como el aumento de peso en algunos metales al oxidarse.
El papel de Johann Joachim Becher en la teoría
Johann Joachim Becher, un influyente químico del siglo XVII, fue el precursor de la teoría del flogisto. Aunque no llegó a formularla completamente, sus ideas sobre la composición de los metales y la calcinación sentaron las bases para el trabajo de Stahl. Becher propuso que los metales estaban compuestos por una sustancia que se perdía durante la calcinación, lo que dejó una impronta significativa en el pensamiento de Stahl.
Becher creía que los metales contenían una sustancia que, al ser liberada, dejaba un residuo no metálico, lo que hoy conocemos como óxido. Stahl tomó esta idea y la desarrolló en su teoría del flogisto, sugiriendo que lo que se perdía era precisamente el flogisto. Así, Becher desempeñó un papel crucial en la formación de esta teoría, aunque no vivió para ver su desarrollo completo.
La influencia de Becher en Stahl fue fundamental, ya que proporcionó el marco conceptual sobre el cual Stahl pudo construir su teoría. La colaboración y las ideas compartidas entre ambos científicos ilustran cómo el conocimiento científico se construye a menudo sobre las contribuciones de múltiples mentes.
Conceptos clave de la teoría del flogisto
Definición del flogisto como sustancia inherente
La teoría del flogisto definía esta sustancia como inherente a todos los cuerpos combustibles, un concepto que en su momento parecía ofrecer una respuesta lógica a la combustión. En la visión de Stahl, el flogisto era una sustancia que impregnaba a los materiales inflamables y que, al ser liberada, permitía que estos ardieran. Esta idea de una sustancia universal presente en los cuerpos combustibles fue una de las bases de la teoría.
El flogisto, según Stahl, no solo estaba presente en los materiales que ardían, sino que era la verdadera fuente de la combustión. Esta sustancia, al liberarse, permitía que el fuego se manifestara, dejando tras de sí cenizas y residuos que ya no podían volver a arder. Esta perspectiva simplificaba la comprensión de la combustión, aunque no era capaz de explicar todos los fenómenos observables.
A pesar de la simplicidad de esta teoría, su aceptación fue generalizada durante un tiempo, ya que proporcionaba un marco teórico que parecía coherente con las observaciones de la época. Sin embargo, la falta de evidencia empírica sólida y las inconsistencias en su explicación llevaron a su eventual refutación.
El proceso de combustión según la teoría del flogisto
Según la teoría del flogisto, la combustión era el proceso mediante el cual el flogisto se liberaba de los cuerpos combustibles, transformando el calor combinado en calor libre. Esta transformación era lo que permitía que el fuego se manifestara, un concepto que, aunque erróneo, representó un intento valiente de explicar un fenómeno complejo.
Stahl argumentaba que durante la combustión, el flogisto se desprendía del material, dejando tras de sí residuos que ya no contenían esta sustancia. Estos residuos, como las cenizas, no podían volver a arder porque habían agotado su contenido de flogisto. Este enfoque ofrecía una explicación sencilla para la combustión, aunque no podía dar cuenta de todos los aspectos observables del proceso.
La teoría del flogisto también sugería que para revertir el proceso de combustión, era necesario añadir flogisto a los residuos. Por ejemplo, se pensaba que los metales podían ser restaurados a partir de su calcinación mediante la adición de una sustancia rica en flogisto, como el carbón. Esta idea, aunque incorrecta, reflejaba el deseo de los científicos de la época de comprender y manipular los procesos químicos.
Relación entre metales, cal y flogisto
La relación entre metales, cal y flogisto era un aspecto central de la teoría de Stahl. Según su planteamiento, los metales estaban compuestos por flogisto y cal. Durante la calcinación, el flogisto se liberaba, dejando únicamente la cal, un residuo que no podía volver a arder. Esta interpretación ofrecía una explicación para la pérdida de propiedades metálicas durante la combustión.
Stahl creía que para restaurar un metal a partir de su cal, era necesario añadir flogisto. Esta idea se basaba en la observación de que ciertos procesos, como la reducción de minerales metálicos con carbón, podían devolver a los metales su estado original. Aunque esta explicación era incorrecta, reflejaba un intento de comprender las transformaciones químicas y los procesos de oxidación y reducción.
La teoría del flogisto no podía explicar fenómenos como el aumento de peso de los metales al oxidarse, una de las limitaciones que eventualmente llevarían a su refutación. Sin embargo, su enfoque en la relación entre metales, cal y flogisto fue un paso importante en el desarrollo de la química, ya que estimuló la investigación y el debate científico en torno a estos temas.

La refutación de la teoría del flogisto
Contribuciones de Antoine Lavoisier y la Ley de Conservación de Masa
Antoine-Laurent Lavoisier, conocido como el 'padre de la química moderna', fue el científico que refutó la teoría del flogisto a finales del siglo XVIII. Mediante rigurosos experimentos, Lavoisier demostró que la combustión no era el resultado de la liberación de flogisto, sino una reacción química en la que se consumía oxígeno. Sus estudios llevaron al desarrollo de la Ley de Conservación de Masa, que establece que la masa total de los reactivos en una reacción química es igual a la masa total de los productos.
Lavoisier realizó experimentos en los que quemaba sustancias en recipientes cerrados, midiendo las masas antes y después de la combustión. Descubrió que el peso total permanecía constante, independientemente de si el material se había quemado. Este hallazgo fue crucial para refutar la teoría del flogisto, ya que demostraba que no se perdía masa durante la combustión.
La Ley de Conservación de Masa revolucionó la química, proporcionando una base sólida para la comprensión de las reacciones químicas. El trabajo de Lavoisier no solo refutó la teoría del flogisto, sino que también estableció principios fundamentales que siguen siendo esenciales en la ciencia moderna.
La combustión como reacción química según Lavoisier
Lavoisier propuso que la combustión era una reacción química que involucraba la combinación de una sustancia con oxígeno, un proceso que liberaba calor y luz. Esta interpretación contrastaba radicalmente con la teoría del flogisto, que sugería la liberación de una sustancia inherente durante la combustión. Lavoisier demostró que el oxígeno desempeñaba un papel crucial en la combustión, una idea que transformó la comprensión de este proceso.
Los experimentos de Lavoisier mostraron que el aumento de peso observado en los metales al oxidarse se debía a la combinación con oxígeno. Este descubrimiento fue fundamental para establecer la teoría de la oxidación, que explica cómo los metales se combinan con el oxígeno para formar óxidos. La comprensión de la combustión como una reacción química exotérmica fue un avance crucial en la química.
La refutación de la teoría del flogisto y la introducción de la teoría de la oxidación marcaron una transición hacia la química moderna. El trabajo de Lavoisier sentó las bases para el desarrollo de la química como una ciencia cuantitativa y experimental, alejándose de las especulaciones alquímicas que habían predominado hasta entonces.

Impacto y legado de la teoría del flogisto en la química
Transición hacia la química moderna
La teoría del flogisto, aunque refutada, desempeñó un papel crucial en la transición hacia la química moderna. Al ofrecer una explicación sistemática para la combustión, estimuló el debate científico y motivó a los investigadores a buscar respuestas más precisas. Este proceso de cuestionamiento y refutación es esencial en la ciencia, ya que impulsa el progreso y la innovación.
La refutación de la teoría del flogisto por parte de Lavoisier marcó un punto de inflexión en la química. Su enfoque en la medición precisa y la experimentación rigurosa estableció nuevos estándares para la investigación científica. La introducción de la teoría de la oxidación y la Ley de Conservación de Masa sentaron las bases para el desarrollo de la química como una disciplina científica moderna.
Aunque la teoría del flogisto fue finalmente descartada, su legado perdura en la historia de la ciencia como un ejemplo de cómo las ideas científicas evolucionan y se perfeccionan con el tiempo. Este proceso de evolución conceptual es fundamental para el avance del conocimiento humano.

Descubrimientos clave posteriores: oxígeno y aire desflogisticado
El descubrimiento del oxígeno fue un hito en la química que surgió en parte gracias a la refutación de la teoría del flogisto. Joseph Priestley y Carl Wilhelm Scheele, trabajando de manera independiente, lograron aislar el oxígeno, al que inicialmente llamaron "aire desflogisticado". Este descubrimiento fue crucial para comprender la verdadera naturaleza de la combustión y la oxidación.
El trabajo de Priestley y Scheele proporcionó evidencia empírica que respaldaba la teoría de Lavoisier sobre la combustión como una reacción química con oxígeno. Este avance permitió a los científicos desarrollar una comprensión más completa de los procesos químicos y sentó las bases para el estudio de los gases y la química atmosférica.
El descubrimiento del oxígeno no solo refutó la teoría del flogisto, sino que también abrió nuevas áreas de investigación en la química. La capacidad de identificar y estudiar gases individuales permitió avances significativos en la química de los gases, contribuyendo al desarrollo de la química moderna tal como la conocemos hoy.
Joseph Priestley y el desarrollo de la química de gases
Joseph Priestley fue un pionero en el estudio de los gases, y su trabajo fue fundamental para el desarrollo de la química de gases. Además de su descubrimiento del oxígeno, Priestley fue el primero en aislar y estudiar el dióxido de carbono, el nitrógeno y otros gases. Su enfoque experimental y su capacidad para diseñar aparatos innovadores, como la cuba neumática, permitieron el avance en la comprensión de las propiedades de los gases.
Priestley también es conocido por su trabajo en la creación de agua carbonatada, lo que lo convierte en un precursor de la industria moderna de refrescos. Su capacidad para combinar la investigación científica con aplicaciones prácticas demuestra el impacto duradero de sus contribuciones.
El trabajo de Priestley en la química de gases no solo refutó la teoría del flogisto, sino que también sentó las bases para el desarrollo de la química analítica y la investigación de la atmósfera. Su legado perdura en la ciencia moderna, y su enfoque en la experimentación rigurosa sigue siendo un modelo para los investigadores de hoy.
Referencias:
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