Las playas no son solo espacios de recreo. Son ecosistemas dinámicos donde confluyen procesos marinos y terrestres que sostienen una gran diversidad de vida. Uno de los elementos más incomprendidos en este contexto es el beach wrack, un término que designa los restos de algas marinas y fanerógamas marinas que, tras desprenderse, llegan a las costas. Su aspecto descuidado y su característico olor a veces desagradable hacen que suelan ser retirados de forma sistemática en operaciones de limpieza. Sin embargo, este material desempeña funciones ecológicas clave que favorecen la biodiversidad, estabilizan las playas y conectan sistemas marinos y terrestres.
En nuestro trabajo divulgativo, hemos querido mostrar de forma clara el papel del beach wrack en el funcionamiento saludable de los ecosistemas costeros. A través de estudios de campo y revisiones de investigaciones previas, se presenta un recorrido comprensivo sobre cómo estos restos vegetales no solo son esenciales como hábitat y fuente de alimento para numerosos organismos, sino que también forman parte de complejas redes tróficas que vinculan el mar con la tierra firme. El objetivo ha sido explicar de forma accesible por qué conviene reconsiderar la eliminación sistemática de los arribazones de algas en las playas y avanzar hacia su gestión sostenible.
Qué es el wrack y de dónde viene
El beach wrack está formado por plantas marinas muertas como algas y pastos marinos, que se desprenden de sus hábitats en el mar y llegan a las costas empujadas por el viento, las olas y las mareas. Estas plantas, como ocurre con los árboles en otoño, pierden partes de su estructura de forma natural. Este material vegetal, en apariencia inerte, puede formar acumulaciones que van desde unos pocos gramos hasta más de 300 kilogramos por metro de playa. Estas cifras muestran su potencial impacto físico y ecológico en las zonas costeras.
Una vez en la playa, el wrack no permanece inmóvil. Puede ser enterrado por la arena, llevado de vuelta al mar o desplazado por la acción de las mareas. Durante todo este proceso, cumple una serie de funciones ecológicas fundamentales. Por ejemplo, sirve de sustrato para la vida de numerosos organismos, contribuye al reciclaje de nutrientes y actúa como barrera física que protege la costa de la erosión. La pérdida de las playas es un problema grave que conlleva la inversión de millones de euros para mantener las infraestructuras costeras, y el wrack juega un papel fundamental estabilizando la arena.

Refugio para la biodiversidad
El ambiente costero puede ser extremo: altas temperaturas, salinidad, desecación y depredadores conspiran contra la supervivencia de pequeños animales. Pero el wrack ofrece un refugio frente a estos desafíos. En sus fibras entrelazadas habitan numerosos invertebrados como isópodos, anfípodos, coleópteros y larvas de insectos. Algunos de estos animales son exclusivos del wrack y no se encuentran en ningún otro lugar, lo que subraya su importancia como hábitat insustituible.
Además de ser un lugar de residencia, el wrack también funciona como guardería natural. Aquí se desarrollan estadios juveniles de muchas especies, que encuentran alimento y refugio en esta biomasa en descomposición. La estructura física del wrack les permite escapar del calor directo del sol y de los depredadores. Este doble papel, de hogar y de escudo, es uno de los motivos por los que su presencia resulta esencial para mantener la diversidad en las zonas intermareales.
Redes tróficas alimentadas por el wrack
Los invertebrados que viven en el wrack no solo encuentran refugio. También se alimentan de él. La mayoría son detritívoros, es decir, se alimentan de material vegetal muerto. Su dieta se basa en algas como el kelp, que es especialmente nutritivo. Sin embargo, su capacidad de digestión depende de la humedad del material y de la cantidad de microbios presentes, que además de ayudar en la descomposición, también son una fuente directa de alimento.
Cuando hay más alimento disponible, aumentan las poblaciones de invertebrados. Estos, a su vez, son consumidos por peces jóvenes en las aguas cercanas o por escarabajos, arañas y aves en la propia playa. Este encadenamiento alimenticio conecta el wrack con múltiples niveles tróficos. Tal como se menciona en el trabajo, “el wrack sostiene una elevada biodiversidad y redes tróficas”, lo que refleja su papel como nodo central de un ecosistema amplio y dinámico.

Fertilizante natural en descomposición
El proceso de descomposición del wrack es comparable a un compostaje natural. A medida que las plantas muertas se degradan, liberan nutrientes como nitrógeno, que sirven de alimento para otros organismos. Esta liberación de nutrientes no es inmediata, sino gradual, lo que permite mantener un suministro constante para el plancton y la vegetación.
Los microbios tienen un rol central en este proceso. Se alimentan del wrack, lo descomponen y facilitan la liberación de elementos químicos esenciales. Al mismo tiempo, los invertebrados que consumen el wrack excretan residuos ricos en nutrientes. Incluso el olor a “huevo podrido” que a veces emana del wrack es señal de actividad ecológica intensa, ya que se produce por la liberación de gases como el sulfuro de hidrógeno durante la descomposición.
Una conexión vital entre mar y tierra
El wrack cumple una función clave como conector entre el ecosistema marino y el terrestre. Los nutrientes que contiene pueden ser absorbidos por plantas costeras o reincorporados al mar. Así, parte de la energía generada en las zonas costeras se devuelve al mar o se transfiere hacia ambientes terrestres. Los peces jóvenes que se alimentan de anfípodos en el wrack trasladan esos nutrientes al mar abierto cuando crecen y migran. De forma similar, las aves que consumen larvas del wrack pueden dispersar nutrientes tierra adentro.
Esta dinámica bidireccional, que une la playa con el océano y con los ecosistemas terrestres, es representada gráficamente en la figura 3 del artículo, que muestra cómo los nutrientes se mueven a través del wrack y pueden verse afectados por actividades humanas como la construcción costera o la eliminación sistemática del material vegetal.

Impactos de la eliminación del wrack
A pesar de sus beneficios ecológicos, el wrack no goza de buena fama. La presión turística ha fomentado la limpieza periódica de las playas, eliminando toneladas de este material que, en lugar de ser aprovechado, se deposita en vertederos. Esto no solo destruye hábitats y redes tróficas, sino que también contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero como metano y dióxido de carbono cuando el wrack se descompone sin ventilación adecuada en esos vertederos.
Además, la construcción de infraestructuras como marinas y espigones interrumpe el ciclo natural del wrack, al impedir que se disperse libremente por la costa. Esto genera acumulaciones en ciertas zonas, mientras otras quedan desprovistas del aporte ecológico que necesitan. El desequilibrio generado puede favorecer procesos de erosión, pérdida de biodiversidad y degradación de los ecosistemas costeros.
Una nueva visión para la gestión costera
Frente a estos desafíos, es fundamental cambiar la percepción del wrack. Lejos de ser un desecho, es una pieza clave del equilibrio ecológico costero. Es necesario avanzar hacia prácticas de gestión que integren su valor. Por ejemplo, dejar que el wrack permanezca en las playas cuando no representa un problema de seguridad o accesibilidad puede ser una estrategia eficaz para mantener playas saludables y biodiversas.
Como se argumenta en el artículo, “changing people’s perspective on wrack is a critical first step in ensuring that we manage it, and our coasts, sensitively and sustainably” (cambiar la perspectiva de la gente sobre los restos marinos es un primer paso fundamental para garantizar que los gestionamos, al igual que nuestras costas, de forma sensible y sostenible). Este cambio de mentalidad requiere educación, investigación y políticas públicas que reconozcan el valor del wrack y promuevan su protección dentro de una gestión integral del litoral.
Referencias
- Dee, S., Beltran, L., Billinghurst, J., Lavery, P. S., Serrano, O., Whale, J. W., & Hyndes, G. Wrack N’ Roll: The Ecological Role of Beach Wrack. Frontiers for Young Minds. 2023. doi: 10.3389/frym.2023.1043791

Oscar Serrano Gras
Doctor en Biología
