La palabra fornicar tiene unas hondas raíces en la historia y la etimología. Del latín “fornix” (fornice), una palabra que hacía referencia a lugares donde los encuentros sexuales estaban a la orden del día. Ese antiguo significado explica la actual palabra "fornicar", que tiene otras razones de ser.
Origen etimológico de "fornicar"
El fornix, o más bien lo que se hacía bajo el fornix, es lo que se conoce como fornicación, donde los clientes romanos obtenían placer a cambio de unas monedas. Y es que los lupanares o burdeles de esta época se construían o simplemente se establecían en subterráneos y zonas abovedadas para pasar más desapercibidos.
Procedencia del latín "fornix"
La palabra "fornicar" tiene sus raíces en el latín "fornix", que se refería a una estructura arquitectónica específica. Estas estructuras eran comunes en el Imperio Romano y se caracterizaban por su forma abovedada. El término "fornix" no solo describía un elemento arquitectónico, sino que también se convirtió en un eufemismo para los actos que ocurrían en estos lugares. En la Roma antigua, las prostitutas utilizaban estas áreas para encontrarse con sus clientes de manera discreta, lo que contribuyó a que el término adquiriera connotaciones de encuentros sexuales.

Significado de "fornix" como zona abovedada
El "fornix" era una parte integral de la arquitectura romana, utilizada en puentes, callejones y otros edificios. Estas zonas abovedadas proporcionaban un espacio oculto y resguardado, ideal para actividades que requerían discreción. La relación entre el término "fornix" y las actividades sexuales que allí se realizaban fue tan fuerte que con el tiempo, "fornicar" se convirtió en sinónimo de mantener relaciones sexuales en un contexto no matrimonial. Esta asociación se mantuvo a lo largo de los siglos, influyendo en cómo se perciben y entienden las relaciones sexuales fuera del matrimonio en diversas culturas.
Contexto histórico en la antigua Roma
El término latino del que viene la palabra fornicar se dio en unas circunstancias muy específicas, dentro de lo que era la sociedad romana, que le dio connotaciones distintas.
Prostitución en el Imperio Romano
La prostitución era una práctica común y aceptada en la antigua Roma. Las prostitutas, conocidas como "meretrices", desempeñaban un papel significativo en la sociedad romana. Trabajaban en los "fornices" y otras localizaciones similares, proporcionando servicios sexuales a cambio de dinero. Este intercambio económico era una parte normalizada de la vida urbana romana, y los burdeles, o lupanares, eran establecimientos reconocidos en la ciudad. La prostitución no solo era tolerada, sino que también estaba regulada, y las prostitutas pagaban impuestos por su actividad.

Construcción de lupanares subterráneos
Los lupanares a menudo se ubicaban en lugares discretos, como los subterráneos o zonas abovedadas, para evitar la atención pública no deseada. Estas construcciones eran estratégicas, permitiendo que las actividades sexuales se llevaran a cabo lejos de la vista de la sociedad romana más conservadora. Los romanos eran conscientes de la necesidad de mantener estas prácticas alejadas de la vida pública, y los lupanares subterráneos ofrecían el anonimato necesario para los encuentros sexuales. Esta disposición arquitectónica también contribuyó a la asociación del término "fornix" con la actividad sexual ilícita.
Placer a cambio de dinero
El intercambio de placer por dinero en la antigua Roma no solo era una transacción económica, sino también un reflejo de las actitudes romanas hacia el sexo y la moralidad. Los romanos veían el sexo como una parte natural de la vida, y la prostitución era simplemente otro aspecto del comercio urbano. Sin embargo, la distinción entre el placer dentro del matrimonio y fuera de él era significativa. Las relaciones sexuales fuera del matrimonio, especialmente las que involucraban pago, eran vistas de manera diferente y a menudo con desaprobación moral, una percepción que ha perdurado en muchas culturas hasta hoy.
Asociaciones y significados sociales
La práctica sexual asociada a la palabra 'fornicar' ha tenido diversas connotaciones sociales, hasta ser aceptada a día de hoy como sinónimo de mantener relaciones sexuales.
Relaciones sexuales sin vínculo conyugal
En la antigua Roma, las relaciones sexuales fuera del matrimonio se consideraban normales en ciertos contextos, pero también estaban sujetas a juicio social. La palabra "fornicar" comenzó a asociarse con estas relaciones extramaritales, especialmente aquellas que tenían lugar en los "fornices". Esta asociación ha perdurado a lo largo del tiempo, influyendo en cómo diferentes culturas y religiones perciben y regulan las relaciones sexuales. La distinción entre el sexo dentro y fuera del matrimonio ha sido un tema recurrente en la historia de la moralidad sexual.
Relación con el concepto de fornicación
La fornicación, entendida como relaciones sexuales fuera del matrimonio, tiene una relación directa con el término "fornicar". A lo largo de la historia, la fornicación ha sido vista de maneras muy diversas dependiendo del contexto cultural y religioso. En muchas tradiciones religiosas, la fornicación se considera un pecado o una transgresión moral. Esta percepción tiene sus raíces en la idea de que las relaciones sexuales deben estar reservadas para el matrimonio, un concepto que ha sido reforzado por siglos de enseñanza religiosa.
Registro de 'fornicar' en la lengua castellana
Su definitiva incorporación al castellano tampoco es reciente, hay que remontarse al siglo XV.

Alfonso Fernández de Palencia en 1490
El término "fornicar" fue registrado por primera vez en la lengua castellana por el historiador Alfonso Fernández de Palencia en su "Vocabulario" de 1490. Este registro es significativo porque marca la entrada oficial del término en el idioma español, reflejando su uso y comprensión en la sociedad de la época. Fernández de Palencia, conocido por su labor en la recopilación y definición de palabras, reconoció la importancia de incluir "fornicar" en su obra, lo que demuestra que el término ya tenía una presencia establecida en la cultura hispánica de finales del siglo XV.
Perspectivas religiosas sobre la fornicación
Fornicar y, en general, la relación con el sexo, ha sido uno de los grandes tabúes impuestos por varias creencias.
Visión en el cristianismo y judaísmo
En el cristianismo, la fornicación es generalmente vista como un pecado, ya que las relaciones sexuales son consideradas correctas solo dentro del matrimonio. Esta visión se basa en enseñanzas bíblicas que promueven la castidad y la fidelidad conyugal. En el judaísmo, aunque el sexo es visto como una parte natural y esencial de la vida, también se promueve dentro del contexto matrimonial. Ambas religiones han influido en la percepción de la fornicación como una transgresión moral, y sus enseñanzas han sido fundamentales en la configuración de las normas sexuales en las sociedades occidentales.

Interpretaciones en el islam y otras religiones
El islam también condena la fornicación, considerándola un pecado grave. El Corán contiene numerosas referencias a la importancia de mantener las relaciones sexuales dentro del matrimonio, y las leyes islámicas a menudo reflejan esta enseñanza. Otras religiones, como el hinduismo y el budismo, tienen perspectivas variadas sobre la fornicación. Mientras que algunas tradiciones pueden ser más permisivas, otras mantienen normas estrictas sobre la conducta sexual. Estas diferencias reflejan la diversidad de creencias y prácticas en todo el mundo, destacando cómo la cultura y la religión influyen en la comprensión de la fornicación.
Aspectos legales y culturales
La visión peyorativa del acto de fornicar que ha fomentado la religión a lo largo de la historia influye en la concepción que tenemos a día de hoy, e incluso en las diversas legalidades vigentes.
Distinciones legales sobre la fornicación
Las leyes sobre la fornicación varían ampliamente entre diferentes países y tradiciones jurídicas. En algunos lugares, la fornicación todavía se considera un delito, mientras que en otros se ha despenalizado. Estas distinciones legales reflejan las actitudes culturales hacia el sexo y la moralidad. En algunos países, las leyes sobre la fornicación están influenciadas por la religión, mientras que en otros, las consideraciones legales se centran más en los derechos individuales y la privacidad. Esta variabilidad legal subraya la complejidad de regular la conducta sexual en sociedades diversas.
Implicaciones culturales en diferentes sociedades
Culturalmente, la fornicación ha sido vista de maneras muy distintas en todo el mundo. En algunas sociedades, las relaciones sexuales fuera del matrimonio son aceptadas y consideradas normales, mientras que en otras se ven con desaprobación. Estas diferencias culturales están influenciadas por factores históricos, religiosos y sociales, y pueden afectar las actitudes hacia el matrimonio, la sexualidad y la moralidad. La percepción de la fornicación como una transgresión o una práctica aceptable varía significativamente, reflejando la diversidad de valores y normas en las distintas culturas.
Referencias:
- Medina Guerra, A. M. (1991). Modernidad del Universal Vocabulario de Alfonso Fernández de Palencia. ELUA. Estudios de Lingüística, N. 7 (1991); pp. 45-60.
- Parodi Álvarez, M. J. (2002). Chic García, Genaro: El mito de la mujer, el horno, el hombre y el viento. Sobre el sentido de las palabras fornicar y follar: Padilla Libros Editores y Libros. Sevilla. 1997.